almagrista mata pizarroEspaña y Portugal hace seis siglos poseían un poder significativo en el mundo, de manera que según las Bulas Alejandrinas, en 1493 el océano se dividió en dos partes y mediante una línea trazada de polo a polo a 100 leguas al oeste de las islas Azores y Cabo Verde, las tierras que quedaron al oeste de esa frontera pasaron a Castilla y las del este a Portugal. En aquel entonces, España expandió su dominio sobre los países latinoamericanos. A partir de este momento, los colonizadores ibéricos empezarían a explotar a los americanos y saquear sus riquezas, sus culturas y sus recursos naturales. Las minas de oro y plata y los recursos humanos de Latinoamérica sirvieron para expandir el imperio y los territoritos de España, pero su gloria y grandeza iban provocando la muerte de miles de personas, debido al trabajo forzoso y la mala situación que sufrían.

Transcurridos ya varios siglos desde entonces, las circunstancias han cambiado; los españoles viajan y siguen estando presentes en América Latina, pero esta vez no para dominar a una nación o intervenir en la región, sino para encontrar un trabajo y algo con lo que poder manejar su vida rutinaria.

Cerca de 400 mil españoles se han desplazado fuera de su país por motivos laborales desde principios de 2008 hasta finales de 2012. Según datos del Censo Electoral de Españoles Residentes en el Extranjero (CERA), elaborado por el INE y recogidos en un informe de Adecco, sólo en 2012, más de 82 mil personas en edad laboral dejaron el país rumbo a otros destinos, en busca de una oportunidad de trabajo, algo que representa un incremento del 5,5 % respecto a 2011.

Mientras tanto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha pronosticado que la tasa de desempleo, sobre todo entre los jóvenes, seguirá aumentando, hasta superar el 28 % el próximo año. Razón por la cual es muy normal que continúe esta creciente ola migratoria, algo que no se debe solo al dilema actual del desempleo en el país europeo, sino también a las inseguras perspectivas que se perciben en el conjunto de la Unión Europea. Por lo tanto, no es algo raro que el número de personas que hacen la maleta y abandonan el país siga en aumento.

¿Qué consecuencias trae la salida de los españoles hacia otros países?

La fuga de cerebro es el fenómeno que más afecta al Ejecutivo ibérico. Los estudiantes que han acabado sus estudios y han utilizado los subsidios del Gobierno para formarse, no ven ninguna oportunidad de trabajo donde poner en práctica sus conocimientos y no les queda otro remedio que salir hacia nuevos destinos, con el fin de entrar en el mercado laboral. La mayoría de estos intelectuales y personas instruidas son jóvenes, algo que afectará de forma notable la situación actual y el futuro de España, ya que en el próximo medio siglo, este país contará con menos gente joven y tendrá una población mucho más vieja. Perderá una décima parte de su población y el 37 % de los habitantes tendrá más de 65 años.

El otro punto negativo que provoca esta ola migratoria reside en la pérdida de recursos humanos y fuerza de trabajo. Este fenómeno también afectará la misión del Gobierno y a la economía del país, ya que la producción se verá reducida de forma notable. Cuando jóvenes preparados salen del país, especialmente en el mundo actual donde día a día se producen nuevos inventos y se desarrolla la tecnología, disminuye la creatividad e iniciativa de innovar, lo que convertirá al país en dependiente de la importación de mercancías, en lugar de fabricar o producir cosas nuevas.
Cambio de papel

Durante varios siglos, las compañías y los recursos naturales de Latinoamérica estaban en manos de españoles y europeos, y ellos eran quienes decidían sobre el futuro y la situación de los centros de producción y los campos energéticos en estos países. Sin embargo, desde hace una década, varios líderes revolucionarios y antimperialistas llegaron al poder en América Latina, entre ellos el difunto presidente venezolano, Hugo Chávez, Rafael Correa en Ecuador y Evo Morales en Bolivia, y dieron un nuevo enfoque a la economía de sus países, es decir, la nacionalización de las principales compañías que beneficiaban los intereses de España y Europa. Tal como ocurrió en Argentina y Bolivia. La decisión de la presidenta argentina, Cristina Fernández, de nacionalizar Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y tomar el control del 51 % de las acciones que le pertenecían a la española Repsol dio la vuelta al mundo y generó un fuerte movimiento telúrico. Esta medida del Gobierno argentino posibilitó que este país recuperara el dominio sobre sus recursos naturales y fue un duro golpe para España, en la crítica crisis económica que atraviesa el país europeo. No obstante, este no fue el único golpe a Madrid, ya que el presidente de Bolivia, Evo Morales, decretó el pasado mes de diciembre la expropiación de dos distribuidoras de electricidad en las regiones de La Paz y Oruro, así como una empresa de servicios y una gestora de inversiones. El motivo de la nacionalización de estas cuatro empresas radicaba en que la parte española cobraba más del doble a los consumidores de las zonas rurales. Quizás se pueda denominar esta ola de nacionalización en América Latina como el Despertar Americano y se pueda prever fácilmente que dentro de poco habrá más nacionalizaciones en la zona que corten así las manos de los dominadores europeos en estos países.

Conclusión

Si bien España está viviendo una situación muy crítica, las autoridades del país defienden la gestión del Ejecutivo. Entre ellas se puede mencionar las palabras de la secretaria General del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, quien además de defender la tarea del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dijo que su Ejecutivo ha recuperado la "credibilidad" y la "confianza" en España.
Habría que ver cómo define el Gobierno español credibilidad y confianza. Pero, de cualquier forma, ahora, los españoles están muy lejos de lo que fueron sus ancestros conquistadores de América Latina.

HispanTV, 05.06.2013