La mayor vergüenza en la historia de Arequipa: su rendición sin combatir al enemigo chileno el 29 de octubre de 1883
Por César Vásquez Bazán
Bandera de Arequipa, color rojo sangre, con el escudo de armas otorgado a la ciudad por Carlos I de España, mediante Real Cédula del 7 de octubre de 1541. En la Arequipa de fines de octubre de 1883, invadida por los genocidas chilenos, los leones representados en el escudo no aparecieron. Corrió sangre peruana, mas no la de los invasores que mellaron su suelo.
Arequipa en los últimos días de octubre de 1883 escribió uno de los momentos más tristes de su historia y, por ende, de la historia del Perú. Se acercaba a ella el ejército de una potencia extranjera. Arequipa no era atacada por Nicolás de Piérola; tampoco intentaba asaltarla el Vicepresidente Montero o el general Cáceres. Arequipa estaba en la mira de los invasores chilenos.