Xavier Caño Tamayo*
Tras los asesinatos en la redacción de Charlie Hebdo, el presidente español Mariano Rajoy declaró que su gobierno protegería las libertades y perseguiría a los radicales. A los dos días, muchos policías patrullaban por Madrid, algunos armados incluso con fusiles. Ésa es su idea de proteger la libertad. Y parece que él y otros gobernantes europeos quieren utilizar el execrable atentado para reducir libertades, recortar derechos de la gente común y controlar más a la ciudadanía. Entrar a saco en Internet, intervenir teléfonos, más controles, menor papel de los jueces… Contra los terroristas, dicen. ¿Acaso éstos llevan alguna marca especial que los distingue de la buena gente? No la llevan, por lo tanto esas medidas nos afectarán a todos ¿Cuántos ciudadanos no verán vulnerados sus derechos por mera sospecha si se aprueban ciertas medidas antiterroristas? Ya hemos conocido situaciones análogas.