Hoy se cumple un año más de la más importante de las apariciones de Fátima a los pastorcitos Lucía, Jacinto y Francisco en Cova da Iria, Portugal, el 13 de mayo de 1917. A 107 años vemos que el santuario se está transformando en una exhibición de espanto con huella masónica o satánica. Decir masónico o satánico es prácticamente lo mismo, debido a que en el culto satánico quienes llegan al grado 33 se consagran a Lucifer.
La decoración de la Basílica y el crucifijo exterior son espantosos y antes que invitar a evocar a Dios transmiten repulsión, horror, como una lucha para alejar a las almas del cielo. Sabido es que arquitectos masones han infestado el Vaticano.
En la explanada exterior de lejos se ve (en la foto arriba) una burla al crucifijo que es una mezcla de una serpiente en un palo y una horquilla. Viendo desde varios ángulos puede parecer como la horca de las brujas, un símbolo pagano-satánico, o dos cuernos emergiendo.
Otro crucifijo, en la Basílica del santuario, colocado sobre el altar, sigue en la intención de difuminar y anular la forma de la cruz. Parece un deportista en un gimnasio. En el centro se ve el rostro, horrible. Desde otro ángulo parece que la cabeza tuviese dos cuernos. Como se sabe, los satánicos detestan la cruz:
En esta toma del crucifijo, donde se ve lo horrible y espeluznante del rostro, el cabello parece tomar una forma de cabeza de serpientel Algo similiar hizo un arquitecto masón con una representación de Jesús en el Vaticano, el cabello es cabeza de serpiente:
En el nacimiento se ve la indiscutible marca masónica, pues tiene forma de pirámide. Los rostros son horribles (ver detalle de la cara que representaría a la Virgen María). El niño, en lugar de su representación normal, con brazos y piernas libres, está totalmente atado como una momia a la usanza de diversas culturas antiguas para enterrar a sus muertos. Las cabezas que representan a la Virgen María y a San José también tienen forma de pirámide. Las cabezas de animales sin cuerpo más parecen satánicas que las de los cuadrúpedos de los pesebres normales. La escultura se posa sobre un pentágono en el suelo, símbolo de la estrella del diablo, de cinco puntas:
Otra marca satánica se ve en la Basílica de la Santísima Trinidad del santuario, con tres líneas negras en la pared. Es muy conocido por los exorcistas que los demonios cuando infestan un lugar dejan tres líneas en burla al Padre, Hijo y Espíritu Santo. También, cuando atacan a una persona, dejan en la piel heridas en forma de tres rayas para hacer la misma burla:
Terminando la Vía Lucis vemos una representación del Inmaculado Corazón de María, que más parece un globo festivo con un espejo que parece una boca. En los lados inferiores hay líneas feas que parecen representar venas o raíces. Tiene un horrible color amarillo, ¿qué buscaron sugerir, acaso un corazón sin sangre o uno cadavérico?:
Finalmente, para dar al lugar un carácter más tenebroso, en mayo de 2017, por el centenario de las apariciones, el papa Francisco viajó al santuario a celebrar una misa, pero que parecía una misa negra, con un textil negro en la mesa del altar y seis velas negras grandes. Pese a que Francisco se opone a los tradicionalistas, que celebran misa mirando al altar, de espaldas a los fieles, para esa ocasión él se colocó de la forma tradicional:
En la Iglesia, los laicos pueden dirigirse a la jerarquía para solicitar se corrijan desvíos, como es evidente en este caso, pero esto no sucede en Portugal.
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