El presidente Andrés Manuel López Obrador reveló este viernes que su testamento establece la voluntad de que después de su muerte no se levanten estatuas con su imagen, ni se utilice su nombre para nombrar calles, escuelas, ni plazas.
 
 

Lopez Obrador

 

 
"Tengo escrito en mi testamento que no quiero que se use mi nombre para nombrar ninguna calle, no quiero estatuas, no quiero que usen mi nombre para nombrar una escuela, hospital, nada absolutamente", dijo el mandatario en conferencia de prensa.
 
López Obrador, de 67 años, reveló la instrucción sobre su legado al comentar que en la antigua residencia oficial de los presidentes en Los Pinos, junto al bosque de Chapultepec, hay estatuas de sus antecesores desde el siglo XX en un jardín.
 
Explicó así las obras del complejo cultural que se construye en esas enormes instalaciones boscosas de Los Pinos, una antigua finca a la que se trasladó el entonces presidente general Lázaro Cárdenas (1934-1940) para no vivir en el suntuoso Castillo de Chapultepec del siglo XIX, que se convirtió en Museo Nacional de Historia.
 
"Ya no es tiempo de rendir culto a las personalidades", dijo López Obrador al informar que en el nuevo complejo cultural no habrá una imagen suya entre la docena de estatuas y bustos de bronce de sus predecesores en el llamado "Paseo de Los Presidentes".
 
HOMENAJE: "SEGUIR EL EJEMPLO"
 
El jefe de Estado expresó que el mejor homenaje que puede recibir un líder es que sigan su ejemplo las futuras generaciones.
 
"Yo creo que el mejor homenaje que se ofrece a dirigentes, incluso a héroes, heroínas, es siguiendo su ejemplo y no convirtiéndolos en piedra", dijo el mandatario en Palacio Nacional.
 
Ese recinto en la plaza principal del Zócalo frente a la Catedral Metropolitana y a la sede del gobierno capitalino que el actual mandatario ocupó entre 2000 y 2005, cuando gobernó Ciudad de México, fue residencia presidencial en el siglo XIX, en tiempos del entonces presidente Benito Juárez, el prócer de origen indígena zapoteco (Oaxaca, sur) más admirado por él.
 
El Palacio Nacional de 40.000 metros cuadrados con varios patios interiores, jardines, una capilla y un antiguo recinto legislativo, ha vuelto a ser residencia oficial y sede del Ejecutivo desde diciembre de 2018, cuando tomó posesión López Obrador.
 
El líder de la izquierda nacionalista también expresó su satisfacción por la remoción de la estatua de Cristóbal Colón del céntrico Paseo de la Reforma, y agregó que está de acuerdo con su reemplazo por la imagen estilizada de una mujer indígena que ha dividido opiniones de los habitantes de la megalópolis.
 
"A partir de la invasión, hace 500 años, se quiso ocultar el pasado artístico cultural de los pueblos originarios, las grandes culturas del México prehispánico y eso lo tenemos que exaltar", argumentó para respaldar la medida tomada por su correligionaria y jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum.
 
El presidente afirma que en México "se trató de ocultar el pasado artístico de los pueblos originarios" en los últimos siglos.
 
Para evitar ese olvido, el próximo 27 de septiembre, el gobernante inaugurará la colección "La Grandeza de México", con piezas, expresiones artísticas y códices con manuscritos de relatos de las civilizaciones prehispánicas, en el Museo Nacional de Antropología e Historia .
 
Este año, el Gobierno conmemora los 500 años de la caída de la antigua capital del Imperio Mexica el 13 de agosto 1521, tras el sitio de una expedición española dirigida por Hernán Cortés, y la consumación de la Independencia hace 200 años.
 
López Obrador ha bautizado a su movimiento como "Cuarta Transformación" histórica que, según el presidente, solo se compara con la Independencia que puso fin a tres siglos de dominio colonial, la Guerra de Reformas liberales que separó a la Iglesia católica del Estado y la Revolución Mexicana que estalló en 1910. 
 
 
Con información de Sputnik