Rocío Ferrel

La presencia del cura blasfemo, Manuel Fernández, creado cardenal por el papa Francisco, quien recientemente lo instaló al frente de la que fue la Congregación para la Doctrina de la Fe (que fue dirigida por personas tan brillantes como Benedicto XVI), ahora Dicasterio para la Doctrina de la Fe, no sólo resultó repulsiva, sino que nos ayuda a atar cabos sobre los sujetos que rodean de cerca a este pontífice.

 

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Como se recuerda, el vulgar argentino Fernández es autor no sólo de un libro obsceno, pornográfico y blasfemo, sino de otros más. Lo peor es que Francisco sabía esto antes de designarlo cabeza del referido dicasterio, donde lo primero que hizo fue publicar la declaración herética Fiducia supplicans para alentar los pecados como la homosexualidad.

La monja blasfema

Una reunión con el Papa es algo muy difícil para cualquier persona, incluso para sacerdotes y monjas, pero no fue nada difícil para una monja blasfema conseguir varias reuniones con Francisco, quien brindó un trato preferente a esta mujer argentina, Lucía Caram, con quien se ve al Romano Pontífice departiendo contento, muy a gusto. Ella, además de proferir herejías, blasfemó contra la Virgen María y es una adicta a las apariciones mediáticas para soltar frases vulgares y polémicas, inmiscuyéndose incluso en política, por lo cual hasta sus compañeras religiosas han expresado su repudio.

El Código de Derecho Canónico dice: “Can. 1368 - Quien, en un espectáculo o reunión públicos, en un escrito divulgado, o de cualquier otro modo por los medios de comunicación social, profiere una blasfemia, atenta gravemente contra las buenas costumbres, injuria la religión o la Iglesia o suscita odio o desprecio contra ellas debe ser castigado con una pena justa.”. Antes la pena para la blasfemia era la excomunión ipso facto, lo cual deja ver el trabajo de infiltrados en el Vaticano para minimizar la blasfemia.

 

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En el recuadro rojo se observa el cuadro blasfemo de Judas

 

El cuadro de Judas

Hace un tiempo, en 2021, se publicó en diversos medios la foto en la pared de una oficina del papa Francisco, donde se veía colgado un cuadro obsceno y blasfemo de Judas con Jesús. Francisco dijo entonces que no sabía cómo llegó el cuadro allí. Sin embargo, la infame pintura permanece en el mismo sitio en 2024, como lo muestra un vídeo del Vaticano donde Francisco difunde un mensaje en marzo, se siente muy a gusto con dicha vulgaridad.

Como todos los católicos saben, Judas está condenado en el infierno, lo cual incluso fue confirmado por santos notables. La presencia de dicha pintura es una ofensa a la Iglesia y es participación en la blasfemia. Además de ser morbosa la escena, apunta a reivindicar la figura de Judas.

No sólo eso, la persistencia del cuadro blasfemo en ese lugar indica que el círculo estrecho en torno a Francisco comparte la blasfemia, pues todo pontífice tiene consejeros. Si un consejero hace notar a un Papa la gravedad del hecho y tras eso éste se niega a retirar el cuadro, implica un significado muy claro, que el pontífice defiende la blasfemia, por ello sólo hay dos posibilidades: o sus consejeros defendieron esa blasfemia o son tan indignos que no renuncian si el Papa no accede a su consejo de retirarlo.

Pachamama

Otra perla de los allegados al Papa es promover un ritual de la Pachamama en presencia de Francisco hace unos años, lo cual es denigrante para la Iglesia.

La Iglesia siempre se ha acercado a comunidades nativas de todo el mundo para hacerles conocer  la fe católica o bautizarlos. Aunque se puede admirar a ciertas comunidades indígenas por su respeto a la naturaleza, ello no implica que se deba aplaudir sus idolatrías y mucho menos llevar un ritual idólatra, como el de la Pachamama (considerada una deidad) en presencia del Papa, con ídolos incluidos, lo cual apunta a una mano negra que busca ridiculizar a la fe católica. En ese momento, el Papa pudo haber pedido no iniciar el ritual y predicar para arrojar luces sobre la idolatría y dignificar el respeto de los nativos a la naturaleza, pero no lo hizo.

Bailes satánicos frente al Papa

Con motivo de una actividad de jóvenes en Lisboa, en agosto de 2023, donde el papa Francisco estuvo presente, se escenificaba el Vía Crucis. En un andamio gigante se subieron jóvenes  a realizar contorsiones como si estuviesen locos, mientras que parte de ellas en un momento sacudían el trasero como bataclanas (ver vídeo del Vaticano, abajo, a partir de una hora con seis minutos).

 

 

 

El Vía Crucis es la Pasión de Cristo, es el episodio más triste del cristianismo, por tanto, toda representación debe guardar el respeto y recato debidos. Ni siquiera sería bien visto un espectáculo festivo, y mucho menos baile de bataclanas, ante cualquier persona en dolorosa agonía, sería una burla muy grave, y lo es mucho más en el Vía Crucis, donde Jesús iba lleno de llagas y golpes, sangrante, cargando la pesada cruz con corona de espinas en medio de latigazos, hacia su crucifixión.

 

baile bataclanas papa francisco ago 2023 lisboa

Momento en que las bailarinas sacuden su trasero en la representación del Vía Crucis

 

Por tanto, más que herético el espectáculo, fue francamente satánico, sin que después haya habido una disculpa del Vaticano ni un documento que arroje luces sobre el respeto debido en estos actos.

Persecución a buenos sacerdotes

En medio de toda esta debacle, buenos sacerdotes como el obispo de Texas Joseph Strickland, son víctimas de persecución. Strickland es conocido defensor de la doctrina católica tradicional y los evangelios y por predicar sobre los pecados sexuales, como las relaciones fuera del matrimonio o la homosexualidad y contra los movimientos e intentos de reforma en la Iglesia que pretenden normalizar dichos pecados y cambiar la posición católica sobre asuntos como el aborto.

En respuesta, el Papa le abrió una investigación con visita apostólica y le exigió su renuncia. Strickland se negó a renunciar: “No puedo dimitir como obispo de Tyler, porque eso equivaldría a abandonar a mi rebaño”, dijo y fue respaldado por la “Coalición por los sacerdotes cancelados”. Strickland, de 65 años, había sido nombrado obispo en 2012 por Benedicto XVI y finalmente fue destituido hace días.

Otro caso. El cardenal Robert Sarah prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, tildó de “herejía” la declaración aprobada por el Papa para las bendiciones de parejas homosexuales, divorciados, etc., Fiducia Suplicans, del cardenal Fernández.

En respuesta, el Papa Francisco en febrero de 2024, pocos días después, aceptó la renuncia (no sabemos si fue obligada) por límite de edad del cardenal Sarah en el cargo que desempeñó desde noviembre de 2014. Lo vergonzoso es que Sarah tiene 78 años de edad en perfectas condiciones físicas y mentales, sin embargo, Francisco tiene 87 años y sigue ejerciendo su cargo.

Por lo anterior, nos preguntamos lo que sucede con Francisco: ¿ignorancia, demencia senil, o está de lado de los masones infiltrados en el Vaticano?

Finalmente, lejos de ser estos escándalos una tentación para salir de la Iglesia, en todo el mundo cada vez hay más laicos bien preparados o informados, quienes no salen de la Iglesia, sino que manifiestan su discrepancia de estas posiciones heréticas y escándalos y las divulgan en las redes sociales con una interesante labor de docencia, lo cual es muy saludable y además a los laicos el Vaticano no los puede sancionar como lo está haciendo con destacados obispos.