La Colombia delincuente de Álvaro Uribe


El peligro continúa


Meses atrás, expresamos nuestra crítica a la acción violatoria del derecho internacional cometida por el gobierno de Colombia contra el Ecuador1, lo cual fue una flagrante violación de la soberanía territorial del Ecuador. También publicamos una nota en la que hacíamos notar cómo Colombia, coludida con Chile, país delincuente y enemigo del Perú2, obligaba al estado peruano a trasladar militares y policías a la frontera con Colombia, para evitar infiltraciones de los terroristas de las FARC, traficantes de drogas y adictos a ellas.


Lo que trascendía de todo esto es que el delincuente internacional Álvaro Uribe, pese a recibir una cuantiosa ayuda militar de los EE. UU. para combatir a la narcoguerrilla, hacía poco o nada para vigilar sus fronteras con los países vecinos. Hicimos notar que el Perú tenía 29 puestos militares y policiales en la frontera frente a 4 de Colombia, lo cual revela el escaso interés de los colombianos por contener a los fumones de las FARC.
          
Noticias recientes del Ecuador informan de un ataque de las FARC a militares ecuatorianos, que dejó como saldo un soldado ecuatoriano gravemente herido. El presidente ecuatoriano Rafael Correa ha manifestado que su país responderá con todo; además denunció que Ecuador tiene 13 puestos militares en la línea de frontera con Colombia, mientras este país cuenta con solamente tres, y no en la línea de frontera, sino bien adentro del territorio colombiano. ¡Es lo mismo que sucede en la frontera entre el Perú y Colombia!

Está clarísimo que el gobierno y militares colombianos no están gastando para los fines previstos (destruir a las FARC en todo el territorio colombiano) el dinero que les dan sus patrones estadounidenses (¿a las cuentas bancarias de quién va esa plata?); lo que hacen en la frontera con Ecuador y con el Perú es dejar como dueños del terreno a los locos de las FARC, para que cualquier incidente entre las FARC y los militares ecuatorianos o peruanos sirva de pretexto para atacar al Ecuador (ya lo han hecho) o al Perú.

Los gobiernos de Colombia y de los EE. UU. desean que el conflicto de las FARC dure por tiempo indefinido, para tratar de justificar la presencia de tropas yanquis, totalmente ajenas a esta parte del continente y tan indeseables como sus sirvientes de la fuerza armada colombiana. Quieren presencia militar yanqui en América del Sur y que haya guerra con el Ecuador o con el Perú, países a los que el gobierno colombiano quiere involucrar en un conflicto interno de Colombia que los mismos gobernantes y militares colombianos no desean resolver.


1 Leer: Colombia: país peligroso para el continente 
2 Leer: Álvaro Uribe, amenaza y sinvergüencería