Europa: ¿quién lleva el agua al molino de los islamistas?
Durante su reciente periplo europeo, el Presidente Obama chocó con Nicolás Sarkozy al abordar el tema de la integración de Turquía en el Unión Europea. Al igual que la mayoría de los políticos de su país, el dignatario estadounidense es un ferviente defensor de la presencia del populoso estado otomano en el concierto de los Estados democráticos de Occidente. Por su parte, el presidente galo es un acérrimo detractor del ingreso de Ankara en el “club de Bruselas”.