“Somos más”

Siguen pensando en el '79.

No quería decirlo, pero vuestros artículos generan una sensación hilarante junto con una absoluta pena al ver que en nuestro país todavía hay BURROS. Llámenme prochileno, si quieren. Total, a palabras necias, oídos sordos.

Fuera del tema de Joseph Dager, veo que la línea que ustedes llevan más que defender la soberanía nacional es actuar a la defensiva y atacar a todo aquel que no profese un odio a nuestro vecino, hermano y amigo país del sur.


Si uno investiga la historia de la GP, se da cuenta de que el Perú también comete errores, y siendo una de las partes litigantes, va a tener una versión inclinada a su favor. ¿No es entonces, acaso, una visión inmadura y poco argumentada el hecho de mostrar a intachables historiadores de mi casa de estudios como prochilenos o pobres sirvientes del gobierno chileno? Si es así, creo que deberían mirar más allá de sus narices, porque somos muchos más de los que ustedes creen.

Si es que usé el término "burros" en la misiva anterior, fue para —por un instante— rebajarme al nivel de ustedes al momento de comparar a historiadores con animales al mismo estilo de los extremistas nacionalistas con fundamentos sin pies ni cabeza.

No me arrepiento: lo menos ofensivo que se les puede decir a ustedes es que son unos burros, si es que puedo usar vuestro léxico por esta vez


Giacomo Novella

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Perseverante Giacomo:
No dices nada nuevo en esta tu segunda carta, sigues con lo mismo.
¿Qué clase de historiador será el que piensa que es pecado que el Perú recuerde la guerra de 1879 y no se pronuncia sobre Chile, que recuerda a todo instante a sus criminales de guerra con monumentos, homenajes o poniendo sus nombres a sus naves de guerra? Es muy extraña la formación que reciben en la Católica.
Existiendo tantas maneras de pensar y entender la realidad, es perfectamente comprensible que para algunos resulte hilarante la defensa de los intereses del Perú frente a su enemigo histórico. Si te complace llamar “burros” a quienes escriben defendiendo al Perú, puedes hacerlo; pero es mejor ser burros que mansos carneros venales al servicio del enemigo chileno. En cuanto a quién es o no es “prochileno”, podemos decir que eso no depende de la opinión o juicio de los demás, sino de la actitud de servir los intereses del Perú o los intereses de Chile. Entonces, no se trata de que llamen “prochileno” a alguien; se es prochileno como resultado o expresión de determinada conducta.

Aun cuando eres libre de opinar a favor de Chile, conviene que emplees el lenguaje con precisión. Cuando escribes “nuestro vecino, hermano y amigo país del sur”, fallas con lo de “hermano”, porque el hermano que mata al hermano es fratricida; consecuentemente, la frase debió ser “nuestro vecino, fratricida y amigo país del sur”. También debes ordenar tus pensamientos: los peruanos no odiamos a Chile, no los hemos invadido; los chilenos sí odian al Perú, por eso robaron y asesinaron durante la guerra, lo cual —según parece— produce un éxtasis o arrobamiento que bloquea el intelecto de algunos historiadores e intelectuales peruanos que llaman “país hermano” a Chile.

En cuanto a que el Perú cometió errores, nunca lo hemos ocultado, porque hacerlo sería ignorar la realidad histórica; cuantas veces ha sido necesario, hemos denunciado y denunciamos los errores y traiciones, tanto del pasado como del presente. Sin embargo, eso no quita que nuestra posición sea incondicional y militantemente favorable al Perú, como en palabras sencillas lo dice un militar peruano a quien quizá también calificarías de “burro” por haber escrito*: “Los peruanos no somos los jueces sino la parte afectada y agraviada, somos los demandantes; por tanto, todos tenemos que ser abiertamente parcializados con nuestra causa, sin titubeos; defendiéndola con firmeza, convicción, de forma racional y sin hacer concesiones de ninguna clase a la parte demandada. Pretender ser imparciales condescendientes y accesibles a los argumentos y fundamentos del demandado es ser necios e ingenuos. En este caso tenemos que sentirnos dueños de la verdad…” Así se defiende al Perú, así se escribe, aunque duela a Chile y a sus siervos quintacolumnistas.

Haciéndonos ver que son numerosos los historiadores peruanos que asumen la posición chilena de hacer historias conjuntas y evitar que la juventud peruana tome conciencia del carácter criminal del enemigo chileno, dices “somos muchos más de los que ustedes creen”, lo que hace recordar: a) el anuncio televisivo de una compañía de teléfonos que dice “somos más y pagamos menos”; y b) el lema de los homosexuales “somos más”. Sea como fuere, no nos importa el “somos más” de Uds., porque los peruanos patriotas existimos en número suficiente para contrarrestar las maniobras del usurpador de Arica y Tarapacá. Dices que por un momento te rebajas al nivel de nosotros para poder llamarnos “burros”. Si defender al Perú rebaja o denigra, entonces para ti defender a Chile honra y enaltece. Está clara tu lógica.

Si quieres llama intachables a Joseph Dager y Margarita Guerra. Nadie es tonto para no saber sacar su conclusión a partir de lo que ambos han declarado públicamente a favor de Chile.

Tus cartas motivan además otra reflexión. Probablemente sepas lo que es un periodista mermelero, es decir, aquel que por alguna prebenda (dinero, viajes, estudios, etc.) falta a su profesión falseando o manipulando la verdad o favoreciendo a determinados intereses. Por tu actitud vemos que Margarita Guerra y Joseph Dager están consiguiendo que su facultad se convierta en algo peor que cuna de mermeleros.

Aunque veas que los periodistas mermeleros causan escándalo, por lo menos los profesores de periodismo siempre enseñan que esa conducta es despreciable, inmoral y corrupta.

Lo alarmante en tu facultad es ver que empezando por los profesores hay una conducta mucho peor, pues no sólo se parcializan con Chile (no se sabe exactamente cuáles son las prebendas o si son sirvientes gratuitos) faltando a la objetividad, sino que, no contentos con ello, dan el mal ejemplo a sus alumnos diciéndoles que narrar las atrocidades chilenas es sembrar el odio. Por lo menos los profesores de periodismo enseñan lo ético, en cambio a ti te enseñan a defender a quien actúa con gran inmoralidad, traicionando a su país y favoreciendo a su enemigo, Chile. Triste papel para una universidad católica.


* Ver Sobre la demanda a La Haya