Por Philip Weiss

Dos nuevos artículos tratan de las controversias políticas / genéticas sobre los orígenes del “pueblo judío” (del cual me considero parte, por una razón tribal u otra). Y aquí tenemos al historiador israelí Schlomó Sand que escribe en Le Monde Diplomatique: “Israel deliberadamente olvida su Historia.” Sand dice que el exilio judío del año 70 d. C. es un mito, y que “los judíos” de Europa fueron creados por la conversión. Leemos:

Luego está la cuestión del exilio del año 70 d. C. No ha habido ninguna investigación real sobre este punto de inflexión en la historia judía, la causa de la Diáspora. Y por una sencilla razón: los romanos nunca exiliaron a ninguna nación de ninguna parte de la costa este del Mediterráneo.…

Pero si no hubo exilio después del año 70 d. C., ¿de dónde vinieron todos los judíos que han poblado el Mediterráneo desde la antigüedad? La cortina de humo de la historiografía nacional esconde una realidad asombrosa. Desde la revuelta macabea de mediados del siglo II a. C. hasta la revuelta de Bar Kokhba del siglo II d. C., el judaísmo fue la religión más activamente proselitista…

La conversión masiva más significativa ocurrió en el siglo VIII d. C., en el gran Reino Jázaro, que se extendía entre los mares Negro y Caspio. La expansión del judaísmo del Cáucaso a la moderna Ucrania creó una multiplicidad de comunidades, muchas de las cuales habían llegado a Europa Oriental huyendo de las invasiones mongolas del siglo XIII. Allí, con los judíos de las tierras eslavas al sur y de lo que ahora es la moderna Alemania, formaron la base de la cultura yiddish…

Hasta cerca de 1960 los complejos orígenes del pueblo judío fueron más o menos renuentemente reconocidos por la historiografía sionista. Pero después fueron marginados y finalmente borrados de la memoria pública israelí. Las fuerzas israelíes que se apoderaron de Jerusalén en 1967 se creían descendientes directos del mítico reino de David y no —¡Dios no lo quiera!— de guerreros bereberes o jinetes jázaros. Los judíos alegaban constituir un grupo étnico específico que había regresado a Jerusalén, su capital, tras 2000 años de exilio y vida errante.

Hillel Halkin de alguna manera admite esto en el Comentario, escribiendo que los estudios del ADN sugieren que los “judíos” deben mucho a la mezcla de genes en Europa Oriental y Asia. Halkin brevemente suelta una nota ilustrada:

Tal vez un día Israel se convierta en el “estado de todos sus ciudadanos” que los valores democráticos requieren que sea, un país de judíos, musulmanes y cristianos hablantes de hebreo, todos iguales ante la ley. Aunque la gran mayoría de los israelíes seculares todavía no se suscriben este punto de vista, más y más llegarán a esa conclusión si las cosas continúan tal como van ahora.

En cuanto a Palestina, Schlomó Sand sugiere que los palestinos son las personas que en la Biblia llamamos “judíos”:

Aparte de los prisioneros esclavizados, la población de Judea continuó viviendo en sus tierras, incluso después de la destrucción del segundo templo [en el año 70 d. C.]. Algunos se convirtieron al Cristianismo en el siglo IV, mientras que la mayoría abrazó el Islam durante el siglo VII, con la conquista árabe.

La mayoría de los pensadores sionistas eran conscientes de esto: Yitzhak Ben Zvi, que llegaría a ser presidente de Israel, y David Ben Gurion, su primer Primer Ministro, lo aceptaron ya en 1929, el año de la gran revuelta palestina. Ambos afirmaron en varias ocasiones que los campesinos de Palestina eran los descendientes de los habitantes de la antigua Judea.

Supongo que por eso estoy a favor del derecho al retorno. Oye, solo somos personas. ¿No podemos llevarnos bien?

(Gracias a Nabil al-Khowaiter por la sugerencia.)

 

Traducción del inglés de Con nuestro Perú de
Philip Weiss:  “Israeli Historian: Palestinians Are Biological Descendants of Bible’s Jews” de Mondoweiss, 02-09-2008 en
https://mondoweiss.net/2008/09/israeli-historian-palestinians-are-biological-descendants-of-bibles-jews/