EE.UU. e Israel juegan con fuego frente a Irán

por Kaveh L Afrasiabi

Amano lleva su ‘informe’ a sus amigos en Washington.

El mundo no ha oído semejante ruido ensordecedor respecto al informe del OIEA sobre un país desde 2002-2003, cuando los funcionarios estadounidenses mintieron intencionalmente a la comunidad mundial respecto a la amenaza de las armas de destrucción masiva de Iraq. Una comparación casual de la retórica oficial de Washington de entonces y de ahora, respecto a Irán, revela un fuerte parecido que debería causar escalofríos en su tumba a George Orwell.

Inglaterra y su noche anticatólica

Por Isaac Biggio

En el Reino Unido hay una fecha en la cual en cada uno de sus 650 distritos hay decenas de parques donde se dan hogueras o fuegos artificiales. Esta no es el 31 de diciembre ni ninguno de los festejos por año nuevo de cualquiera de sus numerosas minorías.

Israel, EU y GB amenazan con una guerra a Irán

Alfredo Jalife-Rahme

Tomaré algunos titulares del periódico israelí Haaretz(levemente menos belicoso queThe Jeruslaem Post, portavoz del fundamentalismo sionista global) que ostentan clásicos preparativos de "guerra sicológica" contra Irán, en vísperas de la publicación de un reporte de la polémica Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), sobre los más recientes avances nucleares de la teocracia chiíta persa.

Y ahora, ¿a quién más bombardeamos?bombardeo libia otan

Por Adrián Mac Liman*

Durante los primeros meses de la llamada “primavera árabe”, tanto los políticos occidentales como los integrantes del núcleo duro de la Administración Obama, coincidieron en reclamar una contrapartida generosa y razonable por parte de Israel. En resumidas cuentas, lo que reclamaba Occidente parecía relativamente sencillo: esperaba que “establishment” de Tel Aviv tratara de amoldarse a las nuevas realidades de Oriente Medio, al nuevo panorama geopolítico emanante de los cambios registrados en Túnez y Egipto, de los movimientos de protesta de Yemen y Jordania, de Marruecos y Siria. Una invitación ésta a la que los políticos hebreos contestaron con su habitual cinismo: “Esperad a ver la resurrección del islamismo radical”. Sin embargo, para las Cancillerías occidentales, la argumentación israelí parecía poco convincente. Y aún más, después de la caída de Gadafi y la necesidad de buscar una respuesta válida y contundente a la sangrienta represión ejercida por el “hombre fuerte” de Damasco: Bashar el Assad.