El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, denunció el enfoque sesgado de varios países europeos respecto al reconocimiento de las vacunas rusas contra el coronavirus.
 
 

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"Vemos un enfoque sesgado (de los socios europeos) hacia las vacunas rusas por motivos políticos", constató Lavrov tras negociaciones con el presidente serbio, Aleksandar Vucic.
 
Lavrov expresó la esperanza de que "el sentido común triunfe" en este tema.
 
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) comenzó el proceso de autorización de Sputnik V para Europa a inicios de marzo.
 
El viernes pasado el Ministerio de Salud ruso informó que se están negociando los detalles de una visita de los representantes del organismo regulador, necesarios para poder certificar el fármaco Sputnik V. Esta visita puede tener lugar ya en diciembre.
 
En junio pasado una delegación de la EMA y la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegó a Rusia para inspeccionar el proceso de producción de la vacuna rusa.
 
La OMS publicó más tarde un informe preliminar en el que anunció haber registrado varios problemas en la producción del fármaco en Rusia, la mayoría de los cuales está relacionada con la protección del medio ambiente.
 
Los expertos también se refirieron a "problemas con la trazabilidad completa, la identificación y el historial de lotes de Gam-COVID-Vac (nombre técnico de Sputnik V)". Además, fueron detectados problemas con la esterilidad durante el proceso de fabricación.
 
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró entonces que todos los problemas detectados por la OMS pronto fueron resueltos.
 
Hoy en día la EMA evalúa cinco vacunas: Sputnik V, la primera vacuna registrada en el mundo en agosto de 2020, CureVac, Novavax, Sinovac y la francesa Vidprevtyn/Sanofi.
 
La agencia hasta el momento aprobó tres vacunas estadounidenses (Pfizer, Moderna y Johnson&Johnson) y una británica (AstraZeneca). 
 
 
Con información de Sputnik