arco pileta TeheranEste mes de agosto el canciller iraní Mohamad Yavad Zarif se embarcó en una amplia visita de acercamiento diplomático y político con países de América Latina, como Nicaragua, Cuba, Venezuela, Chile1 y Venezuela.

La República Islámica de Irán es un pujante estado con 80 millones de habitantes, grandes recursos naturales (petróleo y gas), sistemas educativo y de salud bien organizados, industria metalúrgica y de defensa bien desarrolladas y avances científicos en diversas ramas, que lo ponen por encima de cualquier país latinoamericano,

Para nuestro tercermundista continente, con países atrasados o rateros (como Chile), el país persa es un buen ejemplo de progreso. Ponemos solo dos ejemplos: 1) su producción anual de artículos científicos es mayor que la de Brasil y Argentina juntos; 2) ya fabrica con tecnología propia motores de aviones a reacción2 (algo que solo unos pocos países pueden hacer).

En cuanto a investigaciones científicas y tecnológicas, hay una gran diferencia entre Irán y América Latina: acá los investigadores publican artículos científicos que pueden ser de buena calidad, pero que en la práctica solo sirven para asegurar su carrera o puesto de trabajo y nada —o muy poco— en favor del país, porque no hay una articulación de esfuerzos entre la investigación científica y el estado o la empresa privada; eso no sucede en Irán, donde los esfuerzos de investigación no se desperdician porque el estado apoya y encauza las investigaciones científicas para que sirvan a las necesidades del país en los sectores de defensa, salud y agricultura, para lo cual tienen institutos de investigación.

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1 Mediante lazos diplomáticos con Teherán, Santiago busca neutralizar el vínculo de Bolivia con Irán, aunque este país sabe que Chile lo espía por encargo de su patrón EE. UU. Leer Chile: Sirviente y espía de los EE. UU.

2 Leer Primer turborreactor iraní de última tecnología

 

 

La presencia de Irán en Latinoamérica se dejó sentir con fuerza

Por Pablo Jofré Leal

 Mohamad Yavad Zarif

La presencia de Irán en Latinoamérica se dejó sentir con fuerza en este mes de agosto, con la decisión del Gobierno de Teherán de salir al mundo a través de la visita oficial del canciller Mohamad Yavad Zarif, que cruzó el gran charco.

Un viaje a países considerados por la república islámica de Irán como aliados en tiempos difíciles, que dieron respaldo a la nación persa en momentos que sufría el bloqueo y las sanciones por parte de Washington y su cohorte de asociados. El viaje de Zarif se muestra así como una política exterior coherente, con decisión, libre de las sanciones y bloqueos tras la firma de los acuerdos nucleares entre la nación persa y el grupo de países miembros del Consejo de Seguridad Permanente (Rusia, China, Estado Unidos, Francia, Inglaterra a los que se sumó Alemania (G5+1)). Una decisión histórica que tendrá importantes repercusiones.

Irán da nuevos aires a la política internacional

En un viaje intenso y agotador, la nación persa dijo “¡Presente!” en esta parte del mundo. Hubo una ofensiva política y diplomática que, previa a su llegada al nuevo continente, se desarrolló con gran dinamismo y que ha permitido firmar en el último año numerosos acuerdos comerciales con países de Asia Central y Oriente Medio, en el plano comercial, de transporte, energía, como también alianzas políticas y militares, aprovechando el enorme potencial económico y la fuerte influencia que ejerce la nación persa. Todo ello en momentos en que el mundo se debate en crisis políticas, derivadas de agresiones contra países como Libia, Siria e Irak por parte de un terrorismo takfirí avalado, financiado y armado desde su origen por Occidente y sus socios como la Casa al-Saud, las monarquías ribereñas del Golfo Pérsico, Israel y Turquía, principalmente, que han generado a su vez millones de desplazados internos y refugiados en los países agredidos.

Una crisis económica que obliga a las naciones más desarrolladas a explorar nuevos mercados, aun cuando esto no sea del beneplácito del establishment estadounidense que fragmenta países como Libia, Irak, lo intenta con Siria, sigue tratando de cercar a Irán, impedir la salida de Rusia al Occidente y al mismo tiempo pretende mantener una hegemonía que se cae a pedazos, en un escenario internacional donde potencias como la República Islámica de Irán y la propia Federación Rusa buscan su lugar y concretar la influencia que se han ganado a pulso.

En un periplo que lo llevó por seis países de América Latina, el canciller Mohamad Yavad Zarif constató que esta parte del mundo tiene mucho que ofrecer en el plano político, comercial, cultural, y apoyo a las grandes causas de justicia internacional, de tal manera que se pueda avanzar en la conformación de un nuevo orden mundial, donde la hegemonía de Washington y sus aliados tenga un contrapeso necesario, fundamental pero sobre todo vital si queremos seguir pensando en este planeta como un lugar habitable y donde conceptos como el de derecho, justicia, desarrollo sustentable, intercambio justo y autodeterminación sean una realidad y no una quimera sujeta a los deseos y acciones de las grandes potencias que digitan su política internacional desde Washington, Bruselas y Berlín.

El canciller de la nación persa inició su recorrido al sur del Rio Grande visitando Cuba. Un comienzo pleno de simbolismo, pues tanto la nación caribeña como Irán han sufrido los embates, el bloqueo, las sanciones y los ataques incesantes de las distintas administraciones de gobierno estadounidenses y lo continúan soportando. Esto, a pesar de acuerdos, de protocolos destinados a terminar con esta política de presión contra gobiernos y sociedades que Washington considera hostiles, llegando a generar planes de desestabilización en todos los ámbitos imaginables. Para Zarif, según declaraciones efectuadas en La Habana —capital de la mayor de las Antillas—, esta gira latinoamericana abre un nuevo capítulo para la región y la nación persa, que será tremendamente beneficioso en todos los campos en que se acuerden relaciones de cooperación: político, económico, médico, científico, industrial, energético, biotecnológico. Incluso en aspectos tan sensibles como es lo militar pero, sobre todo, en buscar nuevos caminos de entendimiento al margen de las políticas hegemónicas que Washington y sus aliados europeos han ejercido en el continente americano. Cuba e Irán han sido hermanos en el acoso y en la dignidad a la hora de enfrentarlo.

Tras Cuba, Zarif en rumbo a la tierra de Sandino, allí, en Nicaragua y junto a las más altas autoridades del país centroamericano, la delegación iraní, complementada con 60 empresarios de los más diversos ámbitos de la economía, del sector público y privado, pudo discutir áreas posibles de mutua conveniencia, tomando en consideración la potencia política y económica que representa una nación como la persa, con 80 millones de habitantes y enclavada en un área estratégica desde el punto de vista geopolítico y de recursos hidrocarburíferos. El encuentro entre sus autoridades estuvo marcado por la siguiente impronta: “Las revoluciones en ambos países, llevadas a cabo bajo presiones de las grandes potencias, se conocen y se respetan mutuamente, y las relaciones políticas entre ambos países también son excelentes”.

La escala siguiente fue Ecuador, allí, junto al Presidente Rafael Correa, el alto funcionario iraní y la delegación firmaron —según consignaron profusamente los medios de comunicación locales e internacionales— una serie de convenios en el ámbito comercial, financiero, industrial, fitosanitario e incluso documentos de entendimiento entre los bancos centrales de ambos países, que faciliten el intercambio comercial. Iniciándose también las conversaciones destinadas a concretar acuerdos en los ámbitos de la tecnología y la energía.

Histeria sionista en Chile

La siguiente etapa fue Chile y aún antes de aterrizar en la losa del aeropuerto chileno, en la ciudad de Santiago, la visita del canciller Zarif había desatado la furia de algunas organizaciones sionistas, como fue el caso del Centro Simón Wiesenthal, que exigieron al gobierno chileno no recibir al canciller iraní, argumentado que  la nación persa no tenía pergaminos de defensa de los derechos humanos con sus minorías y apelando al atentado en la AMIA el año 1994 en Argentina. La carta sionista, ampliamente difundida en los medios nacionales, pero con escasa repercusión, afirmaba que la llegada de Irán a Chile desencadenaría las penas del infierno y la instalación de núcleos terroristas, que transformaría a Chile en un campo de batalla.

El desborde imaginativo sionista causó más de un bochorno en la Cancillería chilena, que urbi et orbi  envió señales sobre el escenario dantesco pintado por comunidades como el Centro Simón Wiesenthal y repetido hasta el hartazgo por agentes del sionismo en Latinoamérica ligado a centros como Hatzad Hashení (‘El segundo lado’) que con profuso apoyo económico enseña qué decir y cómo responder ante lo que consideran ataques a la entidad sionista, utilizando incluso aplicaciones en Smartphone —como fichas para memorizar y responder automáticamente— y publicitando también la formación de policías en Latinoamérica en temas relacionados con el “yihadismo”. Todo ello parte del desvarío propio de un grupo sionista, que suele hacer del victimismo y de la tergiversación su fértil campo político propagandístico

Lo tragicómico de todo esto es que cada una de las acusaciones que hacía esta comunidad sionista parecía rebotar, reflejarse en un espejo, pues si existe un país violador de los derechos humanos es precisamente la entidad sionista con el pueblo palestino y la ocupación de su territorio. Imponen el menoscabo de los derechos de su propia población árabe-israelí y sus limitaciones políticas y de derechos sociales, pero suelen llenarse la boca respecto al modelo de democracia representativa que ofrecen en Oriente Medio. Frente a los alegatos vociferantes que incluyeron incluso una carta de parlamentarios ligados a Israel, el gobierno chileno siguió el protocolo habitual, quedando bajo la alfombra cualquier reclamo de una colectividad que suele hacer del victimismo y de la tergiversación su carta de presentación. De nada valieron los gritos, las amenazas, la política ficción, la visita de Zarif se hizo y se cumplieron cada una de las etapas programadas.

Frente a la hipersensibilidad de grupos de presión contrarios a la visita del canciller persa Mohamad Yavad Zarif, hay que dar cuenta que las criticas provienen no sólo de los que defienden a Israel, el mayor violador de derechos humanos en el mundo, sino de una entidad que día a día mediante su política colonialista, racista y criminal hace caso omiso de los llamados a detener esa conducta. ¿Ellos pretenden dar al gobierno chileno enseñanza de respeto o de a quién debe recibir o no? Resulta una vergüenza que la Comunidad Sionista y el Comité Interparlamentario de Amistad Chileno-Israelí —que reúne en su seno a parlamentarios fuertemente cuestionados por la ciudadanía— emitieran una declaración de crítica al gobierno chileno del mismo tenor que todas las cartas firmadas por las comunidades sionistas de los países en los que Zarif estuvo presente. Calcadas, digitadas, seguramente desde Tel Aviv. ¡Con qué cara este grupo apelaba a que el gobierno chileno no recibiera o condenara la visita del canciller de un país!

En la declaración leída por el parlamentario y exactor Ramón Farías se señala: "Vemos con inquietud que Chile busque relacionarse con un Estado donde se vulneran los derechos humanos y donde no hay respeto por las libertades civiles ni por las minorías". Este Comité de Amistad sostuvo que ve con preocupación la llegada de la delegación iraní, así como el acercamiento que patrocina la Cancillería chilena con un gobierno que no ha dado muestras de respetar los valores esenciales de la democracia y los derechos humanos. La interrogante que se necesitaba responder era saber si Ramón Farías hablaba de la entidad sionista ¿Habla entonces de la entidad que defiende y su política de desprecio a los derechos humanos de la población palestina? La actuación de Farías permite entender el porqué no continuó con su carrera de actor.

Dejar atrás los gritos y avanzar

Tras la jornada en Chile y un diálogo franco pero fructífero —matizado por cierta algazara sionista—, vino la visita a Bolivia y el encuentro fraternal con el Presidente Evo Morales. País con el cual Irán tiene excelentes relaciones políticas y económicas que vinieron a reforzarse aún más este vínculo, que se asienta también en una fuerte base antiimperialista. Donde el neoliberalismo campea, los movimientos políticos suelen generar cierta urticaria y hacen afirmar a los neoliberales que la época de las luchas ideológicas es cosa del pasado. Error desde la génesis tiene ese planteamiento, pues precisamente naciones como las latinoamericanas debemos sacudirnos aún del yugo de potencias que siguen pensando en nuestros países como abastecedores de materias primas, un patiecito interior detrás de la construcción patronal, donde reinan los precios que ellos impongan a las materias primas y además desestabilizan a gobiernos que no les rinden pleitesía.

El recibir a la delegación iraní es también una muestra potente de autonomía, de buscar nuevos aliados, nuevos mercados, nuevas formas de encarar las relaciones internacionales. Los países del arco bolivariano —Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Venezuela— apuestan junto a Irán a reforzar lo que Zarif denominó “el irrompible lazo político” entre la nación persa y sus socios latinoamericanos. Marco en el cual Chile, más aprendiz neoliberal que bolivariano, sale favorecido en esta gira pues le permite también pensar en aprovechar la potencia que representa la república islámica de Irán, promoviendo los vínculos económicos.

La última etapa del viaje se vivió en Venezuela, donde las expectativas se centraron en los aspectos económicos y comerciales, toda vez que el gobierno de Caracas es un aliado estrecho de Irán, desde el momento mismo en que el Comandante Chávez llegó al poder. El Presidente Nicolás Maduro declaró que Irán representa una potencia estabilizadora para la humanidad, reconociendo en ello el papel cumplido por Teherán en el apoyo sostenido que le da a la sociedad siria, a Irak, a las fuerzas populares en Yemen y Bahréin en materia de defensa, ya sea contra la agresión terrorista takfirí o las embestidas de la monarquía wahabita. En una década de relaciones ambos países han firmado más de 300 acuerdos en áreas tan diversas como las de vivienda, energía, ciencias, medicina, cultura, deporte, medio ambiente y educación, entre otras. El Presidente Maduro, en el marco del encuentro con el grupo de empresarios que acompañó al canciller Zarif, señaló que se incorporaría a empresas de la nación persa en el gigantesco plan impulsado por el gobierno venezolano para afrontar la severa crisis económica que vive la nación sudamericana.

En la evaluación de lo que fue su viaje a Latinoamérica el canciller Zarif sostuvo que este periplo ha servido para ampliar la cooperación con algunos países con los cuales Irán no tiene nexos o son más bien indirectos, en clara alusión a Chile, donde “se ha preparado el terreno para poder mantener relaciones directas”. En declaraciones exclusivas dadas a la cadena de noticias HispanTV, el canciller Zarif evaluó su viaje como “enormemente positivo” recalcando que  se continuará con esta decisión de abrirse al mundo y viajar en compañía de delegaciones amplias de comerciantes y empresarios del sector privado, para ampliar así los intercambios económicos de Irán con otros países. Los próximos pasos de la activa diplomacia irania tienen ya destino: África, Asia Suroriental y Asia oriental.

La República Islámica de Irán y su diplomacia activa está dando muestras del camino que deben seguir los pueblos. Hay que sacudirse del yugo de las grandes potencias que dictan lo que otros pueden o no pueden hacer. Irán se ha liberado parcialmente de las trabas, sanciones y bloqueos que impusieron Washington —sobre todo a partir del triunfo de la revolución iraní el año 1979— y la Unión Europea, que se sumó al coro represor como respuesta a la decisión de Irán de desarrollar su programa nuclear.

Irán muestra un camino de independencia, de carácter y de determinación, que es un ejemplo que permite augurar cambios sensibles en la correlación de fuerzas en Oriente Medio, que permitan pensar no sólo en la paz para Siria e Irak, sino también avanzar hacia la autodeterminación del pueblo palestino y la derrota definitiva del sionismo y su política colonialista, racista y criminal. Y eso es un temor que sacude por todo el espinazo al gobierno de Netanyahu, que se la jugó por hacer fracasar la visita de Zarif a Latinoamérica, fracasando estrepitosamente sus agentes, sus enviados parte del aparato comunicacional y también sus redes afincadas en nuestros países que se activan al unísono en estas situaciones. Este viaje y sus resultados se suman y son parte de los temores de la entidad sionista: un Irán fuerte, capaz de sumarse al reordenamiento del panorama existente tan desfavorable a los pueblos y tan positivo para el crimen, la expoliación y la violación de los derechos humanos.

 

HispanTV, 30-08-2016

http://www.hispantv.com/noticias/opinion/286410/iran-america-latina-zarif-nuclear-gira-influencia

 

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