Por Rocío Ferrel

El presidente Ollanta Humala promovió el abandono del agro en un discurso en Ayacucho, en el distrito de Los Morochucos, provincia de Cangallo, a donde acudió ayer con motivo de trabajos de ampliación y mejoramiento de la infraestructura de un colegio.

Ollanta Humala Los Morochucos

El gobierno humalista hace muy poco por la agricultura de las regiones más pobres. En cambio, se ha destacado por los faenones perpetrados al vender a precio vil tierras que fueron habilidatas con costosas obras financiadas con el dinero de todos los peruanos, con lo que se favorece a millonarios extranjeros y nacionales y se margina a los pequeños agricultores, como el caso de Olmos (ver ¿La tierra para el que tiene más plata?).

 

No contento con eso, irresponsablemente agrava la situación del agro, que debería proveer de alimentación abundante a los peruanos, afectados por altos niveles de desnutrición, al estimular su abandono, para que haya más pueblos fantasma y ciudades caóticas donde muchos migrantes y su descendencia terminan en la delincuencia por falta de educación y oportunidades.

“Cuando mis padres y mis abuelos tomaron la decisión de que nosotros no trabajáramos en la chacra y vayamos al colegio y fuéramos a la universidad, se logró el gran cambio, esa gran transformación del ser humano y la familia para romper el círculo viciosos de la pobreza y esa transformación se puede hacer aquí”, dijo, ofendiendo a los agricultores, que con esfuerzo derrotan las adversidades climáticas y se sobreponen al abandono de sucesivos gobiernos y son los conservadores de nuestra gran biodiversidad con la cual alimentan a sus regiones, a Lima y hasta exportan.

Para Humala, trabajar en el agro es despreciable, pero los peruanos de bien sabemos que es un trabajo digno, en el cual participan desde analfabetos hasta ingenieros e incluso profesionales con maestrías y doctorados. Humala habla así con gran menosprecio e ignorancia de los agricultores, por eso deja que la cuestión agraria sea manejada por burócratas que poco han hecho por su desarrollo.

¿Y qué éxito intelectual ha logrado Humala en su vida, que tanto se jacta de haber abandonado sus orígenes de campo para una “gran transformación”? Es sólo un oscuro militar que no ha destacado en el ejército. Su partido carece de ideología congruente en principios y en la práctica, pese a que la suerte lo acompañó para llegar al poder. Suerte, porque más que su propio mérito lo ayudó el rechazo al fujimorismo a la hora de los votos. Su gobierno está manchado por la traición y servilismo a Chile y contaminado por un fuerte olor a faenones e incapacidad.

Como se comprueba, la gran transformación del campo a la ciudad en Humala no ha logrado que su inteligencia desarrolle, vive a la sombra y caprichos de su esposa, de quien habla en cada discurso en sus viajes, preparando un soñado segundo gobierno. Con sus palabras sólo deja ver una gran pobreza intelectual y cultural, que es aprovechada por los parásitos y adulones que lo rodean y que han convertido a este gobierno en un botín, sin cumplir con las obligaciones mínimas, como educación, salud y seguridad, pese a que el Tesoro Público está en bonanza.