fosil ballena ocucajeEl Dakar 2012 los dañó y dejó toneladas de basura

A pesar de los numerosos hallazgos paleontológicos de impacto mundial ocurridos en los últimos años en nuestro país, las autoridades aún no asumen frontalmente la responsabilidad de proteger los fósiles y favorecer el desarrollo de investigaciones científicas que permitan conocer su verdadera trascendencia.

 

 

Por el contrario, se autorizan actividades potencialmente destructivas para los miles de fósiles que yacen en la superficie del desierto de Ocucaje, como el rally Dakar, sin que se conozca plenamente la extensión, características y situación actual de uno de los yacimientos paleontológicos más importantes del mundo.

El Ministerio de Cultura ha anunciado que para reducir “considerablemente” el daño en los fósiles se ha implementado una campaña de señalización. ¿Cómo se puede evaluar el daño o reducirlo si se desconoce su situación actual? ¿El Instituto privado que asesora al Ministerio de Cultura tiene acreditación académica como para realizar tan importante labor?

Estas medidas lejos de resolver el problema son evidencia del poco entendimiento que existe sobre aspectos elementales del registro paleontológico. Lamentablemente, no se podrá saber cuanto patrimonio se perdió, pero seguiremos creciendo económicamente, eso es lo importante según parece.

En 1863, el gran científico Antonio Raimondi descubrió el esqueleto fosilizado de una ballena en el desierto que separa Acarí del Puerto de Lomas, en la costa norte de Arequipa. A pesar de los escasos conocimientos de la época, el sabio italiano dibujó e identificó los restos del cetáceo y determinó su antigüedad con gran precisión. Lo que Raimondi desconocía era que había descubierto uno de los lugares más extraordinarios del planeta para estudiar la evolución de las ballenas.

Actualmente, las rocas que contienen estos fósiles son ampliamente conocidas como pertenecientes a la Cuenca Pisco y se ha determinado que están expuestas en la superficie del desierto por más de 300 kms con interrupciones desde Pisco hasta Yauca.

Numerosos esqueletos de animales marinos finamente preservados, como ballenas, delfines, focas, cocodrilos y aves, yacen sobre las áridas pampas de Sacaco (Arequipa) y Ocucaje-Paracas (Ica), como un legado natural e invalorable del pasado de nuestras costas, mucho antes que la especie humana evolucionara.

Más de un siglo después de Raimondi, mientras el mundo se rinde ante lo extraordinario de cada descubrimiento en el Perú (por ejemplo, el gran cachalote Livyatan melvillei o el pingüino con plumas fosilizadas Inkayacu paracasensis), este paraíso científico sigue desatendido por nuestras autoridades como si realmente fuera un territorio baldío, carente de valor y, por ende, disponible para cualquier actividad económicamente rentable como el Dakar.


Así es, el Dakar 2013 recorrerá los primeros días de enero los desiertos de Ica y Arequipa y dejará cuantiosos recursos económicos al país. ¡Todos lo celebran! Por supuesto, las autoridades encargadas de velar por el patrimonio peruano —en este caso el Ministerio de Cultura— han aprobado la ruta “secreta” que recorrerán cientos de vehículos de diverso tipo y miles de espectadores.

Para reducir “considerablemente” los daños ocasionados por la versión anterior del Dakar, esta vez la sede de Lima del Ministerio de Cultura ha informado acerca de la implementación de una campaña de señalización de los sitios paleontológicos. Uno podría pensar que es una medida razonable si al menos existieran estudios previos de evaluación que incluyeran un registro básico de las localidades paleontológicas en la zona y su potencial contenido fosilífero (vertebrados, invertebrados, etc.).

La realidad es que estos no existen, y si existieran ¿Quiénes han realizado estos estudios? ¿Posee el instituto privado que menciona el Ministerio la acreditación académica que garantice una evaluación seria y profesional? Hemos recibido la alarmante noticia que a cinco días de iniciarse el rally Dakar, las autoridades del Ministerio de Cultura de la Región Ica no habrían sido informadas oficialmente sobre la campaña de señalización procedente de Lima.

La medida adoptada muestra improvisación y desconocimiento sobre la problemática paleontológica. Ocucaje es el yacimiento fosilífero más importante del mundo para estudiar la evolución de los cetáceos y los ecosistemas costeros de la Era Cenozoica. Existen en la zona cientos de restos fósiles de vertebrados marinos, algunos emparentados con las especies actuales y otros pertenecientes a especies muy primitivas, todos de incalculable valor científico.

Su riqueza radica en la calidad de la fosilización, la abundancia de especímenes, la diversidad de especies conservadas, el lapso de 45 millones de años registrados en las rocas de la zona y, como si fuera poco, la enorme extensión del yacimiento que alcanza aproximadamente 2,100 km2, de los cuales se conoce, paleontológicamente hablando, un mínimo porcentaje.

Para autorizar actividades como el Dakar en Ocucaje se debería contar con una base de datos sistematizada de la extensión y ubicación de las localidades fosilíferas (con sus características geológicas, sedimentológicas y paleoambientales), así como la concentración promedio de restos por unidad de superficie, contenido taxonómico, antigüedad, etc.

Por ejemplo, para la realización del trazo y posterior excavación de la zanja de un metro de ancho y dos metros de profundidad que transportará gas a lo largo del desierto de Ocucaje se iniciaron evaluaciones paleontológicas hace unos dos años y aún no concluyen. En el estado actual del conocimiento, sería muy difícil definir una ruta que no afecte los restos paleontológicos dentro del desierto de Ocucaje, incluso para nuestro equipo que investiga y publica estudios científicos de los vertebrados de la zona desde hace varios años.

Esta situación de abandono en la que se encuentran los restos paleontológicos no es un caso aislado, es el común denominador. Desde hace casi 20 años, una empresa minera —llamada Calminsa y posteriormente CalSur— está asentada en la localidad paleontológica de Sacaco Sur, una de las más ricas de la zona de Sacaco.

La empresa utiliza las conchas de moluscos fósiles para extraer y comercializar carbonato de calcio. Lo grave de esta situación es que el terreno subyacente estaba tapizado de esqueletos de ballenas, delfines, perezosos y pingüinos de cinco millones de años de antigüedad. Ninguna autoridad, local, regional o nacional, controla tal situación.

Un extraordinario esqueleto del perezoso acuático Thalassocnus en exhibición en el Museo de Historia Natural (UNMSM, Lima), fue descubierto por Mario Urbina en Sacaco Sur justo antes del asentamiento de la fábrica. Raimondi en sus Notas de Campo para su obra “El Perú” (1948) describe esta zona de la siguiente manera: “Por todas partes se ve huesos sueltos, otros reunidos en conchas y como petrificados. Aquí se nota vértebras, más allá costillas… y restos de animales casi enteros”. Probablemente, muy poco de este patrimonio natural exista ahora.

En Chile, serios daños producidos por versiones anteriores del Dakar en sitios arqueológicos del desierto de Atacama y Coquimbo han sido denunciados por el Colegio de Arqueólogos de ese país.

Por ejemplo, evaluaciones hechas por el Consejo Nacional de Monumentos indican que durante el Dakar 2010 se dañaron el 50% de los sitios arqueológicos que contaban incluso con medidas de protección. En Chile, la destrucción del patrimonio está quedando en la total impunidad debido a que el Estado avala estos eventos.

En nuestro país el caso es similar. El Estado favorece eventos como el Dakar o actividades extractivas haciendo prevalecer el “beneficio” económico a cualquier costo.

Es lamentable que los invalorables recursos que la naturaleza y la historia nos han prodigado generosamente desaparezcan sin haberlos siquiera conocido.

La paleontología es una ciencia natural que estudia los restos de organismos (plantas microscópicas, insectos, dinosaurios, etc.) que vivieron en el pasado, principalmente a través de los fósiles. Los fósiles, restos biológicos de más de 10,000 años de antigüedad, yacen en las rocas sedimentarias.

Las bases científicas de la paleontología se encuentran en la biología y la geología y su interés radica en reconstruir la historia de la vida y la evolución de los ecosistemas del pasado. La paleontología difiere notablemente de la arqueología (en su tema de estudio, metodología de investigación y procesos de colecta), esta última encargada de estudiar el legado cultural del hombre antiguo.

Actualmente, el Ministerio de Cultura usa el reglamento de Investigaciones Arqueológicas para los proyectos de investigación paleontológica y requiere la participación de un arqueólogo en la codirección de estos proyectos. Considerando que la paleontología es una ciencia de la vida y que los fósiles son un patrimonio natural, y no cultural como lo estipula la ley peruana, es probable que el Ministerio de Cultura encuentre en este tema una problemática bastante alejada de su espectro de actividades.

Esta situación incierta favorece la aparición de oportunistas y advenedizos, autoproclamados científicos defensores del patrimonio, que sin ningún respaldo académico intentan sorprender, muchas veces con éxito, a la prensa y al público en general.

Así como se requiere la realización de estudios de impacto ambiental y de inexistencia de restos arqueológicos, es hora que el Estado exija la realización de evaluaciones paleontológicas siempre que se proyecten obras civiles, actividades mineras, petroleras, etc. en el territorio nacional.

Esto evitaría pérdidas irreparables como las que ocasionan, por ejemplo, las fábricas de ladrillos que utilizan arcilla con huesos de gliptodontes (armadillos fósiles gigantes) en los alrededores de la ciudad de Cusco. Por otro lado, es indispensable iniciar una política de fomento al desarrollo de estudios paleontológicos pues el conocimiento es la base para empezar a valorar este patrimonio.

Consecuentemente, se precisa de un reglamento específico para la actividad paleontológica que permita, a los investigadores/paleontólogos acreditados por instituciones peruanas reconocidas, formar colecciones científicas que garanticen la perpetuidad de los fósiles. El turismo paleontológico es una alternativa interesante para sitios como Ocucaje, Sacaco o el Bosque Petrificado de Sexi siempre que existan estudios que garanticen su adecuado manejo.

Rodolfo Salas Gismondi
Curador, Departamento de Paleontología de Vertebrados
Museo de Historia Natural – UNMSM, Lima, Perú
Doctorante, Escuela Doctoral Franco-Peruana de Ciencias de la Vida
École Doctorale SIBAGHE
Institut des Sciences de l’Évolution – Montpellier (ISEM)
Université Montpellier 2, France

Julia Tejada Lara
Departamento de Paleontología de Vertebrados
Museo de Historia Natural – UNMSM, Lima, Perú
Division of Vertebrate Paleontology
Florida Museum of Natural History – University of Florida
Instituto Francés de Estudios Andinos

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