El traslado de biomateriales patógenos desde Ucrania a los países europeos podría dar lugar a un foco epidémico de escala comparable a la pandemia del covid-19, advirtió este jueves el jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia, Ígor Kirílov.

 

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"La situación actual con el envío de biomateriales patógenos desde Ucrania a los países de Europa podría provocar la pérdida de vidas y crear un foco de inestabilidad epidemiológica, cuya escala sería comparable a la pandemia del COVID-19", dijo en una comparecencia ante la prensa.

Según el militar, hay ejemplos conocidos en los que la actividad del organismo militar estadounidense con agentes patógenos del ántrax acabó en emergencias de bioseguridad.

En particular, entre 2005 y 2015, desde el campo de pruebas Dugway (EE. UU.) se enviaron esporas viables de ántrax a 194 destinatarios en 10 países de todo el mundo, afirmó.

Además, Kirílov reveló que el Ministerio de Defensa ruso descubrió el patrón del envío de biomateriales de Ucrania al extranjero.

"La financiación de las actividades militares y biológicas permitió a Estados Unidos y a sus aliados llevar al menos 16.000 pruebas biológicas fuera de Ucrania", dijo.

Recordó que la financiación, solo entre 2018 y 2020, ascendió a unos 32 millones de dólares, y subrayó que los documentos hallados por los militares rusos dicen que Estados Unidos, su personal y sus contratistas están exentos de la obligación de pagar impuestos u otros gravámenes similares que se cobran en Ucrania.

Los laboratorios biológicos ucranianos, destacó Kirílov, se dedicaron a realizar un amplio cribado de la inmunidad natural de la población con el fin de seleccionar los agentes más peligrosos específicamente para la población de una determinada región.

Señaló que en el marco del proyecto estadounidense UP-8 en Kiev, Odesa, Leópolis y Járkov se tomaron muestras de sangre a 4.000 militares para detectar anticuerpos contra los hantavirus y a otros 400 para detectar anticuerpos contra el virus de la fiebre de Crimea-Congo.

La prioridad de Washington en la actividad de los laboratorios ucranianos era estudiar el altamente peligroso patógeno del ántrax, dijo Kirílov.

"El análisis de los documentos muestra que no sólo se exportaron al extranjero muestras de tejido y suero humano, sino también patógenos peligrosos y sus vectores", recalcó.

Kirílov declaró que la exportación de patógenos desde Ucrania al extranjero suponía riesgos de filtración de "información genética sensible", así como amenazas a la seguridad biológica no sólo para Ucrania, sino también para las regiones a las que se trasladaban las muestras.

El militar ruso también indicó que los biólogos militares estadounidenses estaban interesados en las formas de transmisión del ántrax a través de los insectos.

Asimismo, Kirílov sostuvo que el centro nuclear de Los Álamos (Nuevo México), donde se desarrolló la primera bomba atómica, fue uno de los supervisores científicos del programa biológico en Ucrania.

"Todas estas actividades están bajo pleno control del Pentágono", añadió.

Además, según el Ministerio de Defensa ruso, el fondo de inversión de Hunter Biden, hijo del presidente de EE. UU., Joe Biden, participó en la financiación de las investigaciones.

El fondo cuenta con importantes recursos financieros de al menos 2.400 millones de dólares, señaló Kirílov.

"Al mismo tiempo, el fondo está estrechamente vinculado con los principales contratistas del departamento militar estadounidense, entre ellos Metabiota, que, junto con Black and Veach, es el principal proveedor de equipos para los laboratorios biológicos del Pentágono en todo el mundo", concluyó.

 

Con información de Sputnik