La cifra de migrantes ilegales que utilizan Rusia como país de tránsito para ingresar a la UE es cada vez mayor, aseguró este domingo el secretario adjunto del Consejo de Seguridad ruso, Alexandr Grebionkin, en una entrevista con el periódico Rossiyskaya Gazeta.

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Según el funcionario, "el problema de la migración ilegal de ciudadanos extranjeros sigue siendo alarmante".

"La mayoría de ellos son ciudadanos de las repúblicas de Asia Central, Ucrania y Moldavia, que vienen a Rusia a ganar dinero. Hay una tendencia hacia el aumento del número de inmigrantes de los países de Oriente Medio, del norte de África y del sudeste asiático, que utilizan nuestro país como un territorio de tránsito para ingresar en los Estados de la UE en busca de mejores condiciones de vida", dijo Grebionkin.

El funcionario agregó que cada año en la frontera se detectan más de 20.000 extranjeros que intentan entrar ilegalmente en Rusia, más de 6.000 migrantes son detenidos al cruzar la frontera fuera de los puntos de control.

"Entre 2020 y 2021, se puso fin a las actividades de 182 organizadores de canales de migración ilegal. Solo este año, 22.400 de ciudadanos extranjeros, cuya entrada en Rusia está prohibida, no lograron cruzar la frontera", subrayó.

Días antes la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, recalcó que Moscú no tiene nada que ver con la crisis migratoria en la frontera entre Bielorrusia y Polonia.

En opinión del ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, la actual crisis migratoria se debe a la política de Occidente con respecto a los países de Oriente Medio y África del Norte.

La situación en la frontera bielorruso-polaca, donde miles de migrantes, en su mayoría procedentes de Irak y otros países de Oriente Medio, se reunieron con la esperanza de entrar en la Unión Europea, se agravó la semana pasada.

Las autoridades polacas aumentaron la seguridad fronteriza, reforzándola con el Ejército y frustrando los intentos de los migrantes irregulares de entrar en el país, y acusaron a Minsk de provocar una crisis migratoria con fines políticos.

Bielorrusia, a su vez, refutó estas acusaciones, alegando que Polonia está expulsando por la fuerza a los migrantes.


Con información de Sputnik