Canaán también manda su carta

Foto: Andina

No sólo Rómulo León envia su misiva clamando ser tan inocente como un ángel. El dominicano Fortunato Canaán, quien se instaló en un hotel de Lima, en una candente habitación que destilaba tanta miel que como moscas los ministros y funcionarios del Perú acudían presurosos para no perderse inolvidables encuentros y confesiones de alcoba, envió su carta de deslinde.


Hasta donde se sabe,  Canaán está involucrado del escándalo de la petromafia y la mafia de salud y hospitales, donde tenía interés en invertir poniendo sus condiciones.

En su misiva, Canaán  asegura no tener participación en la cuestionada entrega de lotes al consorcio formado por Discover Petroleum y Petroperú.

"Es verdad que desde que conocí el Perú, a mediados de 2007, sostuve reuniones con diversos funcionarios, autoridades y empresarios peruanos, con la intención de invertir en el Perú… No es verdad que es estas reuniones se plantearon sobornos o negociaciones irregulares y no es verdad que mis empresas fueran contratadas para realizar algún proyecto con el Estado peruano", señaló.

Agregó que contrató al ahora prófugo Rómulo León Alegría para ayudarlo en la instalación de sus actividades empresariales y sostiene que nunca le entregó dinero para el pago de coimas o sobornos.

"Convertir en culpables a personas inocentes puede dar un pésimo mensaje a los empresarios extranjeros que, como yo, solo quieren invertir en el Perú", insiste en su comunicado.