espiaExempleado de la CIA

Por The Guardian

10 de Junio.- Edward Snowden, el hombre que filtró a la prensa el programa de espionaje "Prisma" de la NSA (http://www.aporrea.org/tiburon/n230478.html) dice que admira tanto a Daniel Ellsberg (el que filtró los documentos del Pentágono en 1991) como al soldado Bradley Manning (quien enfrenta juicio por filtrar documentos a Wikileaks), pero sostiene que hay una diferencia importante entre él y el soldado Manning, cuyo juicio comenzó casualmente la misma semana en que las filtraciones de Snowden comenzaron a ser noticia.

"Yo evalué cuidadosamente cada documento único que revelé, para asegurarme de que cada uno era legítimamente de interés público", dijo. "Hay todo tipo de documentos que habrían hecho un gran impacto, que no entregué, porque mi objetivo no es dañar a la gente, mi objetivo es la transparencia".

Dijo que eligió a propósito, los documentos que entregaría a los periodistas, con el criterio de lo que debería ser público y lo que debía permanecer oculto.
Snowden dice que él no siempre creyó que el gobierno de los EE.UU. representara una amenaza para sus valores políticos. Criado originalmente en Elizabeth City, Carolina del Norte, su familia mas tarde se trasladó a Maryland, cerca de la sede de la NSA en Fort Meade.
Snowden admite que él no fue un estudiante brillante. A fin de obtener los créditos necesarios para obtener un diploma de secundaria, asistió a un colegio universitario comunitario en Maryland, donde estudió computación, pero no terminó el curso. Más tarde rindió el examen para obtener un grado de educación general (GED) que equivale a haber completado la secundaria.

En 2003, se alistó en el ejército y comenzó un programa de entrenamiento para unirse a las Fuerzas Especiales, invocando los mismos principios que ahora cita para justificar la filtración de información secreta que acaba de hacer.  "Yo quería pelear en la guerra de Irak porque sentía que tenía una obligación como ser humano de ayudar a las personas a librarse de la opresión humana".
Relató que sus creencias sobre el propósito de la guerra se disiparon rápidamente. "La mayor parte del entrenamiento parecía dirigido a matar a los árabes, no a ayudar a nadie". Luego de quebrarse las dos piernas en un accidente durante el entrenamiento, fue dado de baja.
Después de eso, consiguió su primer trabajo en un centro de la NSA, trabajando como guardia de seguridad de una de las instalaciones secretas de la agencia en la Universidad de Maryland. A partir de ahí, se fue a la CIA, donde trabajó en seguridad informática. Su comprensión del Internet y su talento para la programación de computadoras, le permitió un ascenso bastante rápido para alguien que no tenía ni siquiera un diploma de secundaria.
En 2007, la CIA lo colocó con cobertura diplomática en Ginebra, Suiza. Su responsabilidad de mantener la seguridad de la red informática, significaba que tenía autorización para acceder a una amplia gama de documentos clasificados. El acceso a esos documentos, junto con los casi tres años que pasó con agentes de la CIA, lo llevaron a empezar a cuestionar seriamente si lo que veía, era correcto.
"Mucho de lo que vi en Ginebra realmente me desilusionó respecto a las funciones de mi gobierno y cuál era su impacto en el mundo", dice. "Me di cuenta de que yo estaba formando parte de algo que estaba haciendo mucho más daño que bien".

Dijo que fue durante su período en la CIA en Ginebra, cuando empezó a pensar en hacer públicos los secretos del gobierno, pero en ese momento decidió no hacerlo por dos razones.
En primer lugar: "La mayoría de los secretos que la CIA se refieren a personas, no a máquinas ni a sistemas, por lo que no me sentía cómodo revelando algo que pensé que podría poner en peligro a alguien" y en segundo lugar, "la elección de Barack Obama en 2008 me dio la esperanza de que habría reformas reales, por lo que hacer revelaciones sería innecesario".

La principal lección que saqué de esta experiencia es que "no se puede andar por ahí esperando que alguien actúe. Yo había estado buscando líderes, pero me di cuenta de que el liderazgo radica en ser el primero en actuar".

Durante los siguientes tres años, se enteró de lo que eran las actividades de vigilancia de la NSA, alegando "tienen la intención de conocer todas las conversaciones y todas las formas de comportarse de todo el mundo".

Describió que él había visto el Internet como "el invento más importante de toda la historia humana". En su adolescencia, pasó días "hablando con personas, con todo tipo de puntos de vista que yo nunca hubiera encontrado por mi cuenta".

Pero cree que el valor del Internet, junto con la privacidad básica, está siendo destruido por la vigilancia ubicua. Hay cosas más importantes que el dinero. Si estuviera motivado por el dinero, podría haber vendido esos documentos a un número de países y me habría vuelto muy rico".

Para él, se trata de una cuestión de principios. "Al gobierno se le ha otorgado un poder al cual no tiene derecho. No hay supervisión pública. El resultado es que la gente como yo, tiene que ir más allá de lo que se le permite", dijo.

Su lealtad a la libertad de Internet se refleja en las etiquetas que tiene pegadas en su laptop: "Estoy a favor de los derechos en línea: Fundación Frontera Electrónica", dice uno. Otro elogia a la organización en línea que ofrece el anonimato, el Proyecto Tor.
Aporrea.org, 10.06.2013