El FMI azota con muertes por tuberculosis

El Perú avanza... en TBC...

Tan inhumanos son los dictados del Fondo Monetario Internacional (FMI), que aplicar sus recetas económicas implica un incremento de las muertes por tuberculosis (TBC) en los países que aceptan someterse a los caprichos destructores de esta organización, y no lo afirman rabiosos comunistas, sino el New York Times, en un artículo publicado el 22 de julio de este año.

Fuente: International Monetary Fund Programs and Tuberculosis Outcomes in Post-Communist Countries Stuckler D, King LP, Basu S PLoS Medicine Vol. 5, No. 7, e143 doi:10.1371/journal.pmed.0050143


El estudio comprende a varios países de la Europa del Este, nacidos a la economía neoliberal tras la caída del muro de Berlín. La correlación es contundente, la conclusión es clara: se ha demostrado que los programas del FMI han influido en las infraestructuras del sistema de salud de los países donde se han aplicado las recetas económicas.

Los autores del trabajo son investigadores de las universidades de Cambridge y de Yale, quienes han escrutado datos desde 1992 hasta el 2003, donde se advierte un incremento de la TBC en aquellos países que han contraído préstamos del FMI, en contraste con países que no lo han hecho.

Como se sabe, el FMI no otorga préstamos libres, como debería hacerlo cualquier entidad financiera. No. Esta siniestra, anacrónica y antidemocrática institución, al prestar dinero a un país, le impone condiciones que implican recetas políticas y económicas a las cuales los países prestatarios deben someterse. Es verdaderamente una aberración, pues usted estimado lector, ¿aceptaría que al acudir a un banco para pedir un préstamo, éste le imponga reducir los gastos en la educación o la salud de sus hijos, o en su alimentación? Por supuesto que nadie aceptará. Sin embargo, a gran escala, esta presión está sucediendo, el FMI se inmiscuye en las decisiones internas de los países.

La conclusión del estudio publicado es lapidaria: “El incremento de la TBC está ligado a los préstamos al FMI”, señalan los científicos que han dado la señal de alarma.

Por su parte, los burócratas del FMI han dado alaridos: “la TBC es una enfermedad que toma tiempo en desarrollarse, por tanto, el incremento de la tasa de mortalidad tiene causas anteriores a los financiamientos del FMI”, señala William Murray, portavoz del organismo financiero.

Pero David Stuckler, de la facultad de Ciencias Políticas de Cambridge, explica:

  • en los 21 países estudiados, que obtuvieron un préstamo del FMI, se ha evidenciado un aumento anual del 13,9% del número de NUEVOS casos de TBC;
  • 13,3% de los enfermos viven con la enfermedad;
  • 16,6% han muerto por causas relacionadas con la TBC.


Las ecuación de la muerte es: Siendo P el préstamo y M el incremento (∆) de la mortalidad:

1%P=0.9% ∆M


Por cada punto porcentual de préstamo se incrementa en 0,9% el número de muertes por TBC.


Igual de contundente e irrefutable es la operación inversa. Cuando un país abandona el programa del FMI, la mortalidad cae “por milagro” ¡en un promedio de 31%!

“Cuando uno encuentra una correlación se sorprende —explica Stuckler— pero cuando encuentra más de 20 correlaciones en la misma dirección se establece un fuerte lazo de causa-efecto”.

Si le echa una mirada al cuadro, cualquier lector verá que las curvas son elocuentes. La explicación responde a un plan perverso y tiene respuesta en las condiciones draconianas e inhumanas de los préstamos del FMI, que exige “reformas estructurales” (como pregona el presidente García), que, para hablar claro, consisten en recortes en los presupuestos de educación y salud, además de la privatización de los servicios públicos, como parte del plan neoliberal, que en cualquier país, lo único que ocasionan es la agudización de la inequidad, la exclusión y la pobreza de los más vulnerables, pues la pobreza está asociada a la TBC. En suma, son políticas antisociales, como lo dice este estudio con su cifre de 16,6% de tasa de mortalidad suplementaria por TBC.

En el mundo, la TBC mata anualmente a unas dos millones de personas. Se diagnostican unos 8,5 millones de casos nuevos por año. En el Perú las relaciones con el FMI se estrecharon con Fujimori, quien solicitó préstamos a esa entidad (ya es conocida la corrupción en ese régimen). El gobierno del dictador falseó cifras sobre la TBC, para lo cual se prestó la OPS del Perú, con la doctora Diouf en persona.

Es también un “logro” letal del dictador el haber ocasionado el incremento de casos de la forma más letal de la TBC: la multidrogorresistente, es decir, aquella que no puede ser tratada con los medicamentos conocidos, por lo que el pronóstico es la muerte.

Esto se explica porque durante la dictadura fujimontesinista en forma criminal se recortaron los tratamientos estándar de TBC (se administraba tratamientos recortados), lo que ocasionó no sólo más muertes, sino la mutación del bacilo de Koch a formas letales o multidrogorresistentes. ¿Qué dijo el Colegio Médico? Su decano, Julio Castro Gómez siempre se caracterizó por un silencio cómplice con los gobiernos de turno, tanto para defender la salud como para defender a su gremio.

Una de las muestras más evidentes del modelo económico es Ica, donde pese al pleno empleo (alabado por García), este departamento ocupa el primer lugar en incidencia de la TBC multidrogorresistente. Así mata el gobierno a los perros del hortelano.

La terquedad del gobierno en sostener en estado calamitoso a los hospitales del ministerio de Salud (y no contentos con eso colocar a un amigo aprista a la cabeza de Essalud, donde además de atropellos se advierte derroche y mala gestión), estaría obedeciendo a un premeditado plan del FMI, según se desprende de los recientes análisis.

Ahora, estimado lector, ¿comprende el sistemático maltrato a los profesores y a los profesionales de salud y las condiciones paupérrimas en que mantiene el gobierno a los sectores Salud y Educación? Y entenderá también las nuevas normas laborales que recortan los beneficios sociales de los trabajadores, cholo barato es la solución alanista. Viendo lo anterior, sumado a la inflación y el encarecimiento de los alimentos (que acelera el empobrecimiento), todo parece indicar que “hay que matar a los perros del hortelano con TBC”.

El Perú avanza... en TBC...