El Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino


29 de noviembre

Por: Dr. César A. Salomón*


En la Sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, el Comité para el ejercicio de los derechos inalienables del pueblo palestino, celebra el 29 de noviembre de cada año una reunión solemne de observancia del Día de Solidaridad. Entre los oradores figuran el Secretario General, el Presidente de la Asamblea General, el Presidente del Consejo de Seguridad y representantes de los órganos pertinentes de las Naciones Unidas y de organizaciones intergubernamentales. En la reunión se lee un mensaje del Presidente del Comité Ejecutivo de la Organización de Liberación de Palestina y Presidente de la Autoridad Palestina. Asimismo se invita a asistir a las organizaciones no gubernamentales, y un portavoz de la comunidad internacional de organizaciones no gubernamentales acreditadas para participar en el Comité hace uso de la palabra en la reunión.



En 1977, la Asamblea General pidió que se observara anualmente el 29 de noviembre como Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino (resolución 32/40 B). Ese día, en 1947, en que la Asamblea había aprobado la resolución sobre la partición de Palestina (resolución 181 (II)).

El 1° de diciembre de 2005, en su resolución 60/37, la Asamblea General pidió al Comité para el ejercicio de los derechos inalienables del pueblo palestino y a la División de los Derechos de los Palestinos que, como parte de la celebración, el 29 de noviembre, del Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, siguieran organizando una exposición anual sobre los derechos de los palestinos en cooperación con la Misión Permanente de Observación de Palestina ante las Naciones Unidas. Asimismo, la Asamblea alentó a los Estados Miembros a que siguieran dando el mayor apoyo y la mayor publicidad a la celebración del Día de Solidaridad.
 

Hoy recordamos que este 29 de Noviembre, se cumplen 62 años desde que la Asamblea General aprobó la histórica resolución 181, en la que instó a crear un Estado judío y un Estado árabe. El Estado de Israel, fundado un año después, en 1948, celebra ahora 61 años de existencia. Es vergonzoso que todavía no podamos celebrar la existencia de un Estado palestino.

La comunidad internacional no debe escatimar esfuerzos por ayudar tanto a israelíes como a palestinos a alcanzar una solución que conduzca al objetivo de la coexistencia de dos Estados, Israel y Palestina, uno junto al otro en condiciones de paz y seguridad. Las Naciones Unidas siguen teniendo actualmente la responsabilidad de resolver la cuestión de Palestina en todos sus aspectos y de conformidad con el derecho internacional. Asegurémonos de que ésta no se convierta en una responsabilidad permanente.

Hay siete millones de Palestinos: un millón y un cuarto viven en Cisjordania, un millón vive en Gaza, un millón y medio viven en los territorios ocupados en 1948, y el resto vive a lo largo y ancho de la Tierra.

En Cisjordania y Gaza viven bajo la ocupación militar sionista; en los territorios del 48 viven como ciudadanos de segunda clase; en los países árabes, la mayoría viven en campamentos de refugiados... ¡Pero no siempre se vivió así!

Hubo un tiempo en el que los Palestinos tuvieron casas, jardines, granjas y fábricas que habían sido antes de sus padres, y antes de los suyos, y antes de los suyos, y antes....

Nuestra tierra se extendía desde el río Jordán hasta el Mediterráneo y se llamaba Palestina; entre nosotros vivía un pequeño número de judíos y todos vivíamos en paz e igualdad...

A consecuencia de lo que sucedió en Europa, el movimiento sionista comenzó a ganar apoyos y empezó a pedir un Estado. Dijeron: "El Estado judío debe estar en Palestina", "una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra".

De la noche a la mañana, se nos privó de la condición humana. Nuestro país, que se encontraba bajo la ocupación británica, se convirtió repentinamente en un inmueble deshabitado y los británicos se otorgaron a sí mismos el derecho a disponer de él.
Miles de judíos ocupantes vinieron a nuestras costas y expulsaron por la fuerza a nuestro pueblo indefenso a los estados vecinos.

En el año 1948 nuestras casas, nuestros jardines, nuestras granjas y nuestras fábricas se convirtieron en suyas. Lo llamaron Israel.

Durante más de 20 años nos amontonamos en campamentos de refugiados, esperando que el mundo, que había ayudado a los judíos, nos ayudara a nosotros. En lugar de ayuda recibimos despotismo.

En el año 1967, el ejército sionista invadió Cisjordania y Gaza, los últimos dos trozos de Palestina. Les impusieron una dictadura militar.

Durante 35 años intentamos por todos los medios convencer al mundo para que reconociera nuestra humanidad y nos concediera los derechos de los que disfrutan los humanos. La respuesta fue el bombardeo de nuestros campamentos, la muerte de nuestras mujeres y niños, el asesinato de nuestros dirigentes, la extracción de nuestros árboles, la destrucción de nuestras casas.

Cuando intentamos defendernos, nos calificaron de "terroristas y criminales"...

Levantaron la veda a la caza de nuestro pueblo. Nos mataron en nuestras tiendas, nos torturaron en sus cárceles, nos tendieron trampas en nuestro exilio.

Durante 35 años buscamos la justicia. Recibimos agresiones.
Exigimos a los gobiernos del mundo nuestros derechos nacionales. Nos dieron un pedazo de papel en el que ponía: "resoluciones legales internacionales". Utilizamos la argumentación, la lógica y las armas para que los gobiernos de Occidente se dieran cuenta de que apoyar al Estado sionista significaba dictar la pena de muerte de nuestro pueblo. Recibieron más apoyo.

Nuestros dirigentes dijeron al mundo que el pueblo palestino quería obtener sus derechos por medios pacíficos, pero que utilizaríamos otros si no había otro camino.

Las acciones israelíes –como las matanzas extrajudiciales, el uso de armamento pesado contra los civiles, la demolición de casas, la expansión continua de los asentamientos y la construcción de un muro que divide profundamente el territorio palestino- han provocado el aumento de la miseria y los sentimientos de desesperanza entre los palestinos, han socavado los esfuerzos para limitar la violencia y han fomentado el odio y la cólera hacia Israel.

La violencia en los últimos años ha cobrado miles de vidas. La mayoría de éstas han sido de palestinos, pero también ha habido víctimas israelíes. Muchos de los muertos han sido niños. Sin embargo, no hay solución militar posible para el conflicto palestino-israelí. La única solución descansa en un proceso político: uno que resulte en un arreglo comprensivo, justo y duradero, basado en dos Estados, Israel y Palestina, viviendo lado a lado en paz y con fronteras seguras y reconocidas.

Se necesitan grandes esfuerzos para atender la emergencia humanitaria y la devastación económica experimentada por el pueblo Palestino. Pobreza extrema, desempleo, niños sin escuelas, y un fuerte sentimiento de frustración y desesperación, son parte del día a día de los palestinos bajo ocupación. También hay que tener en cuenta la dificultad causada por restricciones severas del movimiento de personas y bienes materiales, toques de queda, barricadas, puntos de control y la construcción de una barrera de separación.

Debe trabajarse sin descanso, hasta que el pueblo Palestino finalmente obtenga lo que es suyo por derecho: el ejercicio de sus derechos inalienables, un Estado Palestino soberano e independiente.

*  Abogado
Cel.: 328-1727191