Escribir poemas ayuda a combatir la ansiedad, depresión y el temor

Se dice que escribir poemas, ayuda al cerebro a regular las emociones y reduce los sentimientos de ansiedad, depresión y temor, pero ahora un estudio indica que escribir las experiencias personales tiene un efecto catártico porque inhibe partes del cerebro relacionadas con los disturbios emocionales, e incrementa la actividad en la región cerebral del autocontrol.


Los hallazgos fueron explicados en la reunión de la American Association for the Advancement of Science, en una exposición del doctor Matthew Liberman, neurocientífico de la Universidad de California.

El estudio indica que no importa si el verso o la prosa es sean malo o bueno, pero para los efectos positivos serían mejores los escritos menos vívidos y descriptivos.

Tras estas observaciones, los científicos esperan desarrollar terapias que pueden ser empleadas para tratar los miedos sociales y las fobias.

Para Liberman, expresarse por escrito es como “un regulación no intencionl de las emociones” y parece que disminuye el estrés, lo cual puede explicar por qué a mucha gente le gusta escribir en sus diarios o escribir malos versos para canciones que nunca serán tocadas por radio.

El científico probó el efecto terapéutico de la escritura escaneando los cerebros de 30 personas mientras describían escenas calmadas y halló que este acto tiende a reducir la actividad en la amígdala —que es una parte del cerebro conectada con la emoción y el miedo— y aumenta la actividad en el córtex prefrontal, que es el regulador de la mente.
Las observaciones sugieren que la acción de escribir sobre una emoción era una forma de calmar al cerebro y reestablecer el equilibrio mental, aunque la persona que escribe no se dé cuenta del efecto benéfico.

Liberman estableció que cuanto más actividad frontal había la amígdala actuaba menos, lo cual parece ser un efecto directo.

En pruebas adicionales se comprobó efectos positivos en personas con aracnofobia (miedo a las arañas) cuando además de la terapia se les indicó que escriban. En estos casos la escritura mejoró el efecto de la terapia, en comparación con las personas que no escribieron, por lo que Liberman cree que las evidencias indican que hay aplicaciones clínicas.

Las personas que expresaban emociones negativas en respuestas por escrito redujeron sus miedos.
No obstante, el científico señaló que no había efecto si la escritura era algo demasiado vívido o descriptivo, porque inducía a las personas a revivir su trauma.

Sólo con la pluma

Resulta también curioso que digitar en un teclado no fue tan bueno como la escritura a mano.
Cuando en la conferencia preguntaron a Liberman por qué a menudo hay escritores perturbados emocionalmente, respondió que la escritura en sí podría ser una reacción para sus problemas emocionales graves.