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Los restos del ex presidente de Argentina y esposo de la actual mandataria de ese país, Cristina Fernández, fueron despedidos por última vez. Acabado el velatorio y como inicio del funeral el cuerpo del ex presidente fue trasladado para su inhumación.

 

En una ceremonia íntima después de cerrada las puertas de la Casa Rosada la presidenta, Cristina, que ayer estuvo 12 horas junto al féretro, sus hijos, amigos y funcionarios nacionales despidieron al ex mandatario.

El féretro será trasladado desde el Salón de los Patriotas Latinoamericanos, donde fueron velados, al Patio de las Palmeras, luego pasará por el histórico Salón de los Bustos para llegar a la explanada de Rivadavia donde será despedido por la Fanfarria Alto Perú del Regimiento de Granaderos a Caballo.

De allí, el cortejo fúnebre partirá rumbo al aeroparque metropolitano Jorge Newbery donde los restos del ex jefe de Estado serán trasladados en un avión Fokker F-28 de la Fuerza Aérea hasta Río Gallegos, su ciudad natal, donde serán inhumados en el cementerio municipal.

Finalizado el velatorio los restos del ex jefe de Estado de Argentina, Néstor Kirchner,  fueron llevados desde el aeroparque metropolitano hacia Río Gallegos, provincia de Santa Cruz, donde se llevará a cabo su entierro.

A bordo del mismo avión viaja la presidenta, Cristina Fernández; sus hijos Máximo y Florencia Kirchner en compañía del Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zanini.
Mientras que en una segunda aeronave viajan dirigentes oficialistas y amigos, del círculo mas cercano a la mandataria. Se estima que arribe a la capital santacruceña en alrededor de tres horas, debido a las condiciones climáticas.

El cortejo recorrerá las avenidas Alem, Córdoba, 9 de Julio, Del Libertador, Figueroa Alcorta y la calle Salguero. Desde el sector militar del Aeroparque partirá hacia Río Gallegos, para ser sepultado en el panteón familiar del cementerio municipal de esa ciudad en una ceremonia íntima.
 
Fuente: Diario La Prensa