El presidente Jair Bolsonaro recién al día 18 de los incendios en la Amazonía brasileña dice que no tiene recursos para combatir este inmenso fuego, lo cual lo convierte en la peor amenaza para la preservación de la Amazonía.
“El Amazonas es más grande que Europa, ¿cómo van a combatir los incendios criminales en una zona así?”, preguntó a periodistas al salir de la residencia presidencial. “No tenemos los recursos para eso”, dijo.
No sólo eso, en lugar de pedir ayuda internacional, se dedicó a atacar al presidente francés Emmanuel Macron, quien realizó la primera, aunque mediocre, declaración sobre este desastre al decir que recién después de dos días iba a conversar en la cumbre G7 sobre este incendio.
Por haber anunciado que discutirá las acciones que podrían tomarse, Bolsonaro arremetió contra Macron tildándolo de “colonialista”.
Pese a que acusa a las ONG de causar el incendio, las nuevas normas que dictó Bolsonaro en favor de la agricultura, en medio de sospechas de corrupción, prácticamente alentando a arrasar la Amazonía, a los agricultores y ganaderos, sumadas a su inacción, denotan que el presidente brasileño es el enemigo número uno de las selvas. Siendo esto así, la única forma de proteger la naturaleza sería que los brasileños lo echen del cargo.
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