Hostigamiento es principal factor de estrés en escolares

Si el hecho ‘estresor’ es muy intenso o prolongado puede provocar graves daños psicológicos.

Padres deben escuchar con atención y sin juzgar.

Ser molestado o ridiculizado es el principal factor de estrés entre los escolares, explicó el psicólogo Marco Vargas López del Ministerio de Salud (Minsa) quien advirtió que si el hecho ‘estresor’ es muy intenso o prolongado puede provocar daños psíquicos y trastornos orgánicos que pueden convertirse en traumáticos.

 

El coordinador de Salud Mental de la Dirección de Salud IV – Lima Este agregó que existen otras causas que deben ser tomadas en cuenta por los padres como llegar tarde a clase, recibir un llamado de atención del profesor, perder los útiles y ser el nuevo del salón. Así como reglas excesivamente rígidas.

La reacción de los niños y adolescentes estará de acuerdo a la intensidad de la presión. “Si es desmedida, la respuesta es la disminución del rendimiento escolar, la angustia y la frustración.

En este contexto es frecuente un fuerte rechazo al colegio, conocido como "fobia escolar", explicó Vargas López.

Síntomas

Entre los síntomas están la dificultad en la adaptación y la conducta, el desinterés en el aprendizaje escolar, los trastornos en el sueño o en la alimentación; así como las anomalías en la articulación del lenguaje (tartamudeo), los dolores musculares o de cabeza y reacciones diversas en la piel y cuero cabelludo.

Recomendaciones

El especialista de la Disa Lima Este recomendó a los padres prestar atención a los cambios sutiles de comportamiento que puedan reflejar estrés y ansiedad.

“Se debe tratar de identificar el posible origen del estrés, para esto los padres deben hablar con los maestros o director de la escuela. En casa, deben propiciar que los niños manifiesten lo que sienten escuchando con atención, sin juzgarlos y ayudarlos a resolver las situaciones que les causan estrés” aconsejó Vargas López.

Los padres pueden ayudar a los niños a organizarse para hacer las tareas, no regañarles cuando se equivoquen y asegurarse que descansen lo suficiente.