Sousa: amenazan a su familia por petroaudios del caso BTR


El congresista Rolando Sousa, presidente de la Comisión de Justicia del Congreso de la República, denunció esta mañana que su familia está siendo objeto de amenazas telefónicas.

Sousa explicó que tiene una línea reservada, cuyo número conocen muy pocas personas. Pese a ello, llamaron a su esposa para decirle que su hijo de 13 años está en la comisaría y luego de que ella se percató que no era él, comenzaron a insultarla y amenazarla con palabras soeces, que aseguraban que “les pasará algo”.

 

 

El parlamentario responsabilizó de la seguridad de él y su familia al ministro del Interior porque el director de la Policía, Manuel Hidalgo, no es garantía y que ya existe una resolución que lo destituye por el vídeo difundido de Hidalgo en una relación extramarital, “no está capacitado ni ética ni moralmente”, dijo.

El legislador atribuye estas amenazas a la mafia que está detrás del caso de los célebres petroaudios grabados por la empresa Business Track y a sus declaraciones sobre los escándalos producidos durante el proceso judicial.

Sousa aseguró que seguirá investigando y señaló que la los “chuponeadores” podrían ser los mismos actores del pasado.

Sobre los audios desaparecidos que involucran a Jorge Del Castillo, Hernán Garrido Lecca, Luis Nava, manifestó que quienes tienen un móvil para desaparecer o modificar los USB son quienes asisitieron a la suite de Fortunato Canaán, “porque allí había chuponeo y saben que existen transcripciones de la suite, los que conversaron sobre actos ilícitos son los que están moviendo las amenazas”, agregó.

Posteriormente la bancada aprista, involucrada en estos escándalos, salió a victimizarse culpando a la prensa diciendo que las informaciones y titulares sobre este escándalo son “psicosociales” por las cercanías de la campaña electoral.

 

Como se sabe, los ministros del gobierno aprista, encabezados por Jorge Del Castillo, además de la secretaria de Palacio de Gobierno, Mirtha Cunza, acudían prestos a los llamados del mafioso dominicano Fortunato Canaán, quien los convocaba a su cuarto en un hotel limeño para sostener conversaciones sobre los tremendos faenones con el patrimonio de todos los peruanos, como el petróleo y hasta la salud.