Madrid, 23 feb (Sputnik).- Los casos de abusos sexuales a menores de los que se tienen constancia en España se multiplicaron por cuatro en los últimos 12 años, según un estudio de la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo).
"La tasa de crecimiento de los casos de abuso fue de un 300,4 por ciento, lo que indica que se han multiplicado por cuatro, pasando de 273 casos en 2008 a 1.093 casos en 2020", dice el estudio.
Estos datos derivan del análisis de las 89.808 llamadas alertando sobre posibles abusos sexuales recibidas por las líneas de ayuda de ANAR en dicho periodo, que permitieron atender a un total de 6.183 casos confirmados.
El estudio no solo documenta el aumento de casos, sino que permite hacer una radiografía de en qué circunstancias se producen: la mayor parte de las agresiones son perpetradas en casa por varones que no dejan marca, lo que dificulta la detección y denuncia de los abusos.
Las víctimas son en su inmensa mayoría mujeres (78,3 por ciento), de las cuales la mayor parte (59,1 por ciento) son adolescentes de 13 a 18 años. Por su parte, uno de cada cinco casos son varones, en su mayoría menores de 12 años (53,4 por ciento).
Además de los abusos sexuales, el estudio revela que las víctimas soportaron violencia física o intimidación en el 53,6 por ciento de los casos. En cuanto a los tipos de abuso, la mayoría se concentran en "tocamientos obscenos" y "abuso con penetración".
El estudio llama la atención sobre los problemas para demostrar estos abusos, ya que en el 80,2 por ciento de los casos no se dejan marcas o heridas.
"Las víctimas tienen gran dificultad para demostrar el abuso porque en muchos casos no hay señales físicas y por desgracia las reacciones del entorno no son de apoyo", dice Diana Díaz, portavoz de ANAR.
En ese sentido, el estudio apunta que el entorno del menor niega los hechos en un 37,8 por ciento de los casos, los justifican o encubren en un 31,1 por ciento, se produce una falta de reacción un 23,9 por ciento e incluso se culpa a la víctima el 7,2 por ciento de las veces.
Por todo ello, del 43,3 por ciento de los casos que mostró intención de denunciar, solo formalizaron denuncia el 10,6 por ciento, destacan desde ANAR.
El perfil del agresor más común se corresponde con el de un varón, miembro o amigo de la familia, mayor de edad, que actúa en solitario y efectúa los abusos en casa del menor de edad.
El padre biológico es el agresor principal en el 32 por ciento de los casos. Además, aumenta la proporción de abusos por hombres parejas de la madre (6,2 por ciento en 2018, frente al 1,7 por ciento en 2008) y disminuyen las mujeres agresoras (1,6 por ciento en 2018, frente al 6,2 por ciento de 2008).
Aunque la mayoría de abusos se perpetran en solitario, aumenta el porcentaje de víctimas agredidas por dos o más personas, pasando de un 2,1 por ciento en 2008 a un 10,5 por ciento en 2018.
Desde ANAR subrayan que el estudio constata sin ningún género de duda un aumento en la frecuencia y gravedad de las agresiones conocidas, por lo que animan a los poderes públicos a trabajar para impulsar políticas que atajen el problema. (Sputnik)