Día del Ejército Peruano, 9 de diciembre del 2011

Por Capitán Eloy Villacrez

Alguna vez escuché al soldado  Juan Velasco Alvarado, cuando era Presidente del Perú, decir ¡Señor ¡ dame valor para cambiar lo que deba cambiar, serenidad para mantener lo que debe quedar e inteligencia para saber la diferencia.

El 9 de diciembre recordamos la Batalla de Ayacucho, nació nuestro ejército y se inicio la creación del sentimiento de patria. Hasta ese momento (1824) en nuestro país existían dos estamentos sociales predominantes, el español (criollo) y nuestra organización incásica con el recuerdo de Túpac Amaru y de nuestras tradiciones.

Nace el Perú moderno, en el ejército, los criollos son oficiales, que diseñan una estructura de dominación oligárquica pro española y como tropa a nuestros campesinos. Convivieron estas DOS realidades en cuerdas paralelas, con los oficiales los grupos económicos con fortuna y bienestar, del otro lado la pobreza, la discriminación y la marginalidad.

Vino la Guerra con Chile, la oligarquía abandonó la defensa de nuestra tierra, los que dieron la vida fueron aquellos que habían adoptado al Perú como su Patria, hijos de inmigrantes como Grau, Bolognesi, Cáceres, Pastor Dávila, Ugarte y tantos otros, junto a ellos innegablemente patriotas nuestras huestes campesinas que llevaron adelante la Campaña de la Breña, haciendo una verdadera guerra patria, al punto que Chile ya había decidido retirarse sin firmar tratado alguno como ocurrió con Bolivia, se apoderó de Antofagasta y punto. Nuevamente la traición estuvo presente, Iglesias se prestó a mutilar nuestra heredad, hoy por obra del Gobierno Aprista está enterrado en la Cripta de los Héroes, debe salir de ese santo lugar, sería  el mejor homenaje al Ejército.

La institución militar se constituyó de hecho en la única organización nacional que fue simbiosis de las dos realidades, la oligárquica occidental y cristiana y el mundo andino, fue la única organización social que permitió la circulación vertical de personas capaces, desde tropa hasta generales, ejemplos hay cientos por no decir miles.

En esa escuela castrense de valores y patriotismo, germinó la interrelación de aspiraciones, esperanzas y evaluación de injusticias sociales, permitiendo que exista un 03 de octubre de 1968, ese día, los soldados del Perú, anunciamos al mundo que había una sociedad sedienta de justicia social con un sentido de patria que había sobrevivido 3000 años, estructurada por la unión del pueblo con la tierra, dando origen al Pueblo-Fuerza Armada, unidos venceremos, bajo la innegable conducción del soldado Juan Velasco Alvarado.

Avatares, felonías e incomprensiones, frustraron el proceso conocido como LA REVOLUCION MILITAR (68-75). Luego vinieron los neo oligarcas, aplicaron una metodología subliminal, de hacer una   lobotomía al cerebro nacional, para que no haya recuerdos de esa etapa y muchos de los que sirvieron a la Revolución Militar, sientan vergüenza, siempre apoyados por una prensa “auto regulada”, al unísono asesinaron mediáticamente a Velasco, no se percataron que esa escotomizaciòn tenía su límite y esa  es la realidad que hoy apreciamos, un país con demasiada riqueza en pocas manos y un insultante pobreza en las grandes mayorías. Sin comprender  que la pobreza no es un destino ineluctable, sino obra inhumana de una clase neoliberal pro oligárquica parasitaria.

Hay un soldado en la presidencia, elegido con las reglas del juego “democráticas” impuesta por esa neo oligarquía, el gran capital se aterra, por que los militares vuelven al gobierno, exigen que no hayan soldados en los cargos públicos ni en la conducción política, hay miedo, de que vuelva nuestra sociedad a vivir ese sentimiento de cambio que encarnó la Fuerza Armada, buscan enfrentarnos y al parecer lo consiguieron.

Recuerde Soldado Humala, que Pizarro decía que no vino a evangelizar ni culturizar, vino por el oro, se apoyó en sus armas y en las contradicciones sociales imperantes, para llevarse 400 barcos llenos de oro, hoy hay similitudes con actores diferentes, extranjeros apoyados con las armas nacionales para aplicarlas contra los reclaman la vida. Los pueblos del Perú jamás comprenderán la aplicación de medidas de fuerza para favorecer a una transnacional, que busca la confrontación entre nosotros los hombres de a pie, para que ellos sigan lucrando desenfrenadamente, tenga presente que los muertos no mueren solos, arrastran prestigios y esperanzas.