Traición: García pretende quemar gas de Camisea para los chilenosinstalacion_gasoducto_1.jpg
 
García se desespera por favorecer a los chilenos perjudicando a los peruanos antes de dejar el poder
 
El presidente Alan García pretende quemar nuestro Gas de Camisea convirtiéndolo en energía para los chilenos, aprovechando que los titulares de gran prensa, dominada por periodistas mediocres que sirven a los grandes intereses, se ocupan de escandaletes.

alan_garcia_196.jpgLa prestigiosa revista The Economist informa que tras el último encuentro entre García y su par chileno Sebastián Piñera, el gobierno peruano espera construir cerca de la frontera con Chile una planta de energía eléctrica de 1 500 MW que produciría electricidad quemando el gas de Camisea cuya venta se niega a más de 22 empresas peruanas.

Este acto de traición de García está calculado paso por paso para evitar que sean los peruanos los beneficiarios del gas de Camisea y entregarlo a los chilenos, que lo requieren para Codelco, cuyas ganancias alimentan el desenfrenado armamentismo chileno contra el Perú:

  1. * En sus casi cinco años de gobierno sólo 15 mil viviendas poseen conexión domiciliaria. Un país vecino, Colombia, en tiempo similar instaló gas domiciliario a cinco millones de viviendas
  2. *A diferencia de las viviendas, las empresas que transforman su matriz energética para gas, son grandes consumidoras. Al menos a 22 empresas peruanas se les niega la venta.alejandro_toledo_38.jpg
  3. *Para evitar que las empresas peruanas se animen a transformar sus instalaciones para consumir gas, el gobierno de García malévolamente ha impedido la venta libre del gas para empresas y las obliga a concursar para comprarlo pagando miles de dólares en bases para ingresar al concurso.

La política energética de García es totalmente antiperuana y orientada a grandes intereses, pues mientras el gas se exporta a unos cuantos céntimos el equivalente a un balón, para los peruanos el gas es costoso, lo que configura uno de los actos de corrupción y traición más grandes de los últimos tiempos, que se inició con los contratos firmados por Alejandro Toledo en feroces faenones propiciados por Pedro Pablo Kuczynski y continuados por García (ver Camisea: exportar a 1 e importar a 80).

Demagógicamente, el gobierno aprista dice que si Venezuela exporta gas, ¿por qué el Perú no puede hacerlo? Lo que ocultan al público es que países como Venezuela y Rusia poseen reservas para más allá de 200 años incluyendo la exportación, además de poseer reservas de petróleo para similar número de años. En cambio, las reservas peruanas dudosamente llegan a 20 años.

pedro_pablo_kuczynski_24.jpgSabemos que los partidos aficionados a la corrupción callarán sobre esta grave materia, pues se trata del futuro del Perú y concierne a todos los peruanos, como lo advirtió el Colegio de Ingenieros del Perú (ver Histórico pronunciamiento del Colegio de Ingenieros del Perú )
El artículo de The Economist, Londres, del 10 de febrero de 2011, dice:



Sueños hidroeléctricos
Esperanzas y temores sobre un nodo regional de energía

Ambiciones energéticas del Perú



Con menos de 8 000 MW, la capacidad total de generación eléctrica del Perú es modesta, apenas equivale a lo que producen cuatro reactores atómicos modernos que generan electricidad. Pero el gobierno del presidente Alan García calcula que [el Perú] producirá ocho veces más energía eléctrica con solo utilizar el caudal de los ríos de la Amazonía peruana, sin contar el uso de los siempre crecientes suministros de gas natural, y energía eléctrica eólica y solar. El gobierno tiene grandes ambiciones para convertir al país en un nodo regional de electricidad, con capacidad de exportar electricidad a Brasil y a Chile. Se está empezando a poner en ejecución algunos de estos planes. Y parece que provocarán algunas protestas tan grandes como las expectativas.

El año pasado el gobierno suscribió un acuerdo según el cual el Perú exportará hasta 6 000 MW de electricidad al Brasil, un plan que involucraría principalmente compañías que invertirán aproximadamente 20 mil millones de dólares. Después de la visita del señor García a su contraparte de Chile, Sebastián Piñera, que tuvo lugar el mes pasado, los dos gobiernos convinieron en establecer un grupo conjunto para el estudio de temas energía eléctrica. Hace pocos años se construyó una línea de transmisión que conecta al Perú y Ecuador, pero se la ha usado raras veces porque los dos países no han podido ponerse de acuerdo en el precio de la electricidad.

Grupos defensores del medio ambiente se movilizan contra las represas que se proponen para las centrales hidroeléctricas. Su primer blanco es la represa de Inambari, en el sureste de la selva peruana, con un valor de cuatro mil millones de dólares y con capacidad de producir 2 000 MW. Esto anegaría unos 400 kilómetros cuadrados. El ministerio de Energía y Minas [del Perú] ha suspendido otro proyecto de una represa en Paquitzapango, propuesta por un consorcio brasileño. Autoridades de los asháninkas, una tribu de la selva peruana, se quejan de que las obras causarían el desalojo de diez mil personas. 

Los planes del gobierno se centran en el río Marañón, al que llama la “arteria energética” del Perú, con una capacidad de generar 10 0000 MW de seis represas. Pero no se ha consultado a los pobladores de las riberas del río acerca de estos proyectos hidroeléctricos. Esto refleja la tendencia del gobierno del señor García de aprobar concesiones mineras o petroleras y solo después consultar a la población.

Es también controvertido exportar energía eléctrica a Chile, que retiene una parte del territorio peruano a resultas de una guerra. Esto no obstante, el ministerio de Energía y Minas se propone otorgar una concesión para construir cerca de la frontera con Chile una planta de energía eléctrica de 1 500 MW que produciría electricidad consumiendo hidrocarburos. Esta planta funcionaría con gas del yacimiento peruano de Camisea. Se tiene planificado empezar este año la construcción de un gasoducto que iría desde Camisea hasta la frontera con Chile. El gobierno peruano considera la posibilidad de vender electricidad para las minas* del desértico norte de Chile.

Para los sectores nacionalistas peruanos, este proyecto huele a potenciar al enemigo. Funcionarios del gobierno peruano responden que conectar las redes eléctricas del Perú y Chile es parte de la integración de América del Sur, un objetivo gradual que incluso los opositores a este proyecto aprueban de boca para afuera.


* Las minas de cobre que destinan sus ganancias para el armamentismo chileno. (Nota del traductor.)