foxley

 
Defiende latrocinio territorial chileno 
 
Mientras ilusos políticos o interesados corruptos llaman país hermano a Chile, el canciller de esa nación, Alejandro Foxley, cual gangster de los más violentos, no dudó en soltar flamígeras y malolientes amenazas contra el Perú cuando los medios chilenos le plantearon la posibilidad de que nuestro país no recurra al arbitraje de los Estados Unidos para solucionar el problema surgido del latrocinio territorial del cual el Perú es objeto de parte de Chile. Estamos preparados para enfrentar cualquier escenario con Perú... no habrá debilidad, replicó amenazante, insinuando incluso acciones violentas.
 
Como estipula el tratado de 1929, el presidente de los Estados Unidos es una vía arbitral que ambos países tienen en caso de surgir controversia respecto del cumplimiento y aplicación de dicho tratado. Pero la cancillería peruana no considera esta vía para enfrentar el robo de su territorio. Y hace bien, pues todos sabemos que entre Chile y el Perú Bush prefiere a Chile; por otro lado, la ética no es necesariamente la cualidad que conduce las acciones del presidente de los Estados Unidos. 
 
El jefe de la diplomacia del país que roba nuestro territorio añadió: “Estamos absolutamente preparados para enfrentar cualquier escenario de otro tipo que se pueda plantear. En eso tenemos mucha claridad y hemos trabajado con equipos altamente profesionales y, por lo tanto, estamos muy tranquilos”, al tiempo que señaló que la Cancillería tiene previsto el curso de acción ante cualquier escenario alternativo. 
 
Reafirmando el latrocinio territorial contra el Perú, Foxley insistió en que la controversia limítrofe fue zanjada hace muchos años, por lo que Chile preferiría que ésta no estuviera en la agenda, ya que de lo contrario se dificulta la agenda de futuro. Aclaró los deseos del país delincuente, Chile, de que el Perú se olvide de los latrocinios territoriales de los cuales es víctima. Así, cometiendo una enorme ofensa contra la dignidad del Perú, Foxley hace pocas semanas manifestó que el Perú debe dejar de mirar atrás, al siglo XIX (el de la agresión chilena al Perú) y más bien debe dirigir la mirada al siglo XXI, en especial a las posibilidades de comercio con países asiáticos, enormes mercados que Chile, con su experiencia, ayudaría al Perú a conquistar. ¿O sea que nuestros empresarios, diplomáticos y planificadores son unos débiles mentales que necesitan de la sabia guía de Chile, país delincuente, para comerciar con el continente asiático? ¡Más vale solos que mal acompañados! ¡Los peruanos podemos hacer nuestras cosas sin que los rateros chilenos nos lleven de la mano! 
 
Lo que ha incomodado al canciller chileno es que la cancillería peruana, desconfiada de intermediarios de dudosa solvencia moral, haya descartado acudir al arbitraje del presidente de los EE. UU. La verdad es que nunca ha ido bien al Perú por confiar en la buena voluntad de ajenos. Repasemos: 1) El presidente Augusto Bernardino Leguía en la década de los años 1920 estaba esperanzado en que la mediación de los EE. UU. ayudaría a conseguir una solución justa del diferendo con Chile, por lo cual dio el mejor trato posible a los estadounidenses y facilitó sus inversiones en el Perú, incluyendo en el rubro petrolero (Talara). Nada de eso sirvió, al final los yanquis se hicieron los desentendidos y avalaron toda la usurpación que Chile cometía contra el Perú; 2) Teniendo informes de inteligencia sobre lo que Ecuador hacía en la frontera con el Perú, Alberto Fujimori, sin medir las consecuencias geopolíticas de su iniciativa1, abrió de par en par las puertas a la inversión chilena en el Perú, con la expectativa de que Chile, país garante del tratado de Río de Janeiro, tuviera una conducta al menos neutral en caso de producirse un conflicto entre el Perú y Ecuador. Cuando estalló la guerra, el inmoral garante Chile no sólo se parcializó política y diplomáticamente con Ecuador, sino que le proporcionó armas para asegurarse de que los ecuatorianos asesinaran a muchísimos peruanos; 3) Cuando culminó en 1995 la guerra del Alto Cenepa con la derrota militar del Perú, los países garantes, orquestados por Chile, pusieron al Perú ante la disyuntiva de acatar por anticipado2 el fallo que diesen en este caso, el cual, por supuesto, fue adverso a nuestro país, que tuvo que ceder un kilómetro cuadrado de su territorio al Perú. En otras palabras, como si estuviésemos con los ojos vendados y las manos atadas, los garantes impusieron al Congreso fujimorista la humillante cesión territorial.
 

 Borrón y cuenta nueva 

Cual lumpen que quiere que su prontuario criminal sea borrado, Foxley condenó que se revise el pasado, señalando que “... la tendencia en América Latina es mirar siempre hacia atrás” y pidió “superarlo de una vez por todas”. Como ya Por Nuestro Perú ha advertido en diversos artículos, esto no es sino una confirmación del designio de Chile de condenar el recuerdo del pasado criminal chileno, llegando al extremo de imponer la falsificación oprobiosa de nuestra historia, orden que ya pusieron manos a la obra traidores peruanos de cancillería y el ministerio de Educación, para lavar el cerebro de nuestros escolares.

Ya habrían corrido a pedir apoyo a Estados Unidos 

 Según las informaciones dadas a conocer por el diario chileno El Mercurio, Chile ya habría adelantado el pedido de apoyo a Chile por parte de Estados Unidos en el asunto del latrocinio territorial chileno contra el Perú, en caso de que el Perú recurra al arbitraje de los Estados Unidos, pues habrían tratado el caso en Washington con la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, en lo referente al robo de nuestra tierra en el triángulo de Tacna, pero no en lo referente a la usurpación de nuestro mar. Añadió que Chile habría dejado en claro a Estados Unidos que no recibiría bien un interés por Estados Unidos en la controversia. 

El triángulo de cuatro hectáreas que Chile roba al Perú en el punto de la Concordia es determinante para proyectar una línea que Chile pretende trazar para seguir usurpando más de 37 mil kilómetros cuadrados de nuestro mar.

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1 Esto pensando lo mejor de este personaje; pero dada la apabullante y extendida corrupción que caracterizó su gobierno, es posible pensar que haya habido corrupción también en este asunto de permitir que inviertan en el Perú capitalistas de Chile, país delincuente. 

2 Esto significa que el Perú tuvo que aceptar a ojos cerrados el dictamen de los garantes, salga pato o gallareta, como decimos. Hubo militares peruanos descontentos, que sólo esperaban un poco de tiempo para contraatacar y revertir la situación. Pero había dos inconvenientes: a) desde el desistimiento de la compra de aviones Mirage que ocurrió durante el primer gobierno de Alan García, la fuerza aérea peruana había quedado muy debilitada, y fue precisamente la superioridad aérea ecuatoriana la que determinó nuestra derrota, puesto que las fuerzas de tierra peruanas lograron casi todos sus objetivos; b) buena parte de las tropas peruanas que combatían en el Alto Cenepa y habían peleado en la guerra antisubversiva estaban acostumbradas al colchón protector de los ronderos que eran la vanguardia contra las fuerzas de Sendero (como en un chaco, los ronderos hostigaban a los terroristas que aunque estaban bien armados no podían enfrentarse a centenares o miles de campesinos, detrás de los cuales iban tranquilos los militares), pero en el Alto Cenepa no había la posibilidad de mandar por delante la carne de cañón, que eran los ronderos.