El presidente de Rusia, Vladímir Putin, promulgó este martes el decreto que prohíbe a partir del 1 de febrero de 2023 la venta de petróleo a los países que apliquen el tope a los precios del crudo ruso.

 

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El decreto se publicó este martes en el portal oficial de la información jurídica de Rusia.

“Se prohíben los suministros del petróleo y de los productos derivados del petróleo rusos a las personas físicas y jurídicas extranjeras, siempre que los contratos para estos suministros prevean directa o indirectamente el uso del mecanismo de tope a los precios”, señala el texto.

Según el documento, el suministro de petróleo ruso está prohibido a partir del 1 de febrero de 2023, mientras la fecha de inicio de la prohibición de la entrega de los productos derivados del petróleo será determinada por el Gobierno.

Al mismo tiempo, el texto indica que el mandatario ruso puede otorgar un permiso especial para el suministro de petróleo y productos derivados del petróleo prohibidos por el decreto.

El decreto “entra en vigor el 1 de febrero de 2023 y permanecerá vigente hasta el 1 de julio de 2023”.

El Grupo de los Siete (G7), conformado por Alemania, Canadá, EE. UU., Francia, el Reino Unido, Italia y Japón, así como la Unión Europea y Australia, se negaron a adquirir el petróleo ruso a un precio mayor de 60 dólares por barril desde el pasado 5 de diciembre.

Las empresas de estos países tienen prohibido proporcionar servicios como seguros, intermediación y asistencia financiera para el transporte del petróleo ruso a cualquier parte del mundo, a menos que el crudo se venda por debajo del umbral acordado.

Rusia dejó claro que no aceptará este tope y aseguró que su petróleo seguirá teniendo demanda en los mercados internacionales.

El vice primer ministro Alexandr Nóvak mencionó el 23 de diciembre que Rusia podría reducir su producción de petróleo entre 500.000 y 700.000 barriles diarios, es decir, entre un 5 y un 7 por ciento, a principios de 2023.

 

Con información de Sputnik