El padre Martín y la clausura del Hogar de Cristo del Rímac


La consecuencia inevitable del culto a la personalidad


Tras una inspección a la Hospedería El Milagro, del Hogar de Cristo, la ministra de la Mujer y Desarrollo Social (MIMDES), Nidia Vílchez Yucra, cerró el establecimiento por no brindar una atención adecuada a más de 36 ancianos.
Se observó ambientes antihigiénicos, calificados por la ministra como condiciones inhumana y los pacientes fueron trasladados a otro lugar.

Otra inspección se realizó en un local del Hogar de Cristo de San Miguel con resultados similares: 26 adultos mayores, 66 niños, niñas y adolescentes con discapacidad; 16 niños fueron retirados ayer a los establecimientos de Inabif.

Estos resultados terminarán en una denuncia contra el Padre Martín Sánchez, con el acta elevada por el Fiscal de Prevención del Delito, que se presentará a la Fiscalía Penal con todas las pruebas, con el acta, los videos que se han recogido, y ponderaran con los informes de DIGESA, con la situación de los alimentos encontrada.

Además de lo mencionado, hay otras acusaciones de exposición a menores de material pornográfico y otros actos contra el pudor presuntamente perpetrados por homosexuales mayores en estos albergues.

El padre Martín

Es innegable que en ciertos casos el Opus Dei arremete contra obras de caridad en un accionar insano, codicioso y con afán de imponerse a través de sus obispos y sacerdotes nombrados estratégicamente. Inicialmente este podría haber sido el caso con el Hogar de Cristo, pero la realidad nos indica que la actuación del padre Martín deja mucho que desear.

Consecutivamente, este sacerdote salió a los medios a presentarse como víctima de sus enemigos y con ello ganó la simpatía y solidaridad de muchos.

De las primeras acusaciones de abuso de menores quedó absuelto. Fue suspendido de sus funciones sacerdotales, pese a ello, el padre Martín, alegando que todas las acusaciones son simple persecución, decidió seguir un rol protagónico ignorando la humildad y colocando su persona sobre la reputación de su institución, más pesa un culto a la personalidad que él mismo promovió. El padre Martín podría haber continuado su obra de manera más discreta, pero no lo hizo. Construyó una imagen idealizada de su persona y se aferra a ese ídolo por sobre todas las cosas, ídolo en el cual ya nadie cree, excepto él.

El vehículo en la playa

Se recuerda el incidente en el cual la policía intervino al padre Martín en la noche con su vehículo estacionado en la playa. Lo acusaron de besar a un hombre que lo acompañaba. En su confusa defensa, el sacerdote cambió una y otra vez de versión y su palabra final fue que el vehículo tuvo un desperfecto que los obligó a detenerse. La mentira es obvia, pues no se les halló levantando el capot revisando el motor ni otra parte del vehículo, estaban en el interior.

Si bien es cierto que la policía se excedió acusándolo, porque las conductas homosexuales en un lugar oscuro donde se citan las parejas no son delito, ese comportamiento sí es considerado pecado grave para un católico y mucho más si se trata de un sacerdote. La mentira del padre Martín en su defensa indica que tenía algo que ocultar. ¿Por qué le permitieron continuar a la cabeza del Hogar de Cristo?

El Hogar de Cristo y su futuro

Es una pena que se manche así la obra promovida por el desaparecido cardenal Augusto Vargas Alzamora, bajo cuya sombra creció la fama del padre Martín. El Hogar de Cristo se crea como una asociación sin fines de lucro, con razón social propia, de esta manera el Arzobispado no tiene injerencia. El representante legal es el padre Martín.

Por otro lado, la orden jesuita, a la cual pertenecía el cardenal Alzamora, deslinda con el padre Martín. Ante la incapacidad del padre Martín de reconocer su falta de idoneidad, ¿no pueden, por la memoria del fundador, sugerirle renunciar y colocar en su lugar a un consejo de administración?

Los laicos


Este es un claro ejemplo que indica que los sacerdotes deben dejar de perder el tiempo en trabajos que pueden ser realizados por laicos con la debida preparación. Hay muchos católicos que viven en la ignorancia de su doctrina sin que un sacerdote se acerque a enseñarles lo que es el catolicismo, que es la función primordial del sacerdote, precisamente porque están envueltos en esta clase de problemas y trabajos que más corresponden a los laicos: los vemos de secretarios, tesoreros, administradores. ¿Para eso estudiaron tantos años? Aunque hay muchos buenos sacerdotes, los que realizan estos trabajos que son de laicos, no ejercen debidamente su sacerdocio ni el trabajo laico, para el cual tienen preparación muchas veces deficiente.

El cuidado de los niños en manos femeninas

Ninguna madre deja a su pequeño en manos de niñeros, todas son niñeras, entonces, ¿por qué se permite que instituciones de caridad que están al cuidado de los niños estén a cargo de empleados hombres? Si escogemos para cuidar nuestros niños a mujeres, ¿por qué ponemos a hombres para cuidar a niños ajenos de los más necesitados?

En el caso del Hogar de Cristo, precisamente las acusaciones de tocamientos deshonestos recaen sobre empleados de sexo masculino con acceso muy cercano a los pequeños.

Sin duda, es tiempo de que estas instituciones reaccionen y ante estas torpezas, quizás sea tiempo de normar para que el personal de casas de cuidado de menores sea de responsabilidad exclusiva de personal femenino y con la debida preparación profesional e idoneidad psicológica.