Un ataque xenófobo contra los musulmanes en Nueva Zelanda dejó al menos 49 muertos y 48 heridos, quienes se encontraban en dos mezquitas de ese país.
El atentado fue perpetrado este viernes en la ciudad de Christchurch, informó la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, citada por la prensa local.
“Esto solo puede ser descrito como un ataque terrorista”, dijo Ardern en Wellington, y precisó que se ha detenido a tres hombres y una mujer sospechosos de haber participado en la masacre, quienes están siendo interrogados. Agregó que los sujetos no tienen antecedentes policiales ni en los servicios de inteligencia.
Arden calificó el ataque de “extrema ideología y extrema violencia” y subrayó que no tiene “precedentes” en su país, el cual, lo describe como diverso y abierto.
Artefactos explosivos fueron encontrados en los vehículos y uno de los homicidas fue identificado como Brenton Tarrant, australiano del estado de Nueva Gales del Sur.
Una de las masacres fue retransmitida en directo a través de las redes sociales por uno de los atacantes, quien vestido de militar disparó en la mezquita con un arma automática que abasteció al menos dos veces.
Un manifiesto con palabras de desprecio a los musulmanes, difundido en las redes sociales, se vincula con los criminales, a quienes la Policía define como “supremacistas blancos”. El atentado habría sido planificado durante dos años, manifestó un analista citado en los medios.
Una de las armas tenía grabado el nombre de Ebba Åkerlund, de 11 años, quien fue asesinada el 7 de abril de 2017, por un musulmán uzbeko, Rakhmat Akilov, en Suecia, donde condujo un camión a toda velocidad en una calle de Estocolmo, donde las autoridades habían rechazado su de asilo.
En su manifiesto, Tarrant aseguró que la matanza fue para vengar la muerte de Ebba Åkerlund.
