Aunque en esta temporada es normal que ocurran deshielos, el alza en los termómetros de este año los ha prolongado. Con ello, la probabilidad de eventos climáticos como tsunamis e inundaciones costeras incrementa.

Groenlandia se está enfrentando a una ola de calor inusual. En julio se registraron temperaturas récord y la Organización Meteorológica Mundial de la ONU (OMM) advirtió a finales del mes que la capa de hielo en su superficie podía reducirse a mínimos históricos.

Hielo derritiéndose durante una ola de calor en Kangerlussuaq, Groenlandia, el 1 de agosto de 2019. / Medios de comunicación social / Reuters

De acuerdo con un informe de la CBS, solo el miércoles 31 de julio, la isla perdió 11.000 millones de toneladas de hielo, el mayor derretimiento registrado este verano. Aunque en esta temporada es normal que ocurran deshielos, el alza en los termómetros de este año los ha prolongado, y con ello ha aumentado la probabilidad de eventos climáticos extremos, tsunamis e inundaciones costeras.

Ciertamente se trata de un efecto colateral de la ola de calor en Europa. Al respecto, la web especializada Polar Portal indicó que casi el 56 % de la capa de hielo que cubre Groenlandia experimentó al menos el derretimiento de un milímetro de agua ese día.

 

Ruth Mottram, del Instituto Meteorológico de Dinamarca, señala que cerca de 197.000 millones de toneladas de agua congelada se derritieron en todo el mes pasado. Es decir, cerca de un 36 % más de lo que esperan los científicos se convierta en agua líquida en un año promedio.

Los expertos aseguran que estos niveles son los que se deberían esperar a finales de siglo y no ahora. "La tasa de fusión actual es equivalente a lo que proyecta el modelo para 2070, utilizando los cálculos más pesimistas", afirma Xavier Fettweis, investigador de la Universidad de Lieja (Bélgica).

El 82 % de la superficie de Groenlandia está cubierta de hielo y alberga la segunda capa de hielo más grande del mundo. La temporada de derretimientos aún no termina y la masa de aire caliente proveniente de Europa persiste. Aunque ciertas comunidades costeras se están preparando para posibles inundaciones, varios científicos advierten que las cosas podrían equilibrarse, ya que el impacto de las nubes y la fluctuación de la presión atmosférica en el Atlántico norte también juegan un papel importante.

 

RT, 03.08.2019