Gas de Camisea: el 47% de los regalos de Dios se va a México


Por Humberto Campodónico


El gobierno dice que las reservas de gas alcanzan para abastecer el mercado interno y la exportación. Por tanto, no hay de qué preocuparse. Esa afirmación no es cierta. Veamos por qué.


Las reservas probadas del Lote 88 y del Lote 56 ascienden a 6.851 y 1.944 billones de pies cúbicos (bpc), para un total de 8.795 bpc. Estas reservas han sido certificadas —a pedido del Consorcio Camisea— por la conocida empresa internacional Gaffney & Cline y fueron publicadas en febrero del 2009.

La misma Gaffney da a conocer los contratos comerciales de venta de las reservas probadas. ¿Qué dicen? Que el 100% de las reservas ya están comprometidas y vendidas (ver cuadro). A los industriales les toca el 2% (allí están, entre otros, Alicorp, Cementos Lima y Sudamericana de Energía). Luego vienen las centrales eléctricas con el 16% (allí están Edegel, Enersur y Kallpa, entre otras).

A la distribución del gas en Lima (con Cálidda) e Ica le toca el 20.5%. De aquí sale la masificación del consumo, tanto residencial como el gas natural vehicular (GNV). De su lado, la petroquímica se queda con el 14%, que ha sido comprado por CFI (EE. UU., en Marcona) y Nitratos del Perú (los Brescia con la chilena Sigdo Koppers, que se quieren instalar nada menos que en Paracas).

 


Quien se queda con la fresa de la torta, llevándose el 47% del total es Peru LNG (formado por Hunt Oil, Repsol y la coreana SK), que se lo va a llevar a México o a cualquier otro país. Así como lo leen, estimados lectores, Peru LNG se queda con el 47% del “regalo de Dios” que nos dejó la Shell: como no lo pudo explotar, los dos Lotes revirtieron gratis al Estado. Por eso, ese gas es mucho más barato que aquel que se encuentre en otros lotes, donde el propietario lo venderá más caro.

Como los contratos solo se hacen a partir de la constatación de las reservas probadas, a las empresas que tocan la puerta del consorcio Camisea les dicen: ya no hay gas. En la reciente subasta de 155 millones de pies cúbicos diarios (mpcd), que es una bicoca, la demanda de las empresas llegó hasta 700 mmpcd y no pudo ser abastecida.

No hay gas tampoco para el gasoducto del Sur, a pesar de que el gobierno ha prometido un (1) bpc que saldría del Lote 88. ¿Pero, cómo, si ya está todo vendido, a partir de los “contratos delito” firmados por Toledo y avalados por García? Porque el gobierno “confía” que se encuentre más gas en ese Lote. ¿Y si no se encuentra?

No, pues. Un gobierno responsable debe disponer para el mercado interno del 100% de las reservas del Lote 88, del “regalo de Dios”. Si alguien tiene que esperar que se encuentre gas nuevo, pues que esperen Peru LNG y México. No Cusco (donde está el gas), Puno, Arequipa, Moquegua y Tacna.

En todo caso, si se quiere exportar gas (después de garantizar la demanda interna), ¿por qué no se exportan los dos (2) bpc que ha encontrado Repsol en el Lote 57, siendo Repsol quien tiene el contrato de venta a México? Porque la empresa no quiere (lo que demuestra que exportar a México es un pésimo negocio) y el gobierno dice chícheñó. ¡Qué vergüenza!

Está clarísimo: todas las reservas probadas del Lote 88 y 56 ya están vendidas. Y el 47% de los “regalos de Dios” se va a la exportación. Semejante despojo no puede ser tolerado por el pueblo peruano. 

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