Jorge Manco Zaconetti

Los efectos negativos de la privatización de Fujimori/Montesinos hoy son más evidentes que nunca, y lo señala la consultora privada de reconocido prestigio internacional como Arthur De Little, por la falta de integración vertical de PetroPerú, es decir, no tiene producción propia de crudo y tiene que pagar por el petróleo que se extrae de Talara precios internacionales. Solamente entre 1994 al 2021 por el petróleo de la región norte ha tenido que desembolsar más de US$ 12,866 millones que han constituido ingresos para las empresas privadas.

 

nueva refineria Talara 2022

La privatización de los lotes petroleros de PetroPerú iniciada en los primeros años de la década del noventa del siglo pasado habrá sido rentable para las empresas que se hicieron de los lotes sin mayores inversiones de riesgo, con reservas probadas y fuerza de trabajo calificada que fue contratada a menores salarios.

Es más, empresas privadas sin experiencia en el negocio petrolero como PetroTech que se hizo del lote Z-2B del Zócalo Continental, Graña y Montero que de la construcción incursionó en el lote I de Talara que fue la base para su posterior expansión en el lote V, y luego en los lotes III y IV; como fue también el caso del grupo Vera Gutiérrez que asumió como Petrolera Monterrico los lotes II y XV, todos en Talara.

Todas las empresas mencionadas más Pérez Companc, Petrobras y CNPC que han operado el lote X, el más importante de la región, han explotado las reservas probadas dejadas por PetroPerú que no está en la actividad de explotación de petróleo desde 1996, con la excepción del pequeño lote I que le fue transferido en diciembre del 2021 de manera temporal por 23 meses que se vencen en octubre del presente, y Perúpetro está solicitando su devolución.

Hoy existe una agresiva campaña contra PetroPerú que tiene pérdidas económicas en el 2022 y en lo que va del 2023 con capital de trabajo negativo, en lo fundamental porque tiene que comprar los derivados del petróleo a precios internacionales como un importador neto para abastecer el mercado interno en competencia con empresas transnacionales como Repsol, y las norteamericanas Exxon Mobil y Valero.

Como la nueva Refinería de Talara está en proceso de prueba, y próximamente estará operando al 100 % de su capacidad, según el ministro del sector del se espera que en setiembre próximo esté produciendo a carga completa, es decir a 95 mil barriles diarios, con combustibles limpios sobre todo del diésel y gasolina con bajos contenidos de azufre.

Así, desde enero del 2020 con la paralización de la vieja refinería de Talara prácticamente PetroPerú se ha convertido en un importador neto de combustibles los cuales desde fines del 2021 se han disparado en sus precios, en gran medida explicados por la guerra Rusia/ Ucrania.

En este contexto estamos asumiendo las consecuencias de haber privatizado la refinería de La Pampilla en junio de 1996, que fue transferida por US $ 185 millones con mínimos compromisos de inversiones, un promedio de US $ 50 millones anuales en los primeros 5 años.

 

Petroperu Talara

 

Esta perversa privatización de la Refinería La Pampilla que como unidad independiente de PetroPerú le generaba ingresos por ventas anuales de US $ 650 millones y utilidades anuales de US $ 85 millones fue vendida a la transnacional Repsol, que desde 1997 a la fecha tiene un gravitante rol en el mercado de combustibles. Prácticamente con la privatización se transfirió el mercado de combustibles más importante del país: Lima.

El lector debiera saber que los ingresos por ventas que ha generado la refinería La Pampilla desde 1997 al 2022 han sido de US $ 65,114 millones de dólares, con estos ingresos y las utilidades respectivas han financiado su participación del 10% en los lotes 88 y 56, más sus operaciones en el lote 57 conjuntamente con la estatal china CNPC, y su propia cadena de estaciones de servicios.

Esta es una consecuencia directa de la privatización pues al cerrar operaciones en la Refinería de Talara, la única refinería operativa ha sido la Refinería La Pampilla que está integrada a su cadena de grifos con más de 380 estaciones de servicios.

Por tanto, si sumamos los US$ 12,866 millones que ha sido el valor del petróleo que PetroPerú ha tenido que comprar a las empresas que han operado los lotes del noroeste entre 1994 al 2021, más los US $ 65,114 millones de ingresos que ha obtenido Repsol entre 1997 al 2022 por las operaciones de la refinería La Pampilla. Estos son los ingresos que le han sido enajenados a PetroPerú en razón de una perversa privatización, y hoy estamos asumiendo las consecuencias.

Si hubiese un proyecto Nacional de Desarrollo nunca se hubiesen privatizado los activos, filiales rentables de PetroPerú como Petromar, la envasadora de gas licuado Solgás, la Naviera Transoceánica con sus 4 buques modernos en 1993, como también la absurda privatización de la más moderna refinería que tenía el país: La Pampilla.

 

Petroperu edificio 4

 

Hoy que los márgenes de refinación se mantienen todavía altos por encima de los US$25 dólares por barril cuando el año pasado volaban sobre los US$50 dólares por barril. Por tanto, la Refinería La Pampilla ha tenido márgenes extraordinarios por el refino.

Cuando la Nueva Refinería de Talara opere al 100 % de su capacidad obteniendo más de 45 mil barriles diarios de diésel 2 limpio y gasolinas sin azufre, al margen del turbo, GLP entre otros será más rentable que la Refinería La Pampilla, por su mayor complejidad técnica, pues podrá procesar crudos pesados, y volver a utilizar los petróleos industriales para obtener derivados de mayor octanaje. Y según la propia consultora Arthur De Little, tendrá una capacidad de generar excedentes por encima de los US $ 470 anuales, que financiarán los compromisos de deuda con los acreedores que bordean en promedio los US $350 millones de dólares.

Por ello es urgente y necesario la transferencia de los lotes petroleros que tienen fecha de vencimiento, este año y el próximo; y que sea la propia empresa PetroPerú quien seleccione con que socios debiera ir. Es el caso del Z-2B en el Zócalo Continental donde se necesita inversiones de capitales de riesgo, y tecnología para operar en los llamados horizontes donde se presume que existen importantes recursos petrolíferos.

La situación crítica de PetroPerú se explica en lo fundamental por los efectos de la privatización, Se transfirieron 85 grifos que eran la “boca de salida”, hoy la petrolera estatal no dispone de ningún grifo. Se le privatizaron sus buques de transporte de crudo y derivados, hoy tiene que alquilar y abonar elevadas tarifas de transporte. Y lo más importante le enajenaron los lotes petroleros del norte y de la selva. Hoy la historia tiene que cambiar y los resultados rojos se transformaran en azules.

Aprendamos las lecciones de nuestros vecinos del sur Chile y Colombia que tienen poderosas y modernas empresas estatales que son manejadas con eficiencia, con criterios técnicos al margen de la voluptuosidad e intereses de los gobiernos de turno que han degradado su gobernanza.

 

Diario Uno

 

Artículos relacionados

Lotes petroleros de Talara serán para Petroperú

Estado "perdonó" multa de US$50.9 millones a ladrones Odebrecht y Graña y Montero