“Quise que nunca más vuelva a besar”, confesó un científico que cercenó el labio de su esposa después que ésta le solicitó el divorcio.

Se trata de un respetado investigador científico del Instituto Karolinska de Suecia, de 52 años de edad, cuyo nombre no se reveló, aunque la prensa de ese país señala que es de origen iraní y se mantiene bajo custodia policial.

 

El académico dijo a las autoridades que investigan el ataque que planificó suicidarse después de haber mutilado a su esposa, de 32 años de edad, en mayo de este año.

Según declaró el agresor, no quiso matarla, sino que sufriera por el resto de su vida por su decisión de abandonarlo.

Los fiscales dijeron que el profesor montó en cólera cuando su esposa le pidió el divorcio reiteradamente y se enfureció cuando su cónyuge regresó a casa de un viaje en el cual él creyó  que había encontrado un nuevo amante.

“Primero cogí un cuchillo, pero no tenía suficiente filo. Entonces tomé un escalpelo que se usa en cirugía”, dijo, y agregó que su esposa estaba despierta durante la agresión, a la cual le dijo que no quería matarla, sólo “castigarla”.

“Tomé uno de sus labios, lo corté y lo comí”, manifestó durante el interrogatorio y explicó que tras cercenar el labio temió que los cirujanos lo reimplanten, entonces lo tragó para evitarlo. “Espontáneamente concebí la idea, pensé que debía deshacerme del labio”, confesó.

“Soy un hombre de ciencia, tengo un coeficiente intelectual muy alto; poseo la habilidad de resolver problemas en un segundo”, presumió ante las autoridades.

La policía quiso imputarle el cargo de tentativa de homicidio, por la brutalidad del ataque, pero la corte decidió disminuir la acusación cambiándola por ataque agravado, cuyo juicio comenzará el 3 de julio próximo.