Jorge Manco Zaconetti

En verdad el mensaje presidencial del 28 de julio pasado no tuvo importantes anuncios salvo la referida al desarrollo de la petroquímica en el sur peruano, de supuestamente llevar el gas natural a los hogares del sur peruano, y ninguna referencia a la integración vertical de los lotes petroleros del norte del país para PetroPerú, en razón que los contratos de los lotes I, VI, y Z-2B ahora Z-69 tienen fecha de caducidad este año.

 

camisea tubos

 

Hay ausencias que hablan por sí solas. A la dupla Boluarte/Otárola entregada a la derecha criolla y al fujimorismo, no le interesa el destino de la petrolera estatal, que necesita la producción de crudo propio obtenido al costo de producción para alimentar la refinería modernizada de Talara que está próxima de operar al 100 % de su capacidad.

En esa ruta privatizadora Perúpetro, la agencia de contratos del estado responsable de promover las inversiones en el sector de hidrocarburos y de supervisar los contratos, ya privatizó en el gobierno del 7 de diciembre, el lote 8 de la selva norte en negociación directa para la cuestionada Petrotal, los lotes V de Talara a favor de Petrolera Monterrico, y el lote VII para la petrolera chilena Olympic.

Por tanto, próximamente antes de noviembre del presente, seguirá el festín de la privatización con los lotes I, VI y Z-69 ubicados todos en Talara enajenando las reservas probadas de hidrocarburos del país a favor de las empresas privadas y ni siquiera consideran a PetroPerú como socio minoritario con el 25% de participación, lo cual constituye un retroceso frente a los propios anuncios de la presidente Dina Boluarte.

Esta traición no es gratuita y tendrá sus consecuencias. En primer lugar, en PetroPerú que se verá privado de contar con producción propia de petróleo y gas del norte del país, por medio de una actividad de explotación, con mínimas inversiones, y menor riesgo, como lo han hecho las empresas privadas que la sustituyeron a partir de 1992 cuando se inició esta perversa privatización.

Por tanto, el flujo de caja y la rentabilidad de la petrolera estatal se verá afectado pues tendrá que comprar el crudo de Talara y abonar precios internacionales por el petróleo y gas que antes le pertenecía.

El crudo de Talara está a “tiro de cañon” de la refinería modernizada, pero igual tendrá que pagar precios del mercado internacional, generando ganancias a las empresas privadas.

PETROQUÍMICA SIN MOLÉCULAS
En cambio, sorprendió en el mensaje de la presidenta Dina Boluarte la promesa en el discurso sobre la petroquímica: “Haremos realidad el sueño de una petroquímica con inversión privada al sur, que producirá fertilizantes a bajo costo para nuestros agricultores y establecerá conexiones en cada hogar. Ese
será mi legado”.

Esta aspiración no es nueva, y durante el segundo gobierno de Alan García se intentó promover la petroquímica básica con licitación incluida y ganador reconocido CF Industries de Norteamérica que ganó la licitación en 2008 para adquirir 100 millones de pies cúbicos diarios del lote 88 para procesar urea, un fertilizante funda mental que importamos de Rusia y otros países para satisfacer una demanda interna que bordea las 400 mil toneladas anuales.

 

planta Camisea 3

 

En principio, el obstáculo fundamental fue el precio del gas natural que estaba ligado al precio del petróleo internacional. En julio de 2008 el precio del crudo se disparó cercano a los US$150 dólares el barril, y el precio del gas se elevó por encima de los US$5 dólares por millón de BTU (unidad de calor equivalente
en volumen a casi 1,000 pies cúbicos), un precio excesivamente alto para una empresa industrial.

En setiembre del 2008 se desató la crisis financiera mundial provocando una recesión internacional, y una fuerte caída de los precios del petróleo y gas natural. A tal punto que el abundante gas natural de piedra, conocido como gas enquisto llegó a costar menos de US$3 dólares el millón de BTU. La consecuencia económica de ello: Era más barato hacer petroquímica en USA que en el Perú.

Este es el problema fundamental. Si el precio del gas natural no es atractivo como insumo básico entiéndase barato no resulta viable la petroquímica de urea que se obtiene del gas metano que se produce en abundancia en los lotes 88, 56 y 57 de Camisea, con el agravante que se exporta más de 600 millones de pies cúbicos diarios del lote 56 para hacer petroquímica avanzada en Corea del Sur, Japón y China.

La fijación del precio del gas natural depende en última instancia de los propietarios de las moléculas en este caso el Consorcio Camisea, compuesto por Pluspetrol, Hunt Oil de USA, SK de Corea del Sur, Sonatrach de Argelia, Repsol de España entre los principales.

En tal sentido, el precio del gas natural para la petroquímica no puede ser un el precio industrial que se sustenta en el contrato de Camisea firmado entre el Estado peruano y el Consorcio de Camisea. De ser así la petroquímica básica de urea resulta inviable.

Ello demanda una negociación estratégica del Estado como titular, y propietario de los recursos naturales que yacen en el subsuelo, y las empresas privadas sobre el precio base del gas natural y los volúmenes que se deben destinar a la petroquímica básica para obtener urea que tanto requieren los más de 600 mil agricultores ligados a la producción que satisface el mercado interno.

En tal sentido, el precio del gas natural para hacer posible la petroquímica básica resulta fundamental. Pues si se pactan precios industriales para el gas natural
prácticamente se condena a muerte el desarrollo de las políticas de valor agregado, como la petroquímica, como ha sucedido en 2008, a pesar de existir una ley de promoción de la industria petroquímica.

 

planta petroperu

 

Por ello, el precio del gas natural para la petroquímica que permita obtener urea debe ser el mismo que pagan las empresas de generación eléctrica que obtienen pingues ganancias comprando el gas barato de Camisea y vendiendo energía cara. No se debe olvidar que el 50% del precio de la tarifa eléctrica
regulada está constituido por la tarifa de generación.

El precio del gas natural de Camisea proveniente del lote 88 para la generación eléctrica según contrato vigente hasta el 2040, es de US$1 multiplicado por un factor de ajuste ligado al índice de precio de maquinaria y equipo de la energía en USA. Por tanto, es un precio de gas natural barato, que no supera los $2.50 por millón de BTU en boca de pozo.

Por tanto, en esta negociación estratégica del Estado y el Consorcio Camisea se debe fijar el precio del gas industrial y los volúmenes que se destinarán para la petroquímica básica. De no ser así, será un anuncio presidencial más, una quimera el apostar por un mayor valor agregado para nuestras materias primas, que explotan vorazmente las transnacionales.