La halitosis, más conocida como mal aliento, ese olor desagradable u ofensivo procedente de la cavidad bucal, tiene su origen en la boca en un 87 por ciento, un 41 por ciento cuando la lengua presenta una capa blanca en la superficie, en un 31% si el paciente sufre gingivitis, la enfermedad que inflama las encías y en un 28% si padecen periodontitis, que ya es una grave infección de las encías que daña el tejido blando y que, sin tratamiento, puede destruir el hueso que sostiene los dientes. En otros casos, en menor porcentaje tiene su origen en un 8 por ciento en las vías nasofaríngeas.