Útiles escolares tóxicos: ¿quién protege a la niñez?

lapices de colores
¿Así se apuesta por el futuro del Perú?

En diversos medios se comenta sobre la toxicidad de ciertos productos escolares, como plastilinas, plumones, lápices (de carbón y de colores), borradores, gomas sintéticas, forros para cuadernos, entre otros. Como si fuese el remedio, el ministerio de Salud (Minsa) emitió un comunicado dando algunas recomendaciones.


El Minsa advierte tener cuidado con productos de “dudosa procedencia” y aconsejó “adquirirse útiles en lugares formales como librerías, bazares y supermercados”, para de esta manera evitar comprar productos adulterados y de mala calidad. Todo un ministerio dando consejos de comadre o de abuelita.

¿Qué sucede con los funcionarios del Minsa? ¿No conocen la realidad? ¿Son o aparentan ser tontos? ¿Han recibido coimas? Hay muchas preguntas que nos podemos plantear para responder a la estupidez de esos comunicados que en nada ayudan a los padres de familia.

¿Qué diferencia hay entre comprar en ambulante o en Ripley? ¿Acaso no saben que la tienda chilena Ripley ha sido denunciada por cambiar el rotulado, además de incurrir en prácticas de publicidad engañosa en perjuicio de los consumidores? Si se trata de útiles escolares, de nada sirve que vaya a una gran tienda y evite al ambulante, puesto que el cambio de rotulados y la producción e importación sin control no son la excepción, sino que son prácticas comunes, en especial, en tiendas como Ripley, tienda a la que se obligó, por ejemplo, a retirar los juguetes Matel, importados de Chile, por su toxicidad.

Digesa, un simple observador

Como para el gobierno la salud y la vida de las personas no tienen valor, sino que coloca encima a los intereses de grupos económicos, la Dirección General de Salud (Digesa), no es más que un organismo observador, sin facultades coercitivas que le permitan sancionar, cerrar y multar a los degenerados que realizan actividades que atentan contra la salud pública, ya sea producción, distribución o comercialización.

Para asegurarse de que la salud de los peruanos se deteriore y de que muera por enfermedad el mayor número posible de gente del pueblo (“perros del hortelano”), el gobierno ha convertido a Digesa en un muñeco con las manos atadas, pues a pesar de poder emitir análisis sobre toxicidad, no tienen la capacidad para multar o cerrar en forma definitiva y efectiva a los malhechores.

Así, ante las denuncias del público, la Digesa (debido a que por ley no tiene más facultades) se limita a emitir recomendaciones a municipalidades y ministerios. Si la vida de los peruanos tuviese valor, bastaría la demostración del peligro para la salud para multar, incautar o cerrar empresas formales o informales, situación que es aprovechada por funcionarios corruptos de ministerios y municipalidades para, previa coima, permitir continuar operando a los infractores de las normas de salud, parece que el gobierno no se conforma con los muertos a balazos opositores, también provoca más muertes y penosas enfermedades mediante una intencional mutilación de funciones a los órganos de salud.

No sólo los útiles, sino uniformes

Pero no sólo los útiles de escritorio son peligrosos para los escolares. ¿Sabía usted que las telas pueden ser teñidas con tintes cancerígenos que se absorben por la piel? Muchas tintas, en especial las negras, son producidas con materiales muy dañinos para el organismo, los cuales penetran por la piel. Lamentablemente, el color negro es un componente del color gris de los uniformes escolares.

Muchas de estas tintas proceden de la China, pero no se cuenta localmente con un control que garantice la inocuidad de las telas.

Aspartame

Recomendamos a los padres de familia tener cuidado con los jugos de fruta que se promocionan en televisión, que señalan ser fruta sin azúcar. Normalmente las empresas productoras recurren a edulcorantes artificiales sobre los cuales no está dicha la última palabra, pero existen estudios que señalan preocupación por un gradual daño neurológico que podrían ocasionar. La misma precaución se debe tener con las gaseosas, con mayor razón si el cerebro del niño está en formación, por lo que es más vulnerable que el del adulto.

Envases rojos

En muchos países se han prohibido los envases rojos para niños, porque liberan muchas dioxinas, muy cancerígenas, pero en el Perú se siguen empleando, inclusive en locales como los comedores populares, donde los niños reciben sus alimentos en estos envases, como boles o tazones.

Para agravar el problema, el proyecto de creación del ministerio de Medio Ambiente contempla que la Digesa sea absorbida por ese nuevo ministerio, cuando debería permanecer a cargo del ministerio de Salud, como sucede en los países de primer mundo, como Estados Unidos, en el cual el control de alimentos y fármacos (en el Perú a cargo de la Digesa y Digemid) está a cargo de la Food and Drug Administration, como ya habíamos señalado.

¿Qué se puede hacer?

Lamentablemente el consumidor peruano no puede tener la seguridad de la clase de producto que le han vendido, a menos que se trate de burdas imitaciones que resulten obvias. Comprar en tienda o en ambulante no es garantía, en cualquiera de ambos tipos de local puede ser engañado. Como hemos señalado, el estado no protege, antes, disimuladamente busca que muera con esta monstruosidad de sistema de salud.

  • Se debe incrementar los controles en las importaciones procedentes de Asia y Chile, lugares de procedencia de productos tóxicos.
  • Las importaciones deberían estar sujetas a una tasa de ingreso que se destine a financiar personal y otros costos para los análisis que se requieren de los productos.
  • Todo hallazgo de un producto nocivo debería ser publicitado por el Minsa y en los medios.
  • Al primer hallazgo de un producto nocivo la empresa productora debería ser sancionada, pero la reiteración debería implicar el cierre e incautación de toda su infraestructura y equipos (para los locales) y la prohibición de ingreso al país de sus productos (en el caso de empresas de otros países).
  • Investir a la Digesa y Digemid de facultades punitivas que les permita cerrar locales donde se producen o comercializan productos peligrosos para la salud, sin que medie otro ministerio o municipalidad, instancias en las que mediante corrupción los infractores pueden “resolver” su criminal problema. La SUNAT sí tiene estas facultades, pues para el gobierno los tributos son más importantes que la salud y vida de los peruanos.


Pero estas tareas son obligación del estado, para eso pagamos a los burócratas, no para que contraten caras consultorías para beneficiar a privilegiados, no obstante se perpetúa el abandono de la salud pública. Al parecer, la salud de la niñez no es prioridad para el gobierno, habida cuenta de la indiscriminada importación de estos artículos, puesto que no se exige ninguna garantía de calidad desde el momento de del ingreso.