Dormir menos horas aumenta el riesgo de ataques cardiacos


Dormir menos de siete horas y media al día puede incrementar el riesgo de sufrir ataques cardiacos, según revela un estudio publicado en el último número de la revista Archives of Internal Medicine (Arch Intern Med 2008;168: 2225-2231).


Los científicos hallaron que las personas con presión alta están más propensas a sufrir males cardiacos si no duermen suficiente.

Al incrementar el riesgo de desarrollar males cardiacos, la presión alta puede producir daño en las arterias y el corazón.

Para este trabajo, los científicos analizaron los patrones de sueño de 1255 personas con un promedio de 70 años, las cuales padecían de presión alta por más de cuatro años, en los cuales 99 de ellos tuvieron ataques al corazón.

En esta muestra encontraron que aquellos que durmieron menos de siete horas y media por día y aquellos que incrementaban su presión en la noche aumentaron en un 25% el riesgo de padecer males cardiacos.

En aquellos que su presión permanecía igual durante el sueño, dormir menos horas también aumentó el riesgo de desarrollar males cardiacos, aunque en una proporción menor.

Los estudiosos creen que la falta de sueño podría ejercer mayor presión en el cuerpo y daría a algunas partes, como las arterias, menor tiempo para repararse.

Para el doctor Kazuo Eguchi, de la Universidad Médica Jichi, de Tochigi, Japón, quien dirigió el estudio, la reducción de las horas de sueño en las personas mayores anuncia males cardiacos.

Recomendó que los médicos pregunten a sus pacientes con presión alta cuántas horas duermen para evaluar sus riesgos de sufrir males cardiacos.

Los expertos recomiendan que los niños pequeños duerman entre 10 y 11 horas, los adolescentes 9 y los adultos entre siete y ocho horas.

Los estudios evidencian que la falta de sueño hace a la gente más propensa a desarrollar síndromes metabólicos cuyos síntomas incluyen un nivel alto de colesterol, presión alta y problemas en la regulación de los niveles de azúcar.

Al menos un tercio de la población padece de presión alta. En el caso de los mayores de 65 años, la mitad de ellos presentan esta condición.