Fukushima: ocultaron gravedad de accidente nuclear

Fue dos veces y media mayor que lo revelado y peor que el de Chernobyl.

La radiación emitida en los primeros días del desastre nuclear de Fukushima fue casi dos veces y media más alta que la que estimaron inicialmente los reguladores de seguridad nipones, dijo el operador de la planta afectada en un reporte.

Tokyo Electric Power indicó que su propio análisis conducido durante el año pasado calculó el nivel de radiación emitido en las primeras tres semanas del accidente en cerca de un sexto de la radiación liberada por el desastre de Chernobil en 1986.

"Si esta información hubiera estado disponible en ese momento, podríamos haberla usado para planear evacuaciones", dijo el portavoz de Tepco Junichi Matsumoto en una rueda de prensa.

Debido a que los sensores de radiación más cercanos a la planta fueron derribados por el sismo y el tsunami del 11 de marzo del 2011, la empresa basó su estimación en otros puestos de monitoreo y datos recolectados por agencias gubernamentales japonesas.

Tepco, que será nacionalizada en julio a cambio de un rescate del gobierno japonés, estimó que las fusiones en tres reactores de Fukushima emitieron cerca de 900,000 terabecquereles de sustancias radioactivas hacia el aire durante marzo del año pasado.

Esa cantidad fue dos veces y media mayor a la estimada inicialmente por la Agencia Nuclear e Industrial de Japón en abril del año pasado y casi 17% mayor al cálculo provisto por la agencia de seguridad del gobierno.

La estimación fue basada en mediciones que sugirieron que la cantidad de yodo 131 emitido por el accidente nuclear fue tres veces mayor al estimado anteriormente, dijo la compañía en el reporte.

El yodo 131 es una sustancia radioactiva de rápida descomposición producida por la fisión que ocurre dentro de un reactor nuclear. Tiene una vida media de ocho días.

Más de 99% de la radiación emitida por el accidente se produjo en las primeras tres semanas, agregó.

La planta Fukushima Daiichi, que tenía seis reactores, fue afectada por una serie de explosiones de hidrógeno y fusiones luego de que los sistemas de energía y enfriamiento fueron derribados por el tsunami (ola gigante o maremoto).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó su propio estudio esta semana concluyendo que los residentes alrededor de la planta de Fukushima habían estado expuestos a un entorno de radiación 20 veces mayor al normal en el primer año posterior al accidente.

El nivel quedó dentro de los límites de emergencia recomendados.

Las autoridades estiman que llevará hasta 30 años desactivar los rectores de Fukushima. El desastre desató un debate sobre el futuro de la energía nuclear en la nación pobre en recursos.

Se trata de la mayor contaminación radiactiva marina localizada de la historia, según el Instituto de Investigación de Seguridad Nuclear de Francia (Irsn).   El accidente de Fukushima alcanzó nivel 7 de gravedad, el máximo en la Escala Internacional Nuclear y de Sucesos Radiológicos (INES).   La catástrofe fue consecuencia del terremoto de 9 grados en la escala de Richter, el mayor de la historia de Japón en 140 años, ocurrido el 11 de marzo de 2011, que produjo olas de hasta 40 metros y dañó seriamente esa central de Tokyo Electric Power, operada desde 1971.   El sismo, con epicentro en el Océano Pacífico y el posterior “tsunami”, dejó al menos 20,448 víctimas mortales, destruyó 72,000 casas y obligó a evacuar a 200,000 personas entorno a la central de Fukushima, además de desplazar el eje de la Tierra 16.7 centímetros.   La catástrofe supuso un gran golpe para la economía japonesa, que empezaba a repuntar, tras una larga recesión. Ocasionó el desabastecimiento de alimentos, agua, energía y combustible y causó restricciones en sus exportaciones por la ausencia de componentes y el temor a que sus productos fueran radiactivos.