Una necesidad nacional

por Rolando Isaac Reyes Rocha

1.      La realidad nacional
2.      Visión estructuralista
3.      Generalidades
4.      Corolario

Generalidades

Toquemos este punto con el cerebro frío, con la mente abierta, para protección y beneficio de la patria; no podemos tocar este tema con el corazón tan lleno de susceptibilidades que, ajeno a los asuntos que nuestra Seguridad Nacional condiciona, se debate triste, lastimeramente por entre cuestiones de carácter doméstico, sensiblero y coyuntural, sin considerar —para nada— la verdadera razón de tener en un país como el nuestro, hombres uniformados y armados, pudiendo en esta falsa interpretación torcer su orientación, alejándose del camino correcto.

Estos insensatos sensibleros criollos, tan ajenos a la comprensión respecto de este aspecto social que nos atañe a todos, y que para muchos resulta espinoso, alejan con argumentos ajenos a nuestra realidad, de corte teórico y sin sustento valedero, deseando desestimar, lo que el pragmatismo obliga como elemento necesario en nuestra estructura social, que el Estado cuente con una Fuerza Militar adecuada para cautelar nuestra existencia segura; y desean que los encargados de asumir una responsabilidad para con su patria, como se hace en todo el mundo, aquí no lo hagan, que no adopten su posición estructural natural, preparándose para defender su país de cualquier amenaza en el tiempo y espacio que les corresponde, o que otros patriotas con vocación castrense carezcan de las oportunidades aquí para hacer de la milicia una profesión.

No, ellos reniegan de la existencia de una parte de la sociedad que existe desde el principio de nuestras naciones, y que ha acompañado al hombre desde el comienzo de cualquier expresión cultural, que es, está y subsiste con el universo social de cualquier cultura, en todo sitio y a través del tiempo.

Ellos no quieren que existan esta clase de hombres y mujeres uniformados aquí, sin ponerse a pensar por un instante que son los soldados quienes les dan a ellos la oportunidad de ser quienes son, y estar donde están ahora, porque la historia del universo humano, aunque les quepa duda a algunos todavía, la han contado nuestros abuelos, se ha escrito en cada página de los textos por los historiadores y poetas con la sangre de aquellos que se sacrificaron conscientemente para que el mundo mejore, para ganar la paz de la que ellos disfrutan en un lugar libre de cadenas y de pensamiento; así es, y todo eso gracias a aquellos hombres que se entregaron para lograrlo. Los uniformados. Los soldados.

Empero, nosotros, en asuntos de Servicio Militar, tenemos que dejar de lado temas tibios, para dedicarnos con firmeza a definir realmente, y con un criterio ético y doctrinario nacional, el asunto que es el tema a resaltar aquí, el Servicio Militar. Y tenemos que acudir a nuestra propia fortaleza cívica y capacidad analítica trascendente, para que dejemos de lado cualquier asunto de coyuntura pasajera, en nuestra interpretación, que genere injustos anticuerpos contra las instituciones armadas. ¿Por qué?

Porque ningún país del planeta puede tener tranquilidad, sin contar, en su estructura sistémica, con unas FF. AA. que les garanticen su Seguridad Nacional, la misma que no es tan solo encargarles a ellos viciosamente el asunto de cautelar la integridad de determinado espacio territorial, o de una supuesta defensa del país frente a otros que nos quieran agredir. No es solamente eso, ni tampoco combatir la subversión; no.

No seamos tan ignorantes, como para pretender imponer, en el pensamiento director de todo un pueblo, que esas son suficientes razones para la existencia de las FF. AA.; eso no es así, porque sucede que todos los países del mundo, ricos o pobres, democracias o dictaduras, tienen todos, sin excepción, como parte fundamental de su estructura sistémica, Fuerzas Armadas; y no las poseen, no las tienen, como Instituciones Tutelares que les protegerán en un caso, y que impulsarán su desarrollo en otras; pero la verdadera razón de su existencia es que las FF. AA. garantizan la Seguridad Nacional; y ese es un trabajo mayor que sobrepasa una situación meramente militar.

En la actividad permanente de Seguridad Nacional, cuyos estrategas son los miembros de las FF. AA., intervienen todas las disciplinas conocidas y por conocer aún, todos los organismos públicos y privados, todas las instituciones; y esto quiere decir, simplemente, que en este aspecto del desarrollo de la administración del estado, esta responsabilidad no solo se le asigna en nuestro país a los militares; no, se hace en todo el mundo; y esta es una clase de trabajo que se les asigna a ellos, pues ellos son los encargados de nuestra Seguridad, y debemos considerar desde ya que la seguridad no es tan solo tener un soldado armado cuidando de nuestra  frontera ,o nuestras instituciones, no.es más que eso. Mucho más.

Las FF. AA. de todo el mundo velan por sus respectivos países en asuntos de Seguridad Nacional, y en todos los países, su responsabilidad, abarca campos técnico-disciplinarios universales, que se salen del marco, en donde el vulgo, encierra su idea, de desarrollo de las mismas, sin embargo estas se mueven en campos tan conocidos, que se usan como referencias disciplinarias universales, y son entre los más usados, el campo Social, el Político, el Económico, y por último el Campo Militar.

En los campos por conocer, o en su defecto por difundir —porque ellos están en plena vigencia ya, sin que se haya evolucionado aun ,en la metástasis estratégica de Guerra Sistémica, en esta parte del mundo—, y sin que nosotros tampoco hayamos progresado mucho aún, particularmente en los asuntos ecológicos, migratorios y los doctrinarios filosóficos que definan el carácter moral y social de toda la nación conjunta; principios doctrinarios que responsabilicen éticamente a nuestra sociedad frente a asuntos que competen a todos, que sistemáticamente soslayan —por haber sido, nuestro pueblo, objeto de sicosociales poderosos— y que traen como secuela tener unas FF. AA., con carencias.

Al menos parecen haberse detenido en el tiempo, alejándose de una profesionalización adecuada, que en el sentido consecuencialista de los avances de carácter estratégico para la analítica de guerra sistémica globalizada, que de todas maneras afecta nuestra realidad, y de penetraciones atípicas en campos multidisciplinarios de espacio-tiempo, en la coyuntura actual, tan conexa con los medios informáticos, en el sentido crítico y volátil, de los criterios de relación entre los componentes estructurales de nuestra sociedad, y el rol que le compete a las FF. AA.

Y si estamos hablando aquí del Servicio Militar, estamos hablando de algo que tiene mayores ingredientes.

Ahora nosotros necesitamos urgentemente fortalecer y actualizar la prospectiva determinista de las Fuerzas Armadas, sobre todo definir las responsabilidades, mandatorios constitucionales y otros que éticamente son para ellas de primera importancia, y que lógicamente trascienden los periodos gubernamentales, colocándolos en la estructura sistémica, como elementos permanentes de la Seguridad Nacional.

Por otro lado, el rechazo de algunos grupos de la población a su existencia se debe, a todas luces, a su pálido lucimiento, como Instituciones Tutelares que han fallado en sus funciones, convirtiéndose últimamente en instrumentos útiles tan solo al servicio del político de turno, abdicando de sus responsabilidades.

Todo esto es solo debido —reconozcámoslo— a la falta de entereza moral y de valor en algunos de sus líderes, que con su silencio cómplice frente al irresponsable entreguismo bárbaro de las actividades y  recursos estratégicos del país, que vulneran abiertamente nuestra Seguridad y han traído desprestigio a toda una institución nacional que —se supone— se pronuncie abiertamente en contra de esa política  apátrida; y todo esto sin necesidad de pretender ser gobierno, no; tan solo exponiendo sus razones, como proclama el lema de su mayor escuela de pensamiento.

Pero no fue así, cuando la patria los necesitó, callaron, no hicieron lo correcto, por temor a que parezca antisistema, cuidando la forma y descuidando el fondo, callando cómplices. Y el pueblo entonces sí reclamó, pero sin otro argumento que salir a las calles; y el pueblo esperó en vano su apoyo, desengañándose más aún de su supuesto protector…

Las consecuencias desastrosas de su silencio, para ellos y para el país, son lo que se expone aquí: Ellos son ellos, y nosotros somos nosotros. Estamos divididos y atomizados, secuela de su traición, porque ellos seguirán allí, sucios, porque ensuciaron a la institución, mientras que los políticos con nombre propio y billeteras propias se irán de aquí con el usufructo de acciones vedadas por la moral que algunos irresponsables permitieron, ensuciando con su acción o inacción a instituciones tutelares, que antes fueran —en percepción popular— el propio pueblo armado, éticamente formado y garante de su seguridad.

Esto ha traído como consecuencia un rechazo absoluto y directo del pueblo al Servicio Militar en el Perú, lo que es aprovechado inmediatamente por los enemigos que siempre tienen las FF. AA., presentándolas como opresoras del pueblo mismo que los armó. Lo que resulta desastroso en un país que las necesita urgentemente, porque esta situación tan crítica ahora solo traerá como secuela mayores vulnerabilidades para una nación, tan deteriorada actualmente en su Seguridad.

Pero dejemos de lado estas situaciones y comencemos por las razones que nos traen al tema de fondo.

¿Tiene nuestro país Seguridad? ¿Es la Seguridad Nacional necesaria para el país? Y las mismas preguntas se convertirán en respuestas, la primera negativa y la segunda afirmativa. ¿Por qué?

Porque es instintivo y natural que los hombres busquen seguridad, y es por eso también que las estructuras sociales tienen esta misma necesidad permanentemente.

Ahora bien, para llegar a la conclusión de que nosotros necesitamos tener Seguridad Nacional, es necesario hacer un estudio social de quiénes somos, dónde estamos, qué queremos, a quiénes representamos, etc., etc. (nosotros lo hemos hecho ya); y me refiero a un estudio social que analice concienzudamente nuestra Realidad Nacional.

Convendremos entonces en que este análisis tiene su propia metodología, que varía en cada grupo social particular; y que de acuerdo a las situaciones consecuencialistas, coyunturales y a las aspiraciones de cada uno de ellos, de cada país, les sirve técnicamente, lo que no es motivo de estas líneas, pero que en definitiva tiene relación directa, pues se trata de una estructura social y un sistema que nos contiene a todos (cualquiera que sea).

Por lo que tocaremos algunos aspectos de su componente metodológico, que sumados a los instrumentos de trabajo propios, haremos que nos permitan dilucidar nuestra finalidad, que —lo digo sin ambages aquí— es demostrarles a todos aquellos que despotrican contra nuestras FF. AA., y las de cualquier otra nación, la necesidad de su existencia.

Y para aquellos valientes, que si son leales al Perú, dotarles de un instrumento irrebatible para la defensa de nuestras instituciones tutelares, y también —cómo no— para que al mismo tiempo aprovechen de esta breve temática ensayística los miembros de nuestras FF. AA., para que ellas también saquen alguna información didáctica que les sea útil a sus mandos medios, y que con esta exposición hecha adrede pongan las barbas en remojo, ahora que se desarrollan inermes y vulnerables en una realidad global nueva, la misma que les sorprendió en una posición ingrata, que expuso su propia retaguardia tan desguarnecida en seguridad, y que les fuera penetrada dolorosamente, cuya secuela fuera ventilada vergonzosamente en los medios, y que nos duele también a nosotros no poder desmentir, siendo aquello parte de nuestra realidad nacional, en seguridad.


La realidad nacional

Como había adelantado en párrafos anteriores, existen diversos medios de que la ciencia analítica dispone para desarrollar un concepto especifico de lo que significa realidad nacional, para cualquier Estado; y lo más usual es descomponer sus partes y determinar su estructura actual, para observar su desarrollo en el tiempo-espacio. Y es ampliamente difundido el concepto de que el Estado está compuesto por la suma de elementos permanentes, que para la mayoría son:

—Pueblo, Territorio y Poder político (*)

Esta organización se encuentra en los textos de educación primaria en otros países, y al mismo tiempo enseñan la finalidad de esta misma, que es para la mayoría una utopía perseguida permanentemente: el bien común.

Los fines esenciales del Estado son para casi todas las escuelas de pensamiento dos:

—Bienestar general:   (1)
—Seguridad Integral:  (2)

Para el logro de estos fines esenciales, el Estado tiene que aplicar determinadas Políticas Esenciales, que son:

—Desarrollo Nacional:   (3)
—Defensa Nacional:      (4)

El análisis situacional de los aspectos enumerados aquí nos sirve didácticamente para determinar nuestra situación real, y es patrimonio de muchas escuelas doctrinarias de carácter elemental y universal, de nivel primario, en todo el mundo, y nos puede dar una idea de lo que es para ellos, y para algunos de nosotros, la Realidad Nacional.

Que es cierto, los componentes del estado son universales, como los componentes del cuerpo humano, aceptados por todos, como de valor axiomático, no podemos dejar de exponer nuestro criterio estructuralista para determinar nuestra manera propioceptiva y particular, de ver esta misma realidad, observando su desarrollo en el tiempo-espacio. Con sentido epistémico, y en criterio consecuencialista, dinámico, determinista, interconexo, prospectivo y holístico, que el estructuralismo expone como método sistémico. Claro, el que expone aquí se considera un estructuralista.

Y es que aquí estamos observando nuestra realidad desde una perspectiva ordenada, que es de carácter universal, para no salir del esquema didáctico común, digerible para todo el globo, y en vista de que lo que hemos expuesto aquí es conocido ampliamente por estudiantes de secundaria en muchos otros países, es probable que esta metodología no se haya aún expuesto a los jóvenes estudiantes de nuestra patria, debido a nuestro tan bajo nivel académico, que careció estos últimos tiempos de la conexión necesaria entre el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Educación. Empero persistiremos en desglosar de esta manera sencilla los componentes estructurales, para llegar al asunto en cierne.

Bajo estos parámetros, la realidad nacional está íntimamente relacionada con los objetivos y fines del estado, que anotamos detrás de estas líneas (bienestar y seguridad), ya que utilizaremos para alcanzar los mismos, los instrumentos de que dispone el estado precisamente para veste fin, y que son básicamente:

—Potencial Nacional (5)
—Poder Nacional (6)

Si nos detenemos a mirar por el cristal con que nuestras autoridades de todas las disciplinas, ven nuestra Realidad nacional , seguro que tendremos respuestas similares. Porque de hecho una realidad, es nada más que eso, todo lo que relaciona al hombre y a la sociedad, con lo tangible, la manera como todo lo que le rodea, es decir, su medio ambiente geográfico, social, político, económico y militar —para no salir del recuadro— afecta nuestras vidas, como percibimos nuestras vidas allí dentro de ese sistema, y que podemos hacer para mejorar nuestra situación, con nuestro potencial latente y nuestro poder real. Todo ello en base a nuestras insatisfacciones en el medio en que nos desarrollamos, nuestras necesidades, que se transforman en aspiraciones y luego en objetivos nacionales, etc., etc.

Pero en nuestro caso específico, el Perú y su realidad, nosotros tenemos que hacer una observación desde una posición estructuralista, que recusa mantener las doctrinas equivocadas que se impusieron en nuestra tierra, en la conformación estructural del estado peruano, como organismo social, en el momento de su independencia y al instaurarse la república.

Aquí se produjo una imposición sistémica, un endose de modelo estructural que no calzaba con nuestra idiosincrasia, provocando la construcción de un complejo estructural social y sistémico con bases débiles, que han ido cambiando constantemente a través del tiempo, para solidificarse como una nación nueva aún por germinar, recién por relación e interdependencia, después de casi dos siglos, en que se le embistiera a los pueblos de esta comarca, con una organización procónica impuesta que, aunque basada en principios éticos de buena factura, resultaban inaplicables en ese tiempo-espacio y en esta realidad discordante de sus principios, iniciando nuestra patria la tarea de sobrevivir como estado, basándonos en la estructura de una falsa realidad nacional.

Así, tenemos que nuestra realidad actual es secuela de la necesidad de cambio, y es ya una constante variable que se concibe en el concepto estructuralista como la transformación humanista y determinista, y así nos alejamos de los conceptos impuestos porque somos dinámicos semovientes a voluntad.

Visión estructuralista

(*) Pueblo, territorio y poder político. Quiero acotar aquí que desde que se iniciara la república y hasta ahora, el concepto de pueblo, como parte componente básica de un estado, aquí no está consolidado como tal, porque nuestra patria está formada no por un pueblo sino por varias naciones diferentes, que ocupan un espacio territorial definido, pero también diverso, por lo que cada una de esas naciones tiene una realidad nacional diferente.

Esta situación de atomización social, debido a falta de interconexión, física y doctrinaria, se ha mantenido aquí por casi dos siglos, porque cuando se instauró la república, esta fue organizada para beneficio de una plutocracia, que ha gobernado de espaldas a su pueblo, sin importarle su integración tan necesaria. Consecuencia de ello nuestro país aún no se ha podido desarrollar en conjunto, con una identidad nacional que lo fortalezca; nosotros no hemos podido consolidarnos como un pueblo integrado.

El estado no se hace presente en muchos lugares de la patria, y solo las FF. AA. se convierten en el nexo integrador nacional que con una doctrina responsable se ubica en lugares nodos de coyuntura, para hacer que la población más alejada tenga sentido de identidad y continuidad histórica.

Nuestro territorio es el elemento más estable aquí, es nuestro aliado  natural; sin embargo, durante el tiempo que tiene la república, ha sido amputado varias veces, nosotros hemos sido reducidos geográficamente por la fuerza de las armas, y seguimos cediendo, coaccionados amenazadoramente, ahora por Chile, y seguimos aún en franca impotencia, por carecer de elementos disuasivos que equilibren todas esas actitudes abusivas de nuestros vecinos.

Por otro lado, internamente, nuestros ejes viales no cumplen con su función integradora, se hacen carreteras solo para satisfacer las necesidades de proyectos transnacionales.

Del Poder Político no es grato escribir, porque el poder realmente lo tienen aquí en nuestra patria mal repartido. El poder aquí es sinónimo de abuso, corrupción e ineficiencia .El poder que debería estar a favor del pueblo lo aplasta, lo explota, lo atomiza, y lo mantiene hasta ahora al margen de la información, sin educación ni motivaciones. Manteniendo aquí hasta hoy, por simple ignorancia, nuestra condición de país atrasado, en donde nuestros gobernantes vienen del extranjero, ocupan el poder y se marchan, desde hace tres décadas.

Lo hacen porque tienen el Poder, necesitamos que las instituciones tutelares responsables respondan por nosotros, que para eso están formadas. Si con estos componentes del estado peruano se pretende alcanzar la finalidad del bien común, este seguirá siendo una utopía inalcanzable por los siglos de los siglos.

Solo las FF. AA. son capaces de mantener una identidad nacional, aunque incipiente, existente, por su presencia física en cada rincón fronterizo de la patria. Garantizar la integridad territorial, fortalecer nuestra identidad nacional, defender la constitución, la democracia y el sistema, es parte de su responsabilidad de Seguridad Nacional; pero para lograr eso necesitamos de unas FF. AA. que se muestren preparadas profesionalmente, no podemos limitar su crecimiento, y mucho menos pretender su desaparición.

Pero para lograr esto las mismas FF. AA. se tienen que pronunciar públicamente, ante su propio pueblo, esgrimiendo los argumentos irrefutables que ciegan por su brillo, pues la era que vivimos exige la necesidad de ellas en este periodo de Paz Armada.

Por otro lado las finalidades del estado, que son aquí expuestas, carecen de una intención real, porque nuestra patria es hasta ahora una patria que basa su bienestar y seguridad en desigualdades sociales. Así:

(1) Bienestar General. Absurdo, en nuestro país no existe esto, lo que sí es seguro es que aquí tenemos bienestar para algunos pocos, y malestar para el pueblo. Debería abarcar todas las componentes estructurales, en donde la sociedad debería ser la suprema beneficiaria, pero no es así. Y es tema extenso que nos aleja del tema principal aquí, la responsabilidad de las FF. AA. en este tema, porque ellas deben defender nuestro bienestar social.

(2) Seguridad Integral. Otro absurdo: la seguridad es patrimonio de los ricos aquí, las transnacionales, las minas, los puertos, los casinos y los oligopolios sí están seguros, pero el pueblo vive una inseguridad total (alimentaria, salud, seguridad ciudadana); la seguridad debe abarcar también campos más amplios para ser realmente integral, que abarcan desde los ecológicos, sociales, políticos, económicos, militares y sicológicos de nuestro país. Y esto es responsabilidad de las FF. AA., que planean sus medidas cautelares.

Con respecto a las Políticas Esenciales del estado peruano, respecto de mejorar nuestra realidad, veamos:

(3) Desarrollo Nacional. En este aspecto, hemos prosperado como estado, los números lo dicen, y en todos los diarios se proclama crecimiento, lo dice el presidente casi todos los días; pero lo malo es que existe la precepción de que los beneficios de ese desarrollo no se sienten en las mayorías de la población, que viven a sueldo mínimo y sin seguridad.

Por otro lado, nuestras ciudades se están llenando de empresas privadas extranjeras que ahogan a nuestros pequeños empresarios, que dejan de producir, para dedicarse a la importación (que les es más rentable, como empresarios) acabando con nuestra insipiente industria y con puestos de trabajo manufacturero, como es el caso lastimoso de la industria del calzado en el norte del país, cuyos suministros se han vuelto de la noche a la mañana en sintéticos, e importados de China, acabando no solo con la calidad de nuestros productos sino también con algunas pequeñas economías de proveedores locales; lo mismo sucede en el emporio comercial de Gamarra en Lima, en donde se han cerrado muchas fábricas pequeñas, y así sucesivamente. A lo largo del país, en el sur, la industria de la tela y el cuero, de prestigio internacional, prácticamente ha desaparecido; y nosotros, el pueblo del algodón y la lana, nos vemos obligados a vestir sintéticos que ahogan nuestro futuro. Por ultimo aquí no se ha iniciado ningún proceso que implante una industrialización de alguno de nuestros productos que pueda suplir a las que se cierran, no; por el contrario, la tecnología se aleja cada vez más de nuestras ciudades, haciéndonos dependientes. Todo un pueblo que come pan y que no produce trigo, eso es lo que somos.

Y así, seguimos siendo un país primario exportador, una  economía dependiente, una colonia que sin marina mercante propia, sin aerolínea de bandera, con sus recursos estratégicos, y sus actividades estratégicas en manos extrañas, dependemos de otras voluntades para poder comer pan o poder fabricar nuestros zapatos.

Entonces lo que realmente somos aquí es por no haber asumido con responsabilidad la tarea de Seguridad Nacional, que implica la seguridad alimentaria, ecológica, migratoria, etc., que implica las libertades que garantizan las FF. AA., que son no solo las que están escritas en los textos anquilosados allí, detrás de los escritorios; esto implica la libertad de pensamiento y acción, por eso es que realmente ahora somos un país antisistema, puesto que recusamos el pacto neokeynesiano, que las potencias hegemónicas (nuestros modelos sistémicos) están utilizando ahora para reflotar sus economías, mientras que aquí seguimos pensando en Friedmann y la autorregulación económica, tan dañina que fuera para el sistema económico global en el cual, queramos o no, estamos inmersos.

Las estrategias de desarrollo nacional son parte de la seguridad nacional también, y son diseñadas por nuestras FF. AA. Entonces sí necesitamos de militares aquí; ¿quién dijo que no?

(4) Defensa Nacional. En este aspecto nuestras FF. AA. adoptan una posición tan conocida, que se piensa de una manera general que es la única misión que tienen en la estructura del estado, y no es así.

Pruebas en mesa, me atrevo a calificar de ignorantes a todos aquellos que despotrican contra las FF. AA., particularmente las del Perú, país que por sus condiciones sociales, históricas y geográficas, requiere de tener a sus militares cumpliendo misiones múltiples; y sin los medios suficientes, para conseguir resultados adecuados, sin embargo, se les adjudican muchas falencias, fruto de la falta de medios que limitan sus capacidades.

Tenemos que convenir, también aquí, en que, por lo expuesto de manera sucinta en las líneas que anteceden a estas, las responsabilidades de nuestras FF. AA. son mayores que esta de defensa nacional.

La responsabilidad mayor de nuestras FF. AA. es la de Seguridad Nacional, la misma que, como vuelvo a repetir, tiene magnitudes mayores, y abarca todas las actividades de la nación, las disciplinas conocidas y por conocer aún, constituyéndose en pieza fundamental del desarrollo nacional, en un sentido integral (desarrollo social, físico, sicológico, económico, cultural, potencial, etc.)

(5) (6) Potencial y Poder nacional. Conocer nuestras capacidades reales y saber administrar nuestro poder. Para esto la aplicación analítica de un FODA (**) le basta a cualquier estudiante de analítica para determinar cuáles son nuestras ventajas y desventajas en el sistema, y al mismo tiempo determinaría nuestra Forma de Acción, partiendo del principio básico de que conocemos nuestra potencia, nuestras capacidades, y sobre todo que hemos determinado nuestros objetivos y finalidades. Y todo esto dejaría de ser una utopía también, si es que nosotros dejamos de lado todos aquellos conceptos, ideologías y falsas realidades que nos han impuesto durante más de un siglo, para así poner pies en tierra y aceptar nuestra propia realidad.

Solo así, es entonces que asumiremos nuestra responsabilidad con el país con una conciencia histórica, con una conciencia geográfica, como un país con identidad que busca aún su integración total.

Reconociendo con entereza de que estuvimos equivocados, pero que retomamos las banderas de aquellos que dedicaron sus vidas en beneficio de nuestra sociedad, que aún lucha por su libertad y su independencia, pero que aún tiene dentro de sus componentes malas semillas que hemos de extirpar, y para eso están las FF. AA., los soldados de la patria que han escrito casi todas las páginas más gloriosas de la historia universal y que han acompañado a todas las naciones del mundo en su desarrollo y la búsqueda de una seguridad que les proporcione paz y tranquilidad, para trascender en el espacio-tiempo.

En el país existe un organismo que reúne en sus funciones y responsabilidades todas estas aserciones, es el Ministerio de Defensa; y sus Órganos de Línea son el Comando Conjunto de las FF. AA., el Ejercito, la Fuerza Aérea y la Marina, instituciones tutelares de la patria que nutren sus filas de las juventudes nacionales, como lo hacen en todo el mundo. Pero si nosotros no aceptamos esto, es porque somos antisistema, y el mundo entero estaría equivocado.

Empero, nuestra situación actual es tan solo un caso de coyuntura, en la que los medios parcializados y normalmente influenciados por el poder aquí toman partido por los antimilitares, exponiendo nuestra seguridad nacional.

Los hechos más aciagos de nuestra historia parecen iterarse aquí, y cuando nuestra situación económica florece. Aquellos que usufructuan el poder tienden a politizar a los mandos de las FF. AA., para evitar ser objeto de control.

Porque saben que las FF. AA. son el pueblo y como el pueblo debe de estar —según su opinión— controlado, las utilizan, las doblegan y las desarman, con las consecuencias que la geografía mutilada y los textos de historia con cicatrices aún dolorosas nos muestran en cada página.

(**) FODA: Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas. Es una Metodología que se utiliza para analizar situaciones, por los estudiantes de escuelas elementales, que les ayudan a tomar decisiones con el menor riesgo.

 

Corolario

No con lo expuesto en este brevísimo y ajustado ensayo, pretendo ser un defensor de algunos líderes que la coyuntura coloque en la temporal cúspide castrense, no. Porque así como la institución tutelar, azul, verde o blanca, tiene carácter trascendental, sus hombres son temporales, como los políticos, y proclives individualmente a falencias.

Si esto no fuera así, la situación de las FF. AA. del Perú a esta hora seria otra y contarían con el apoyo de todo su pueblo; pero no es así ahora, Y precisamente es por el triste accionar errado de algunos de sus mandos anteriormente. Por lo que los encargados de la educación en el interior de sus filas tienen que asumir su responsabilidad con una actitud determinista y trascendental, que empuje a sus instituciones por el camino que tienen asignado por ley constitucional y dentro del marco sistémico, a favor de las mayorías nacionales.

Soy un creyente en la necesidad de hombres de uniforme en toda sociedad, que nos han acompañado a través de la historia y son garantía de seguridad en todo el orbe. Prueba de ello es que en todas las culturas existen, y están presentes permanentemente; su ausencia significa tan solo entreguismo y debilidad.

Pienso que nuestras FF. AA aquí necesitan del apoyo de su población y tienen que ser profesionalizadas, al punto que su contribución al estado justifique de alguna manera el costo de las mismas. Ningún país hace esto, pero podemos ser, como estructuralistas, pioneros en ello.

Pienso que la marina mercante no debe de ser reserva de la Marina de Guerra; pienso también que las aerolíneas comerciales no pueden ser reserva de la fuerza aérea, aquí como en otros países; y esto porque aquí en el Perú la marina mercante no existe, y nuestra carga marítima esta 100% controlada por Chile; y la línea aérea de bandera ostenta también la bandera chilena.

Por otro lado, podemos prepararnos para atender esta necesidad nacional de controlar nuestro litoral económico, con toda esa infraestructura ya formada. Pienso que esto es solo cuestión de voluntad política, porque la necesidad la tenemos. ¿O es que vamos a seguir permitiendo que nos administren y nos exploten? En este sentido la Marina se debe pronunciar, la Fuerza Aérea también, en general las FF. AA. deben pronunciarse.

¿Qué hacer con los soldados encerrados en los cuarteles? ¿Necesitan acaso otro tipo de instrucción?

Y la respuesta es que sí. Y urgente, no solo se les debe educar doctrinariamente e instruir para ser combatientes, eso no pasa de ser tan solo una cuestión meramente mecánica, al fin, y no podemos desperdiciar oficiales que se han educado durante cuatro años en una institución superior para estos menesteres; por el contrario, debemos subir sus niveles profesionales a todos

Tenemos que preparar a nuestra tropa que se licencia, en ciudadanos que integren la PEA (Población Económicamente Activa), las fuerzas productivas del país, y que al mismo tiempo se transformen en reservas disponibles, para que se desarrollen en la vida civil, en ocupaciones afines a las que tendrán en las FF. AA., en caso de llamamiento.

Nuestros técnicos, suboficiales y oficiales pueden desarrollarse en actividades que requieran de sus capacidades, y es su deber desarrollarse cada vez mejor en actividades afines, porque en nuestra patria las actividades estratégicas (puertos, aeropuertos, recursos hídricos y energéticos) deben tener, entre sus elementos orgánicos de funcionamiento y producción a los elementos uniformados.

Marina (en caso de puertos, carga, almacenamiento y transporte) y a miembros de la Fuerza Aérea Peruana (en el caso de aeropuertos, control de vuelos y carga aérea).así como también, entre los medios de producción y logística, de los recursos estratégicos, los militares, cuentan con elementos idóneos, que tienen que estar presentes.

Todos estos elementos, apoyando y garantizando el funcionamiento de toda la infraestructura económica del país, para que en casos de emergencia nacional, se continúe con la operatividad de los mismos; esto es simple Ingeniería prospectiva.

De esta manera las FF. AA. serán la reserva de nuestras actividades estratégicas (al contrario de lo que se estila en otras latitudes) y se harán cargo, cada vez que alguna situación de necesidad nacional requiera de sus servicios. Al mismo tiempo, capacitaremos a los operarios de estas actividades, que son parte de nuestra reserva; todo ello como la parte dinámica y estructuralista de nuestra responsabilidad en Seguridad Nacional.

Esta es la clase de profesionalización que requieren nuestras FF. AA., al margen de los asuntos doctrinarios en educación.

Al mismo tiempo, los cuarteles se deben se desplazar a las Universidades y escuelas secundarias, para que los jóvenes reciban clases de doctrina y de técnica militar, facilitándoles hacer su servicio militar en diferentes modalidades, y sin excepción.

Bajo estos lineamientos, el Servicio militar debería ser para todos los jóvenes en edad militar, sin excepciones, y sin considerar limitaciones físicas que vulneren a nuestra juventud en sus otras capacidades (por ejemplo un ciego puede ser entrenado, sin problema, como un excelente operador de comunicaciones) y cumplir con el servicio, pero al mismo tiempo tienen que recibir las compensaciones que se les otorgan a los otros jóvenes por esta tarea asumida, como ayuda para sus estudios, empleos etc.

Con esta modalidad de Servicio militar, en vigencia, ya podremos exigir que para ingresar a cualquier escuela de las FF. AA. sea requisito indispensable haber hecho un Servicio Militar eficiente, el mismo que sería requisito para optar por cualquier título a nombre de la nación, o para ocupar un puesto público particularmente.

Podemos cambiar la visión del país con esto y no solo doctrinariamente, la actitud del pueblo cambiará; pero ¿estamos en condiciones de hacerlo?

Existen muchas razones que exponer y que la limitación del espacio no me permite desarrollar en un solo artículo, pero espero que con las que he podido exponer aquí, quienes accedan a estas líneas cambien sus pareceres y entiendan que en el sistema actual es urgente hacer un análisis de nuestra realidad y que desde que el mundo organizara sus estructuras sociales, todas las naciones existentes (todas) tienen entre sus bases fundamentales a quienes cuiden su integridad. Instituciones tutelares responsables de su seguridad, tienen todas, Fuerzas Armadas que les garanticen su trascendencia, porque el marco histórico referencial muestra que todo pueblo rico o desarrollado que no tuvo seguridad fue conquistado, y nuestro pueblo es la prueba de ello. Valgan verdades, velis nolis y aunque duelan, primero nos conquistaron los españoles, y luego los chilenos. Los segundos cercenaron nuestro territorio.

Y es por esta única razón que debemos estar unidos y listos para resistir el zarpazo inminente, para que estas fuerzas Armadas puedan cumplir su misión, como lo hacen los hombres y mujeres en cualquier país del mundo, que sin importar su condición económica, social o política, tienen que renovar constantemente sus componentes con las juventudes nacionales, por medio del Servicio Militar; y en el Perú de hoy esto es una necesidad nacional.

Legión Peruana

¿Reaccionarán militares ante traición?

Los militares en retiro guardan silencio ante la colonización del Perú por Chile; les parece bien. Por eso nunca se han pronunciado para pedir la expulsión por las armas de los chilenos que ocupan cuatro hectáreas de Tacna, ni dicen nada sobre el monumento al rosquete Arturo Prat, sobre la exportación del gas o sobre la presencia de Lan-Latam.

 

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