La Unión Mediterránea de Sarkozy hace aguas
La Unión Mediterránea de Sarkozy hace aguas
Por Adrián Mac Liman (*)
Cuando el presidente galo, Nicolas Sarkozy, propuso hace unos meses la creación de una Unión Mediterránea abierta sólo a los países ribereños del Mare Nostrum, la mayoría de los socios comunitarios acogió sin excesivo entusiasmo la iniciativa francesa por varias razones. En primer lugar, porque la estructura diseñada por Sarkozy impedía la participación de la totalidad de los Estados miembros de la UE en el diálogo con los países del Sur. En segundo lugar, porque parecía obvio que Turquía, país llamado a desempeñar el liderazgo del grupo de la orilla meridional, no parecía muy propensa a asumir el papel ideado por el actual inquilino del Palacio del Elíseo. De hecho, el Gobierno de Ankara dejó bien claro que sus ambiciones eran completamente distintas: se trataba de lograr la integración del país otomano en la Unión Europea.