Por Jaime Escobedo

Noventa años después de su nacimiento, el proyecto Olmos debería ser rebautizado como proyecto Odebrecht. Resulta que esta organización de origen Brasileño tiene en concesión dos de los tres componentes del proyecto Olmos, el componente de trasvase y el componente de riego, y ahora se ha anunciado que también se adjudicará diez mil hectáreas de tierras del proyecto, por venta directa, con la excusa de que es la única manera de asegurar la continuidad de Olmos.

 

¿Cómo  llegamos a esta situación? Desde el 2004, cuando Odebrecht se adjudica las obras de trasvase el Gobierno Regional de Lambayeque (GRL) sabía que al concluir los trabajos debía empezar a pagar a la concesionaria los US$ 477.6 millones, en valor nominal, por los 15 años de operación de la concesión. El diseño original de Olmos contemplaba cubrir ese pago con los ingresos derivados de la venta de tierras agrícolas, del uso de agua para riego y de la generación eléctrica, pero para ello era necesario que el GRL apruebe la ejecución del componente de riego y de energía del proyecto, idealmente, a lo largo del 2007.

El hecho es que recién en junio de 2010 el GRL dio luz verde a la ejecución del componente de riego de Olmos, adjudicando a otra filial de Odebrecht la concesión de las obras de irrigación, que oficialmente demandarían a la empresa una inversión estimada de 222 millones de dólares, pero sujeta a dos condiciones: 1) que se vendan las 38 mil hectáreas del proyecto y 2) que como producto de la venta de tierras se obtengan 161 millones y medio de dólares. Solo bajo esas dos condiciones Odebrecht se comprometió a ejecutar las obras de irrigación de Olmos, ¿dónde está el negocio? Además de asegurarse el financiamiento de poco más del 70% del costo de las obras de riego (161 millones y medio de dólares) con la venta de tierras del Estado, Odebrecht obtendría US$ 22.6 millones, por cada año de operación de la concesión (aprox. 23 años), solo por venta de agua en las 38 mil hás. del proyecto.

La amenaza que ha surgido para los intereses de Odebrecht es que a pocas semanas de vencerse el plazo máximo para la venta de las 38 mil hás. de Olmos, todavía hay un paquete de 11 mil hás. sin vender, la alternativa que ha encontrado la empresa, con el aval del GRL, es adjudicarse ella misma estas tierras, pero como el contrato de concesión de junio de 2010 señalaba literalmente “En ningún caso el Concesionario o sus accionistas, ni las empresas vinculadas directa o indirectamente al Concesionario o a sus accionistas podrán participar en la subasta”, ya se ha anunciado la modificación del contrato para eliminar esa restricción.

De principio a fin el proyecto Olmos se ha transformado en el proyecto Odebrecht.