Rechazo al gobierno alanista

Como siempre, el gobierno habla de fracaso, pero fue muy reveladora la cara desencajada de García para hablar sobre el paro, que contó en Lima con más marchantes de lo previsto, dada la campaña de amedrentamiento con anuncio del desplazamiento del ejército y las advertencias de la mucama de Ivcher, que llamaba a no acatar o a quedarse en casa a resguardarse de una violencia feroz.


Salvo los excesos condenables de algunos bloqueos de carreteras, y los incidentes en Madre de Dios, que falta esclarecer, en el interior el paro y marchas desde el día anterior aglutinaron a trabajadores de la ciudad y del campo que rechazan la voracidad con la que pretende gobernar García.

Resulta extraño que el gobierno haya proclamado la intervención del ejército y que éste haya sido incapaz de impedir el bloqueo de esas carreteras. ¿Ha sido un hecho premeditado, para después decir que se impidió el paso de una ambulancia, con consecuencias fatales?

Lo contundente del paro en provincias y lo observado en Lima revelan un signo de madurez de los trabajadores, que discrepando parcialmente o no con Mario Huamán, quieren manifestar su desagrado por la desconsideración con que el gobierno trata al trabajador, dejado a merced del abuso de empleadores sin control, situación que se ha agravado con normas como el DL 1086.

Pero las exigencias también han sido de un cambio de política económica y un rechazo a la corrupción que se evidencia en las instituciones públicas, al favoritismo para con los apristas en los puestos públicos y los abusos contra quienes no son apristas.

En provincias la gente rechaza la llamada Ley de la Selva y la codicia que pretende desestabilizar a las comunidades campesinas para presionarlas a vender sus tierras, que es lo único que tienen.

En la manifestación central, en Lima, también expresaron su rechazo a las pretensiones presidenciales de venta del gas a Chile y a la intención de entregar los puertos al capital chileno.

En general, estas jornadas son un signo de madurez de la población, que pese a las campañas millonarias que derrochan el dinero de todos los peruanos para embrutecer a la gente con sus venenos por televisión, radio y cierta prensa escrita, para hacer creer que todo está bien, no se deja engañar y rechaza a este gobierno traidor entregado a intereses foráneos (principalmente de Chile).

También es una victoria la organización de los trabajadores, que han estado atentos y han evitado que infiltrados causen violencia, que era lo que deseaba el gobierno para desprestigiar la protesta popular.

Al final, García sale a decir que la protesta fue un acto de “primitividad” (?), por unas flechas que se utilizaron en Madre de Dios, como si ese acto aislado fuese lo que ha ocurrido en todo el Perú. En este incidente lo significativo es que los indígenas tribales ya son actores de la vida política y han reaccionado motivados por la llamada Ley de la Selva, que por su aberración los ha puesto en pie de lucha.

Pero lo más increíble es ver que García defienda el spot de Montesinos, diciendo que de 1992 al 2000, frente a la dureza de gobierno dictatorial, hubo gente que prefirió guardar silencio y acomodarse y que recién exige cuando hay independecia de poderes. ¿Acaso no está hablando de él mismo? ¿Quién huyó por los techos para esconderse, acomodándose en París durante la dictadura? ¿Quién recién exigió algo una vez caida la dictadura. fujimontesinista? Precisamente así se comportó García. Algo serio sucede en la mente del Presidente.

En cambio, los sindicalistas y luchadores sociales que alzaban su voz durante la dictadura y que no habían huído a París ni a Bogotá enfrentaban cárcel o asesinato (Pedro Huilca y Coral).

¿Será el hecho de que las fuerzas del orden no hayan causado ni una muerte lo que tuvo a García de tan mal humor?