Jorge Manco Zaconetti
El saldo de la balanza comercial de hidrocarburos, expresa la relación que existe entre las exportaciones de petróleo y derivados desde el país hacia el resto del mundo, frente a las importaciones que realizan las empresas desde el exterior en petróleo crudo y derivados, sobre todo del diésel 2 para satisfacer la demanda interna de combustibles.
Un saldo negativo expresa que las importaciones son mayores a las exportaciones, y constituye una expresión de la vulnerabilidad externa del país, cuando los precios internacionales de los hidrocarburos se disparan. En período 1990 al 2022 el déficit de la balanza de hidrocarburos ha sido de US$ 37 mil millones de dólares, es decir, más de 6 veces en relación con las inversiones realizadas en la Refinería Modernizada de Talara.
Desde 1990 las importaciones de petróleo y derivados superan a las exportaciones, con saldos negativos que se incrementan sistemáticamente con la privatización de PetroPerú, durante la dictadura de Fujimori/Montesinos que se mantuvo en el poder por más de diez años gracias al apoyo de las fuerzas
armadas, y de las políticas asistencialistas.
Siempre se debe recordar que el gobierno de Fujimori en contra de las promesas de campaña de 1990, privatizó los lotes petroleros que tenía PetroPerú en Talara y en la selva norte (Trompeteros), transfiriendo reservas probadas, que fueron aprovechadas por las empresas privadas, dejando de lado la exploración de riesgo para descubrir nuevas reservas de petróleo y gas.
Si en 1990 como consecuencia del nefasto gobierno de Alan García (1986/1990) el déficit de la balanza comercial de hidrocarburos fue de menos US $ 52 millones de dólares, es decir, la balanza ya era negativa, en el 2022 es decir después de treinta y tres años (1990/2022), el saldo de la balanza comercial de petróleo y derivados, ha sido de menos US $ 4,596 millones de dólares.
En el 2022 los precios de los hidrocarburos se dispararon a nivel internacional, las consecuencias de la guerra Rusia/Ucrania y la recuperación de la economía mundial. Este saldo negativo de menos de US $ 4,596 millones de dólares constituye el saldo de la balanza de hidrocarburos más alto de la historia en la economía peruana.
Esta cifra récord del saldo negativo de la balanza comercial en última instancia es pagada por los millones de usuarios en los precios de las gasolinas, GLP y diésel especialmente.
Ello es una demostración palmaria, expresión del fracaso de la política de privatización donde su justificó la venta fragmentada de PetroPerú, en particular de los lotes de petróleo que administraba con relativo éxito.
Se prometía que bajo responsabilidad privada la producción de petróleo crudo aumentaría. ¡Sucedió todo lo contrario!
Si en 1990 la producción interna de petróleo era de 130 mil barriles diarios, en el 2022 la producción de crudo no supera los 40 mil barriles diarios. Evidentemente para satisfacer el mercado interno las refinerías locales de PetroPerú y La Pampilla de Repsol, y otros importadores (Valero, Exxon Mobil, etc.) tienen que comprar a precios internacionales mayores volúmenes de petróleo y derivados.
VENTA Y COMPRA
En principio exportamos históricamente el crudo pesado proveniente del lote 1- AB ahora denominado lote 192, donde han operado expresas privadas como OXY y Pluspetrol Norte dejando graves pasivos ambientales que esperan su remediación. Ahora ese crudo pesado de 19º grados API una medida para estimar su gravedad, podrá ser operado en la Refinería Modernizada de Talara, lo cual constituye una mejora tecnológica y económica pues se podrán obtener valiosos
derivados, como el diésel y gasolinas limpias de azufre.
También se exportan los petróleos residuales o industriales producidos en lo fundamental por la Refinería La Pampilla de Repsol. Ahora estos petróleos residuales podrán ser re tratados en la Refinería de Talara, para obtener derivados de mayor valor económico. Como país en el marco de una política nacional de fomentar el mayor valor agregado, estos derivados deben ser procesados internamente.
Por último, el Consorcio Pluspetrol exporta la nafta, una especie de gasolina cruda proveniente de los líquidos de gas natural de los lotes 88,56 y 57, que son tratados en la Planta de Fraccionamiento de Pisco. Esta nafta exportada constituye un insumo para la petroquímica que se hace en terceros países.
Es más, desde el 2010 se exporta el gas natural licuefectado obtenido del lote 56, que es exportado por el Consorcio Perú LNG, siendo el operador la empresa angloholandesa Shell. Los precios del gas natural se dispararon en el 2022, beneficiando a las empresas del consorcio Hunt Oil, Sk de Corea, Sonatrach de Argelia, Repsol de España.
En el 2022 las exportaciones de petróleo crudo, residuales, nafta y gas natural sumaron los US $ 5,916 millones de dólares; pero las importaciones de petróleo, diésel 2, gasolinas y GLP sumaron los US $ 10,512 millones de dólares. Por tanto, el saldo negativo para el país ha sido de menos US $ 4,596 millones afectando gravemente los bolsillos de los consumidores y del Estado que ha tenido que asumir crecientes subsidios.
Cuando se analizan largos períodos de tiempo como de 1990 al 2022, en plena vigencia del modelo económico neoliberal que genera crecimiento económico pero también empobrecimiento, desigualdad y corrupción, las cifras son de infarto y demuestran el fracaso de la privatización en el sector de hidrocarburos.
Así, desde 1990 al 2022 las empresas que operan en el país han exportado por valores de US $ 65 mil millones de dólares, pero las compras externas de hidrocarburos han sido de US$ 102 mil millones. Por tanto, el saldo negativo de la balanza comercial de hidrocarburos ha sido de menos US $ 37 mil millones de dólares, que repito en última instancia son financiados por los consumidores.
Es más, en el período 2020 al 2022 cuando la refinería de Talara bajo responsabilidad de PetroPerú ha estado en plena construcción y la vieja refinería tuvo que cerrarse, el saldo negativo de la Balanza Comercial de Hidrocarburos ha sido de menos de US $ 7,960 millones de dólares. Ello se explica por los altos precios de los combustibles explicados en gran parte por las consecuencias de la guerra Rusia/Ucrania.
En resumen, el creciente saldo negativo de la balanza comercial de hidrocarburos, menos de US$ 37 mil millones en el período señalado, expresa el fracaso de la privatización de PetroPerú, y en general la ausencia una política estratégica y nacional en el sector. Se han aprovechado las reservas probadas que dejó PetroPerú, y no se han promovido las inversiones de riesgo para aumentar la producción de petróleo y gas, que son las que demanda el país.
Diario Uno
