Entorno presidencial funciona con chismes
Pese a que el presidente Ollanta Humala niega que se realice seguimiento a políticos o funcionarios, además de su exjefe de gabinete Salomón Lerner Ghitis, Carlos Tapia confirmó que se perpetran esas prácticas desde el principio del gobierno humalista, cuando él trabajó para el Presidente.
Carlos Tapia fue un asesor principal del gobierno y días atrás ya había señalado que antes de solicitársele su renuncia, en noviembre de 2011, Salomón Lerner le mostró un archivo, de 50 hojas, con sus declaraciones y actividades, hecho de pleno conocimiento del presidente Ollanta Humala.
En declaraciones a RPP, Tapia confirmó dicho seguimiento y narró que alguien escribía todo lo que decía, pero además mintieron diciendo que él había hablado mal de Nadine Heredia, cónyuge del Presidente.
Tapia niega haber hablado mal de Heredia y atribuye el chisme al asesor Adrián Villafuerte, pues, a su parecer, éste tenía celos de que Tapia pudiese ambicionar ser ministro o que ocupase un cargo importante, cargos que Tapia asegura no haber ambicionado.
Esto indica el poder que fue ganando Villafuerte, liquidando a personajes que no eran de su agrado para alejarlos del entorno presidencial, juego en el cual cayeron Humala y Heredia, prestando oídos a chismes, es decir, están gobernando el Perú como si se tratase de un callejón de chismosas.
Ayer Lerner reveló la incomodidad de Humala al enterarse de los chismes sobre Nadine elaborados tras un seguimiento, hecho que determinó la caída de Tapia.
Una vez más se demuestra en qué se ocupa el servicio de inteligencia, por eso la delincuencia crece, pues los recursos del Estado se dedican a buscar chismes para satisfacer a Nadine Heredia, mientras poco se hace para desarticular bandas criminales o buscar desaparecidos. Son innumerables los casos de padres que denuncian la desaparición de menores y todo lo que reciben es negativas o solicitud de dinero para la gasolina de los patrulleros.
Palacio ordena amenazar
Como se recuerda, cuando Malka Maya Albarracín fue denunciada por ser una funcionaria del Palacio de Gobierno que gana más que el Presidente y se dedica a amenazar o amedrentar a los congresistas recordándoles sus problemas en forma de chantaje, intentando acallarlos, el Presidente al ser abordado por los periodistas la defendió diciendo sin rubor: “Son formas de trabajar”, en lugar de despedirla.
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