Keiko y los crímenes del fujimorismo, ¿por qué no es condenada?

Algo falla en la justicia peruana. Contraste con la justicia alemana.

Por Rocío Ferrel

          
Keiko Fujimori, quien cumplió la mayoría de edad en 1993, alega reiteradamente que no conocía  los crímenes perpetrados por la dictadura del delincuente Alberto Fujimori; sin embargo, jóvenes incluso menores que ella marchaban contra la dictadura de su padre, pues las noticias de los crímenes eran de conocimiento público.
 

 


Entre los más sonados asesinatos y crímenes de la dictadura que eran de dominio público mientras ella era primera dama tenemos:

 

 

Hoy Keiko tiene 36 años, y lejos de apartarse de los defensores de los criminales, los encumbra: Rafael Rey, candidato a la vicepresidencia de la hija del delincuente Fujimori, defendió al grupo Colina y promovió una ley para favorecerlos. Milagros Maraví, quien recibió de Vladimiro Montesinos más de un cuarto de millón de dólares para defender a violadores de derechos humanos, es vocera del fujimorismo.

Por otro lado, hasta un niño defiende a su madre, Keiko dio la espalda a su madre torturada, quien incluso fue secuestrada soldándose las puertas del Palacio de Gobierno.

Martha Chávez, quien sostenía que Leonor La Rosa se había autotorturado y decía frases semejantes en defensa de los crímenes fujimoristas, además de oponerse a toda investigación de los delitos del fujimorismo, hoy es premiada por Keiko Fujimori colocándola de congresista electa, y ya amenaza al presidente del Poder Judicial por la sentencia al delincuente Alberto Fujimori.

Caso peruano contrasta con la justicia alemana

John Demjanjuk

Este mes un tribunal alemán condenó al ucraniano John Demjanjuk, 91, sólo por ser, durante seis meses, guardián del campo de exterminio nazi de Sobibor, Polonia, sin que se haya probado su participación en ningún asesinato. La sentencia es de cinco años de cárcel.

Paralelo
 

  • El régimen nazi fue criminal, igual que el fujimorista, con la diferencia de que la dictadura fujimorista actuó contra el Perú y mataba para enriquecerse. Hitler mataba por engrandecer a Alemania y porque soñaba con la supremacía de su país.
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  • En número los nazis mataron más, pero los niveles de crueldad de las matanzas del fascismo alemán son equiparables a los ejemplos arriba citados, perpetrados por el fujimorismo.
     
  • Keiko  ocupó un cargo alto, primera dama, con acceso directo al presidente, que además era su padre. John Demjanjuk sólo fue un guardián, uno de los niveles más bajos en la escala de importancia del nazismo.
     
  • Keiko  conoció los crímenes, porque fueron de dominio público.  Demjanjuk, aunque no mataba, conocía que en el campo de exterminio se mataba.
     
  • Keiko  leyó las noticias donde instituciones nacionales e internacionales denunciaban los crímenes fujimoristas. Demjanjuk no pudo leer ninguna denuncia, porque éstas se realizaron después de terminada la guerra.
     
  • Keiko ocupó el cargo primera dama desde que suplantó a su madre, quien denunció los latrocinios de los tíos de Keiko y continuó en el cargo varios años hasta la caída de la dictadura y posteriormente defendió a Fujimori. Demjanjuk ocupó el humilde puesto de guardián sólo por seis meses, tras lo cual no osó defender al nazismo, por el contrario, consciente de la criminalidad hitleriana, huyó a los EE. UU.
     
  • Keiko gozó del dinero y privilegios de la corrupción fujimorista, e incluso tiene proceso por el costo de sus estudios en el exterior.  Demjanjuk sólo tuvo un modesto sueldo de guardián.
     


Entonces, la justicia peruana es deficiente si no es capaz de tipificar la actuación de Keiko Fujimori, quien con su silencio avaló los crímenes y defendió al régimen existiendo pruebas contundentes.

Ollanta Humala ganará y no regresará la dictadura criminal fujimorista, pero no está de más que la legislación tipifique la sordidez moral como la de Keiko Fujimori, que debería tener una tipificación de delito, que ahora no la tiene.