Desequilibrio militar con Chile es abismal

Experto advierte que el Perú debe hacer lo posible por acortar la brecha.

El desnivel bélico entre el Perú y Chile empieza a principios de la década de los 80 cuando se inicia la guerra contra la subversión terrorista de Sendero Luminoso, y se ha acelerado a niveles abismales y alarmantes en las últimas dos décadas, advirtió el experto en temas de Defensa, Andrés Gómez de la Torre.

“Todo el esfuerzo armado se concentró en la denominada lucha contra el terrorismo y en el restablecimiento del orden interno. Y allí empieza a descuidarse el frente externo. Es el punto de partida del desequilibrio armamentístico entre las Fuerzas Armadas que se ha ido agravando durante los últimos dos decenios”, subrayó.

Asimismo, refirió que la brecha se ha extendido a partir del presente milenio, con la enorme ventaja tecnológica que ha alcanzado Chile en el proceso de modernización de sus Fuerzas Armadas, específicamente con los sistemas bélicos navales que ha ido adquiriendo en los últimos años.

Gómez de la Torre recordó que en la única oportunidad que llegamos a tener una superioridad militar sobre Chile en más de un siglo, en los tres estamentos de las Fuerzas Armadas, fue la década de los 70, más precisamente entre los años 1975 y 1978.

Especificó que dicha superioridad llegó a ser aproximadamente de 3, 4 a uno; lo que –anotó- en términos estratégicos, se denomina el poder combativo-relativo. O sea, la suma de todo, traducida en entrenamiento, cantidad y calidad del material bélico.

Velasco

“En dicha década, durante la administración del general Juan Velasco, nosotros dispusimos, por ejemplo, de 250 tanques T55 y un centenar de los AMX-13 que en aquel tiempo eran de última generación; mientras que Chile disponía solo de unos 150 blindados. O sea, en cantidad, en calidad, habíamos sobrepasado a Chile”, detalló.

En ese sentido, refirió que la asimetría entre ambos países pudo haberse acortado significativamente si se hubiesen invertido y desarrollado los programas de modernización y reconversión de nuestras tres Fuerzas Armadas. “Yo no sé si era salvable (una aproximación a la paridad de fuerzas), pero sí la brecha iba a ser menor (si se hubiese invertido). Ahora hablamos de una diferencia muy grande.

En todo caso, ratificó que no todo está perdido. La capacidad de disuasión se puede reestablecer si se destinan los presupuestos necesarios para repotenciar y modernizar los doce MIG 29 e igual cantidad de Mirage 2000 de nuestra Fuerza Aérea. “En el caso de los MIG se está empezando este proceso, y aún no en los Mirage. Pero si tuviésemos plenamente operativos estos escuadrones, esto nos generaría un nivel de disuasión mínima en nuestra Fuerza Aérea”, remarcó.

En cuanto al Ejército, se estaría actuando correctamente, al adquirir el material antitanque y de artillería correspondiente; mientras que en el caso de la Marina de Guerra tienen que repotenciarse los submarinos y la aviación naval.

La Primera, Lima 21-11-2011

 

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